Sigo con la temática del post anterior, en la que hablaba de
un cierto aburrimiento que me está agarrando con la cuarentena. Creo que la
mejor definición que estoy encontrando es que me ha agarrado una cierta apatía últimamente.
Esto en mi es bastante raro porque soy de hacer muchas
cosas, de embarcarme en proyectos con entusiasmo. Pero supongo que el encierro
y la situación de incertidumbre me están causando esas ganas de nada.
O sea, si me siento aburrida no es porque no encuentre cosas
para hacer y ocupar mi tiempo. Pero me pasa que no estoy teniendo tantas ganas
de hacerlas, o no las estoy disfrutando tanto.
Soy muy lectora y sigo leyendo, pero me cuesta engancharme
con lo que leo. Y no es que sea porque justo encontré libros malos, sino porque
aun teniendo el tiempo para dedicarme me da fiaca sentarme en casa a hacerlo. Voy
de a ratos, luego dejo y me pongo con otra cosa, y así. Como una falta de
concentración.
Veo películas y series. Pero tampoco es que me gusta pasármelo
frente a la tele todo el día, ya estoy expuesta a suficientes pantallas.
Estoy escuchando música, y trato de poner canciones
divertidas, de esas que me hacen bailar un poco, que me meten ritmo al caminar,
aunque sea dentro del espacio reducido del living.
Limpio y ordeno la casa, aunque estas no son actividades a
las que yo llamaría precisamente super disfrutables. Lo mismo con la cocina,
que no es una de mis pasiones. Mi marido se entretiene más preparando cosas
ricas, las cuales luego yo pruebo y disfruto.
Conseguí un curso de Photoshop online a precio razonable, y
estuve un rato con eso, aunque es un poco básico hasta ahora.
Hace mucho no dibujo, me mamá ayer me incitaba a eso por
teléfono. Pero me pasa que no me siento inspirada para agarrar lápiz y papel.
La fotografía que tanto me gusta también está como en un impasse ahora que el
único escenario es mi casa.
Pensé en que sería útil repasar algo de idiomas, los cuales
siempre me gustaron y tengo algo oxidados por falta de práctica. Pero es lo
mismo, una cosa es pensarlo y otra sentarme a hacerlo.
Así me encuentro, y francamente espero que se me pase
pronto. ¡Que vuelvan las musas!