Ayer les contaba que un logro del que estoy
orgullosa es haber podido este año tomar la decisión de bajar unos kilitos de
más, y que para conseguir eso recurrí a expertos en el tema que me dieron
consejos que me fueron muy útiles.
Sin pretender dar soluciones mágicas, ni
hacerme la que sabe mucho de esto, les trasmito algunos tips que me pasaron, los cuales a mi me sirvieron. Ojalá a ustedes
también les sean de provecho.
Antes que nada también quiero decirles que
esto aplica en el caso de unos pocos kilos. Bah, supongo que en realidad es
útil en todos los casos, pero quiero aclarar que no se trataba este de un caso
en que estuviera en riesgo la salud. De tener un sobrepeso más grande no
olviden consultar a un profesional que puede hacer chequeos y darles una mayor
guía.
Para adelgazar se requiere el deseo real de
hacerlo, un poco de voluntad, y considero que lo mejor es plantear metas lógicas, hacer todo de una manera equilibrada. Como me han dicho, mejor que sea de a
poco. Dietas que prometen descensos asombrosos y rápidos no suelen ser lo mejor
para la salud. Aunque se logre un descenso, si es a base de privarse cosas o
hacer un régimen demasiado estricto, lo más frecuente es que luego haya un
efecto rebote en donde se vuelva a subir lo bajado (y a veces más). También se
puede generar una deficiencia en nutrientes que el organismo necesita.
De esta manera, un buen punto a destacar es: crear nuevos hábitos. Cuando uno logra
incorporar un hábito saludable, es más fácil poder mantener el resultado en el
tiempo.
Una de las primeras cosas que me dijeron en
la consulta inicial es la importancia de comer
cada dos horas. Por un tema de tener el metabolismo activo esto es
importante. No se contarles bien los hechos científicos que lo justifican, pero
me explicaron que de esta manera el cuerpo reacciona mejor. Cuando se lo priva
por un tiempo prolongado de alimento el organismo tiende a almacenar más cuando
finalmente se come (lo contrario a lo que uno quiere). O sea, olviden la idea
de los ayunos. El no comer es malísimo para las dietas. Cuando uno no deja
pasar más de dos horas entre bocado y bocado, no se llega con tanta hambre a la
siguiente comida.
Quiero aclarar de todos modos que no estoy
diciendo que se coman una milanesa cada dos horas. Pero si pequeñas colaciones (fruta, yogurt, cereales, alguna tostada, un
pedazo de queso, una salchicha, etc.) que sirvan para tener al cuerpo
funcionando. De esta manera no tenemos hambre voraz y ordenamos al organismo.
Este fue un consejo que para mi fue muy útil
y no fue difícil de cumplir. La primera reacción de la gente suele ser el tener
la impresión de que come más al comer seguido. “¿Cómo voy a bajar de peso si
como más?”. Recuerden que hay un gasto calórico al procesar los organismos que
uno come, y lo del metabolismo activo que antes les decía.
Otro consejo útil ha sido el de incorporar más líquido. De esta manera
uno logra saciedad, y por otro lado eliminar toxinas. En verano es más fácil tomar
mayor cantidad de agua. De todos modos en invierno uno puede ingerirlo a través
de infusiones (te, mate, etc) y de sopas. Un buen truco es tomar un caldito un
rato antes de la comida. De esa manera llegamos con menos hambre, nos sentimos más
satisfechos.
La idea entonces es: “comer sin hambre y beber sin sed”. Si vamos comiendo
frecuentemente no tendremos tanta hambre ni ansiedad. Si bebemos sin esperar a
sentir la sed estamos incorporando esos líquidos necesarios. A veces pasa que
uno se olvida de tomar agua. En la oficina a mi me sirvió el tener siempre a
mano una botellita. De esta manera la veo y me acuerdo que tengo que tomar
agua. Para los que consideran que tomar agua es algo soso, hay en el mercado
jugos bajas calorías, gaseosas light, etc.
