La semana pasada pasé
unos días por Santiago de Chile. Mi primera vez en el país vecino, asi que era
todo nuevo.
Jueves y viernes
fueron de trabajo, así que es poco lo que pude conocer. Sin embargo algo iba
viendo desde el remis que nos trasladaba desde el hotel (uno de mucha categoría
que contrató la empresa, en la parte de Las Condes que es barrio de lujo) al
sitio de trabajo (ubicado en las afueras, dentro de un polo industrial).
Ya lo primero que me
llamó la atención de Santiago fueron las carreteras y los túneles. Estos
últimos realmente largos (uno me dijeron que tenía como 5km!). El poder ver las
montañas desde la ciudad era otro atractivo que disfruté.
Muy interesantes
también esos dos días ya que conocí a gente con la que había empezado a tener
que hablar por teléfono, me hicieron una recorrida por las instalaciones (con
todo el equipete de seguridad, casco, zapatos especiales, etc, lo cual para mi
que soy bicho de oficina me resultó de lo más entretenido). Y hasta pude
asistir a la fiesta de fin de año, comer allí cosas ricas y reirme con un
cómico chileno que realizó un stand up.
Lo mejor igual fueron
los dos días del fin de semana que fueron para mi y en los que pude recorrer
bastante. Sobre estos les voy a ir contando y mostrando fotos.
Hoy empiezo con el
relato de algo que me encontré el sábado a la mañana y que me llamó la
atención: The color run.
Resulta que antes de
trasladarme al nuevo hotel (ya no patrocinado por la empresa sino bancado por
mi, y por lo tanto uno bastante más barato que era lo que mi presupuesto
permitía) salí a dar una vueltita por Las Condes. Estaba cerca de un shopping
muy moderno llamado Costanera Center, y dirigiéndome hacia allí empiezo a
escuchar música a todo lo que daba y a ver gente manchada de colores. Enseguida
me llamó la atención, como podrán imaginarse. Con mi cámara a cuestas fui hacia
allí y me encontré con una carrera en la que los colores eran los
protagonistas.
La gente con remeras
blancas entraba a la largada y allí nomás ya le empezaban a llover polvos de
colores. Luego iban corriendo o caminando, y seguían con este espíritu de
fiesta. Me pareció muy divertido. Algunos iban disfrazados, otros hasta llevaron
alguna mascota o niños pequeños. Todos participaban en un ambiente de risas y
alegría.
Debo confesar que
daban ganas de unirse a eso, pero luego de sacar algunas fotos decidí ya si
emprender camino e ir para la parte céntrica de la ciudad. Sobre esto les voy a
contar próximamente, pero mientras tanto les dejo con algunas fotografías de
este evento.
¿Asistieron alguna vez
a algo así?