Hace mucho que no paso por acá. Comenzó octubre y estoy
transitando el último mes del embarazo. Todavía trabajando, así que me mantengo
bastante activa dentro de todo. Hay días en que igual termino la jornada
cansada, y aprovecho a recostarme un rato. Son esos momentos en los que el
michi me acompaña, muchas veces se acomoda arriba mío, y hasta pone sus patitas
sobre la panza. Muero de ternura cuando hace eso. Me da esperanzas de que luego
se comporte bien cuando llegue la bebé. Como saben quienes me siguen hace rato,
el gato tiene su carácter bastante especial, así que este tema de cómo
reaccionará nos preocupa un poco. Sabemos que vamos a tener que estar bien
atentos a su conducta.
Ya creemos que tenemos todo preparado. El bolsito para la clínica
lo tenemos armado hace dos semanas. Hemos colocado unos estantes en el cuarto
de la pequeña, también un lindo vinilo en una pared.
Mientras tanto por acá comenzó la primavera. Eso invita a
comer cosas más frescas como estas frutas. Pero no se dejen engañar, los dulces
me están pudiendo, al igual que las harinas.
La que se llenó de flores es la entrada de casa. Las macetas
que ahí tenemos en una pared medianera (y que cuida el vecino, hay que
admitirlo) se han llenado de color. Es lindo verlas. El clima comienza a ser
más agradable, y cuando podemos aprovechamos a dar alguna mini vueltita por el
barrio. Con todos los cuidados porque seguimos en cuarentena por estos lados,
pero intentamos ver algo de verde por lo menos en los fines de semana.