Ayer mi novio me reenvió una cadena de mails que habíamos estado cruzando hace justo un año atrás.
– “Mirá lo que habías escrito hace un año” – me dijo.
Y en esos mails le estaba contando que me acababan de llamar para una entrevista en una empresa a la que había mandado curriculum el día anterior. Le decía que había estado mirando la web de esta, que me apabullaba un poco, que no tenía yo experiencia en el sector y no sabría que tanto me tendrían en cuenta, que seguramente era una empresa monstruo por el edificio que tenían, etc.
Resulta que esa empresa a la que me refería es la de mi trabajo actual. Después de un largo proceso finalmente entré a este lugar, a pesar de la no experiencia, de mi apabullamiento del principio, del edificio del que en realidad solo dos pisos son de la empresa, etc.
Ese primer momento con los mails que les relaté fue el principio de cuatro meses en los que seguía participando de la búsqueda para el puesto pero sin definiciones. Meses en los que pasé de sentirme bastante confiada de entrar a bastante deprimida porque esta posibilidad la veía muy lejana e imposible.
Yo venía de seis años trabajando en un lugar que ya me tenía bastante cansada. No era el peor lugar para estar, pero yo estaba necesitando un cambio de aires, trabajar mas cerca de casa, hacer otra cosa. Todo eso sumado a una serie de acontecimientos me hicieron empezar la búsqueda del cambio de trabajo, que al tiempo me traería adonde estoy ahora.
Fue raro como se dio todo, algo en mi interior me decía que tenía que ser para mi este puesto. ¿les ha pasado de sentir muy fuerte algo así? Ya la manera en que me decidí a actualizar mi perfil en el buscador de empleo fue algo extraña, era un día bastante tarde a la noche y “sentí” que debía hacerlo (lo pongo entre comillas porque no fue solamente una decisión de hacerlo, algo en mi interior me gritaba que lo hiciera), así que actualicé el cv (cosa que no hacía hace varios años) y vi este aviso que me llamó la atención (creo que lo que noté principalmente era la zona, bastante cerca de casa, y a mi el tema del largo viaje era uno de los puntos que me tenían agotada).
Al día siguiente me estaban llamando para ir a la consultora. Esa primer entrevista salió muy bien, me indicaron enseguida que mandara mi curriculum en formato word porque lo iban a pasar a la empresa. Eso hice, y al día siguiente me estaban llamando de ahí para ir a ver a recursos humanos.
Este fue entonces mi primer contacto con la gente de la empresa y las instalaciones. Quedé contenta porque me había gustado como me había sentido. Había sido una entrevista larga pero satisfactoria. Yo era sin embargo la primera persona que ellos estaban viendo, así que me dijeron que iban a seguir entrevistando gente, pero que se comunicarían porque les había gustado mi perfil.
A eso de los diez días ya estaban llamándome para una segunda entrevista en la empresa, esta vez con la que sería posteriormente mi jefa. También parecía haber salido bien, y otra vez me dicen eso de que seguían viendo gente pero que mi perfil podría ir con el puesto y el grupo.
Hasta acá contenta y esperanzada. Luego empezó a pasar el tiempo, tal vez mas del que esperaba. En eso me llaman de la consultora y me dicen que estaban algo demorados con la decisión pero seguía como posible candidata. Bien! Había que seguir esperando.
Siguió pasando el tiempo, así que decidí comunicarme con recursos humanos para ver en que iba todo. Me contestaron muy atentos, pero me dijeron que todavía estaban evaluando opciones porque querían ver si encontraban alguien que ya viniera del rubro (ups! Eso yo no lo cumplía!). Otra vez que siguiera esperando porque mi perfil les gustaba igual. Y el tiempo transcurría.
Y así pasaban semanas, yo cada tanto volviéndome a comunicar con ellos para ver como seguía todo. En un punto confieso ya esperaba que me dijeran que no quedaba, pero hasta que no me dijeran eso seguía teniendo algunas esperanzas. A veces bastante ínfimas. En el medio había mandado mi curriculum a otros lados, aunque me refrenaba un poco en hacerlo porque me había gustado este lugar y cada entrevista significaba una excusa a poner en mi trabajo anterior, así que quería limitarlas a momentos que valieran la pena.
En una de esas me llaman y me dicen que si bien no tenían tomada la decisión querían ir acelerando el proceso (al fin! Ya era hora!) y me mandaban a hacer un examen psicotécnico. Fueron dos horas en un consultorio de una psicóloga en el centro, en las que hablamos de muchas cosas, e hice test de todos los colores.
Y aunque no lo crean, después de esto el tiempo siguió pasando. Habían pasado unas tres semanas que vuelvo a comunicarme con recursos humanos. Ya mis ánimos estaban un poco por el piso. Todos mis intentos de ser positiva estaban fallando y pensaba que si no me habían llamado a esta altura solo podía significar que habían seguido con otra persona, tal vez habían encontrado a alguien con experiencia en el sector.
Me dicen entonces que se había ido de vacaciones de invierno el gerente de finanzas que era quien iba a decidir (aclaro que yo nunca lo había visto, pero supuestamente era quien tomaba la decisión) y que siguiera esperando. Ok, ya para esta altura estaba acostumbrada a eso.
Como les contaba, yo estaba algo encaprichada con este lugar. Algo me decía que era para mi, y aunque por momentos las circunstancias me hacían dudar que se diera no quería darme por vencida, seguía intentando hacerme a la idea de que saldría finalmente. ¿escucharon sobre el visualizar lo que uno quiere, la ley de atracción del universo, etc? Bueno, yo me la pasaba intentando visualizarme acá, ya hasta le había prendido velas a la virgen por este tema.
Y finalmente, no se si con ayuda del universo, de una entidad superior, o gracias a mi propia tenacidad en el tema, llegó la llamada que esperaba:
- “te queríamos comunicar que sos la elección para el puesto” –
- Si!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! – ( en realidad lo que dije fue un “muchas gracias”, “estoy muy contenta”, o algo así)
- “te vamos a pasar los datos para que te hagas el examen preocupacional, que es el último requisito para entrar, si sale todo bien firmamos el contrato”
Fui entonces un día bien temprano a hacerme estos exámenes médicos. Análisis de sangre y orina, radiografía de la columna, revisión médica y electrocardiograma. Por lo general estos resultados se tienen en un par de días, así que la espera debía ser mínima. O eso pensaba yo. Para hacérselas corta, estuve casi una semana mas esperando a que me dijeran que había salido todo bien y que firmáramos el contrato.
Del comienzo al fin de este proceso como les contaba pasaron cuatro meses. Pero valieron la pena. Hoy me siento a gusto donde estoy. No es que sea perfecto, pero hay muchas cosas que me gustan o me hacen sentir cómoda. Cuando lo comparo con mi trabajo anterior puedo asegurar que fue un buen cambio.
Como cambian las cosas en tan solo un año!. La vida nos depara cosas que no teníamos idea un tiempo antes. Creo que hay que moverse para lograr los cambios que uno quiere, y persistir aunque a veces pareciera que no se logran. Todo esto me ha hecho pensar ver estos mails escritos hace exactamente un año atrás.
Y ustedes, ¿en que estaban hace un año? ¿en que están hoy? ¿han tenido algún cambio importante?