Estaba un poco en
dudas sobre como titular al post (y en realidad también un poco sobre
escribirlo, pero decidí que tenía que sacármelo de adentro así que acá están
mis manos sobre el teclado haciendo de las suyas).
Podría haberlo
titulado “personas bien intencionadas pero que joden bastante”, “gente que se
mete en lo que no debe”, “gente que hace mal sin querer”, etc. Realmente el
cómo lo llamara no tiene tanta importancia, sé que la intención de esta mujer
seguramente era buena, pero terminó generándome bastante angustia. Acá me
encuentro entonces tratando de volver a mi estado zen y optimista, de superar
esa sensación con la que terminé el domingo. Cuantas veces que se habla sin
entender realmente el efecto que se tiene en el otro!!.
Resulta que ayer fuimos
a festejar el día de la madre a una casa que tienen mis suegros fuera de la
ciudad. Fueron mis padres y mi hermano
también, así que compartíamos por ambos lados, juntando a las familias.
Es un sitio agradable
y con jardín y parrilla, así que todos dispuestos para pasar un lindo día. El
clima acompañó, saliendo el sol y dando un respiro a varios días de frío que
hubo últimamente. Todo venía genial, muy ameno. Lindas charlas, ambiente
distendido, comida rica, regalitos repartidos.
Ya después del postre
vino una amiga de mi suegra con su marido para saludar y quedarse un rato. Yo
he visto varias veces a esta mujer, y en esta ocasión se notaba que había
bebido un poco más de la cuenta. Tal vez por eso actuó como lo hizo, tal vez
por no saber ubicarse. Ni bien me saludó me dijo que estaba linda, que solo me
faltaba la pancita, haciendo alusión a un embarazo. Medio desubicado así su
saludo delante de todos, pero cordialmente le dije que ya llegaría, que era
cuestión de tiempo. Si hubiera quedado ahí ningún problema, el tema es que se
puso a insistir con eso y por lo menos veinticinco veces me hizo alusiones. Me
decía cosas como “quiero ser tía abuela”, “¿cuándo viene la pancita?”. Yo
trataba de cortarle el tema sin decir mucho. Llegué a decirle que estábamos en
eso, que ahora era decisión de Dios, que la naturaleza debía hacer lo
suyo. Hasta mi suegra le dijo que no nos
insistiera para no ponernos ansiosos. La
mujer sin embargo como si nada, hasta replicó un “como si fueran a ponerse
ansiosos por mi, ¿no queres ser abuela?”. Uf! Lo cierto es que con el correr de
las horas yo iba sintiendo como una sensación de ahogo que trataba de ocultar.
Cuando nos fuimos me sentía totalmente angustiada y triste. Tenía como un nudo
en la garganta.
La verdad es que no
tenía ganas de ponerme a dar explicaciones a esta mujer. Venía estos meses
bastante bien controlando mis ansiedades, tratando de no ponerme mal por este
tema, dejándome fluir y confiando. Ante estos ocho meses sin novedades estoy
tratando de ocuparme en lugar de preocuparme.
Luego de hacer en
agosto unos test de ovulación que mostraron ausencia de esta decidí cambiar de
médico para tener otra opinión. Una amiga me había recomendado al suyo así que
fui hace algunos días. Este vio en una ecografía que había realizado a
principio de año lo que el anterior pasó por alto: una poliquistosis ovárica.
Es algo bastante común y tratable. De hecho yo la tuve hace algunos años, y en
ese momento su tratamiento fue con pastillas anticonceptivas. Supuestamente ya
no estaba, o eso era lo que decía mi médico. Sin embargo el nuevo profesional
decía que se veía claramente en el estudio, y que también lo mostraba la
relación entre dos hormonas. Aunque en un análisis de sangre ambas estaban
dentro de su rango, lo normal es que una fuera más alta que la otra y en mi
caso estaban invertidas. Me explicó algo así como que sería una resistencia a
la insulina pero concentrada en el ovario, y me dio unas pastillas de
metformina para que esto funcione normalmente. Me decía que muchas veces con
eso en un par de meses se regulariza el tema (ojalá!). También me mandó la
orden para hacer algunos estudios y descartar otra cosa.
En fin, como verán
ando ocupándome del tema, tratando de estar tranquila y sabiendo que yo estoy
haciendo lo que puedo hacer, y que el resto es cuestión de tener confianza en
que todo se dará bien, el tener la paciencia para que todo se dé cuando deba
darse.
Por eso los
comentarios de esta mujer me alteraron un poco. No quise darle estas
explicaciones, no se las merecía. Insistía con el tema sin saber que cada vez
que lo hacía me generaba una angustia que es la que yo intento combatir por
otros lados. No sé qué pretendía con sus constantes y ya molestas alusiones,
pero logró alterar la calma interior que yo intento mantener.
Intento volver a mi
centro, de a poquito lo voy logrando.
Disculpen mi catarsis,
gracias por estar del otro lado.