La boda de unos amigos.

 

El miércoles tuvimos el casamiento de unos amigos. Viniendo nuestra fecha dentro de poco, esta fue una ocasión que además de ser un lindo momento funcionó como inspiración o nota de mental de algunas cosas para tener en cuenta o dejar de lado.

Por suerte pude pedirme el día en el trabajo para asistir. Teniendo en cuenta que era el posterior a un fin de semana largo estaba con miedo de que me objetaran el tema o pusieran algún reparo. Yo no soy de pedir muchos permisos, y afortunadamente mi jefe me facilitó el poder ir.

El registro civil donde se casaron estaba bonito. A nosotros no nos queda muy cerca, pero era un lugar muy bueno para todo el tema de las posteriores fotos y tirar arroz, ya que hay una plaza al lado.

Los novios llegaron bastante sobre la hora (según él era la novia que no terminaba de arreglarse) y ya estábamos familiares y amigos haciendo bromas sobre si se habrían arrepentido. La ceremonia empezó enseguida, y aunque cortita porque no deja de ser un trámite fue linda. Los “si, quiero” de rigor, y salieron orgullosos con la libretita roja que los declaraba unidos en matrimonio.

De ahí nos fuimos caminando hasta el edificio donde ellos viven, a unas pocas cuadras. Es de estos predios modernos con un salón de usos múltiples que reservaron para la ocasión.

Lo habían decorado bonito, en colores amarillos y naranjas. Las mesas con blancos manteles y servilletas amarillas, las sillas vestidas al tono. Como centro de mesa habían puesto unas artesanías hechas por la hermana de la novia. En cada una había una parejita en porcelana fría representando a los novios, sobre una plataforma de madera a la que habían pegado una botella con flores secas.

No había número de mesa, lo cual creó algo de confusión ya que aunque nos habían indicado en la entrada en cual debíamos sentarnos, la gente lo hizo en donde se le antojó. Conclusión, todos mezclados por cualquier lado, sin importar el orden dispuesto por los novios. Este es un punto sobre el que parece importante tener en cuenta cuando hay mesas asignadas: hay que identificarlas correctamente o contar con alguien que se encargue de que se respeten los lugares definidos. No será nuestro caso, ya que habrá livings para que sea más informal y la gente se siente donde guste.

Para cuando llegaron los novios entraron con la canción “Juntos a la par”, de Pappo. Un clásico para este tipo de eventos. Nosotros todavía no tenemos definida nuestra canción para la entrada al salón. ¿Ideas o sugerencias?

Algo gracioso fue cuando llamaron a los recién casados para bailar el vals. El novio estaba sorprendido ya que según él eso “no estaba en su libreto”. Parece que en el de la novia si, y logró hacerlo moverse un poquito al son de la música.

Esta fue justamente más funcional que otra cosa, aunque había un disc jockey. Hubo un ratito de baile, pero a mi gusto se quedó bastante corto, nos pasamos casi todo el rato sentados en las mesas.

Si hubo el intercambio de anillos, el tirar el ramo, sacar las cintitas con los anillos escondidos y una torta de boda. Esta última había sido preparada por una tía, y aunque no la probé se veía bastante bien.

Como nota mental me puse el recordar hacer sobrecitos con arroz para la salida del registro. Ellos habían preparado unas con decoración sencilla pero linda. También el incluir más baile porque es más entretenido. Y sobre los souvenirs reforcé mi idea de no hacer nada. Termina siendo un gasto de dinero y francamente uno como invitado no sabe muy bien que hacer con eso. Estoy pensando donde poner en casa la chuchería que nos dieron.

Ha sido un bonito día el que pasamos, y contribuyó a que el fin de semana pareciera todavía más largo.

Nosotros ya estamos en nuestra cuenta regresiva, un poco más de mes y medio para el gran día.