Otro punto importante es el tema del ejercicio. Hay gente que disfruta mas
de los deportes, gente que disfruta menos. Yo soy de las últimas, pero no todo
está perdido. Hay pequeñas cosas que uno puede hacer para incorporar movimiento
a su vida. Si no son amantes del gimnasio (yo no piso uno ni de casualidad,
aunque hago Pilates hace dos años) pueden incorporar mas caminatas. Ya les
conté que como trabajo a 35 cuadras de casa incorporé la costumbre de caminar a
la vuelta en muchas ocasiones. No lo hago siempre, pero algunas veces a la
semana sí. Y todo suma. Si pueden optar por subir escaleras en vez de tomar un
ascensor es algo que también va bien. Y sino encontrar actividades que disfruten:
andar en bicicleta, bailar, nadar. Hay opciones para todos los gustos.
Otro punto importante es el tema de los
objetivos. Hay que plantearse objetivos
a corto plazo y posibles de obtener. Si uno quiere bajar diez kilos y se
los plantea como meta, lo más probable es que en algún punto la vea
inalcanzable y tire la toalla. En cambio si uno se plantea bajar un kilo por
mes, al cabo de diez meses llegó a los diez kilos de descenso. Pero se vivió de
otra manera. Uno logra mantenerse motivado con esos pequeños logros, que en
definitiva nos llevan a un objetivo a largo plazo.
Justamente la motivación es un tema importante. Hay que encontrar que es lo que a
cada una la motiva en el proceso de adelgazar. Tal vez puede ser ponerme una
prenda que ya no me entra. O recuperar cierto talle que tenía. Puedo por
ejemplo comprarme algo de ropa nueva. Tener en claro que es lo que a cada una
la motiva va a ayudar a lograr el objetivo.
Otro tema importante es saber que hay altibajos en toda dieta. Hay
momentos en que parece que hacemos todo bien y bajamos, otros en los que no
vemos cambios, y otros en los que inclusive subimos. Eso no tiene que
desmoralizarnos. Es algo natural que pase. Inclusive hay momentos del mes que
por temas hormonales una mujer puede sufrir cambios en su peso. Simplemente
tener en claro el objetivo, y si hubo deslices no preocuparnos y seguir como si
nada con el plan.
Esto me lleva a la siguiente frase: “el tren pasa cada dos horas”. Y está
relacionada con lo que les decía antes. Si uno comió de más, no hay que dar por
perdido el día, simplemente volvemos a las proporciones y opciones adecuadas en
la siguiente comida. Tampoco hay que dejar de comer para compensar (lo cual ya
vimos que logra el efecto contrario al deseado).
Un tema también importante a considerar es el
tema del tamaño de las porciones. Verificar
cuanto uno come. No terminar el plato solo por no tirar comida. Si uno va a un
restaurante consultar antes el tamaño de los platos y considerar la opción de
compartir. Usar platos chicos (que dan la sensación visual de que uno come más).
Otros tips pueden ser comer despacio, saborear la
comida. Darnos gustos (porque
una dieta basada en privaciones todo el tiempo no funciona en el tiempo), tener cuidado con los condimentos (de
aceite una cuchara por día, sino una simple ensalada puede transformarse en un
plato muy calórico).
Hay muchas mas cosas, como tener a mano comida sana que podamos
picotear si hay hambre (en casa, o en la cartera, o en el cajón de la oficina, para
no recurrir a comprar golosinas en el kiosco o consumir alimentos con gran
cantidad de calorias), hacer las compras del supermercado luego de haber comido
(para evitar tantas tentaciones).
El control
de peso sirve mucho (puede ser semanal, diario, etc.), y al principio
también recomiendan llevar una lista de
los alimentos que consumimos (porque al poner en papel nos damos cuenta de
que comemos, en que cantidades, en que horarios). Observar también si uno come
por hambre o motivado por otros sentimientos (aburrimiento, tristeza, ira, etc).
Espero que les sirvan estos consejos. Son solo
una simple guía, pero que considero bastante útil. Es un post un poco largo,
pero vale la pena tener en cuenta.
¿Han hecho dietas? ¿Cómo les resultaron? ¿Les
cuestan? ¿Tienen otros tips interesantes para compartir?