jueves, 27 de febrero de 2014

Y sigo dibujando...

Mi tercer obra con la técnica del rotring, y le estoy encontrando el gustito. Me gusta que se pueden hacer más detalles, y en general como quedan los dibujos. Lo malo es que parece que este bolígrafo se gasta de nada, porque ya se veía claramente que costaba lograr la intensidad del principio. ¿Conocen algún truco para que no se gaste tanto? Agradezco datos ya que a este paso me veo comprando uno por mes.

Volviendo al dibujo, de nuevo me inspiré en una tierna imagen de un padre con su pequeño bebe. Me pareció de lo más linda, y me gusta el resultado. Definitivamente seguiré jugando con esta técnica en el futuro.

¿Qué les parece?

miércoles, 26 de febrero de 2014

Belleza gatuna disfrutando del patio

 
Hace rato que mi modelo felino no aparecía por acá, así que aprovecho unas fotos que le saqué el otro día mientras yo barría un poco el patio. Yo me dedicaba a sacar unas cuantas hojas que habían caído y él aprovechaba a oler las plantitas, tumbarse un poco arriba de ellas, y jugar con bichitos que andaban dando vueltas. ¿verdad que esta lindo?

Bajo unas macetas encontré una colonia de hormigas que salieron como locas ni bien levanté para pasar la escoba. Eran tantas que me motivó a ponerle un poco de veneno en spray. Supuestamente no les hace mal a los animales, pero la idea era que el gato no fuera a olerlo precisamente. ¿Quieren saber que hizo Ciro inmediatamente? Pues fue adonde estaba el veneno y se puso a lamerlo con expresión de obsesionado. ¡Que grito se llevó! Lo metí adentro de la casa (el pobrecito me miraba desde ahí después con cara de “quiero salir”), pero lo que no tenía ganas era de tener al gato medio intoxicado. Por suerte no parece haberle afectado.

Sigue haciendo trastadas para no perder la costumbre. Pero me tiene toda enamorada (para no perder la costumbre tampoco).



martes, 25 de febrero de 2014

"Durmiendo la siesta": nuevo dibujo


El sábado a la tarde estaba como para dormir la siesta, pero en vez de hacerlo me puse a dibujar, y el modelo que tomé de internet es justamente el de dos personitas durmiendo. Son un padre con su bebé, imagen que me pareció de lo más tierna para inmortalizar el momento con el rotring negro.

Últimamente me están dando ganas de agarrar hoja y ponerme a crear algo. Hace rato que no usaba el atril de casa, pero en lo que va del mes ya lo he hecho un par de veces.

Es el segundo dibujo que hago con esta técnica, y me ha gustado mucho el resultado.

¿Qué opinan?

 

lunes, 24 de febrero de 2014

Hoy compartimos.. colecciones


Luego de dos meses en que no pude participar de la quedada “Hoy compartimos”, hoy vuelvo a ser parte de esta linda iniciativa. Para los seguidores nuevos les cuento que es un día en que con otros blogs nos ponemos de acuerdo sobre un tema en común y preparamos un post alusivo. Lo interesante es las distintas perspectivas que cada uno le da a lo mismo.

La consigna de hoy fue compartir “Colecciones”.

De chica tuve un arranque de coleccionar estampillas (algo que mi papá hizo varios años, juntando varios álbumes y cajas), pero ahí quedó en esas cosas de la infancia y como no lo seguí con el correr del tiempo no les voy a hablar de ello.

Desde siempre que guardo recuerdos de diversas salidas o momentos, como tesoros en una cajita. Pero tampoco me pareció muy digno de enseñarles esto.

Así que me decidí por mostrarles lo que podría ser una pequeña o incipiente colección: los imanes de heladera.

Tengo varios que fui adquiriendo o que me fueron regalando. Cuando hago un viaje me gusta comprar algún recuerdito, y los imanes son perfectos porque suelen ser económicos y chiquitos, por lo que se vuelven fácil de transportar. Siempre compro alguno para mí, y cuando puedo también alguno para darle de presente a algunos familiares o amistades más cercanas. Y así como yo regalo otros me traen de sus viajes, por lo que se suman a los que tengo expuestos en la heladera.

Las fotos no son de muy buena calidad porque confieso que llegué medio a las corridas para cumplir con este post, pero no quería dejar de mostrarles algunos de los imanes que tengo. Por ejemplo:

Un burrito articulado que me regaló hace muchos años una querida amiga. Es flexible y me acompaña desde hace rato.

Un sapito simpático que me dieron para el “dia del amigo”, el cual por estos pagos conmemoramos en el mes de julio.

La cabeza de un alien que me traje cuando estuve por Capilla del Monte. El mismo hace referencia al Cerro Uritorco, el cual tuve la suerte de subir en un precioso trekking. Toda esa zona se considera bastante mística y ligada a seres como duendes, hadas y extraterrestres.

Un burrito que también vino de un viaje a Córdoba, esta vez de la localidad de Mina Clavero, preciosa con sus ríos y sierras.

Una pareja de alemanes cerveceros que me trajo una amiga cuando estuvo en Villa General Belgrano.

Un par de aves tropicales que traje de mi último viaje a las cataratas del Iguazú, a fines de septiembre del año pasado.

Una vaca y un chanchito que compré en una tienda de Buenos Aires que tiene muchas cosas bonitas.

Un imán con Mafalda y Manolito, dos personajes muy famosos creados por Quino. Este lo compré por San Telmo, un día en que estaba paseando por esa zona.

Una vaquita de san Antonio que me regalaron hace rato.

Una preciosa llama que traje de un viaje al norte de mi país.

Una vasijita que vino de Mendoza.

Un ratón articulado que una vez vi en una tienda cercana.

Un marinero de madera que era de mi papá cuando era chico, así que tiene unos cuantos años.

Una muñequita en colores lilas que fue el souvenir por el primer cumpleaños de la hija de una querida amiga.

Además, entre los imanes les muestro un texto que tengo desde hace un año en la heladera. El mismo había salido en una revista barrial, y hablaba de como encarar el 2013. Seguí al pie de la letra esas palabras, y resultó ser un año espectacular en mi vida. Por mas que estemos ya en 2014 quise conservarlo porque me parece una buena filosofía. ¿Qué opinan?

Me voy a ver ahora lo que han publicado el resto de los compartidores. Los invito a hacerlo también:








viernes, 21 de febrero de 2014

Violín callejero. Dibujo con rotring negro


Les conté que la clase pasada del taller de dibujo había comenzado una obra con una técnica nueva para mí, el rotring negro. Resulta que al miércoles siguiente la terminé, y este que les muestro es el resultado. Estoy muy contenta con cómo quedó, sobre todo para ser mi primera incursión con el rotring. Me inspiré en una foto de una chica tocando el violín en la calle, mientras otros transeúntes pasan.

Como todos los dibujos que vengo haciendo, el tamaño es considerable (35 x 50 cm es la hoja) así que me llevó un tiempito el sombreado, sobre todo en las partes más oscuras.

¿Qué les parece? ¿Qué les trasmite la chica?

Buen fin de semana.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Mini escapada a San Pedro

Todavía tengo frescos en mi cabeza los días pasados en Mendoza por las vacaciones (ya actualizados estos relatos en la página “crónicas de viajes” del blog, pueden pasar a leerlos por ahí) y vengo a contarles de una nueva escapadita que tuvimos la suerte de hacer. Cortita, de un fin de semana nomás, pero igualmente linda y disfrutada. Y por suerte con el acompañamiento del clima que se portó muy bien, dando un respiro entre tanta lluvia y con la honorable presencia del señor Febo que nos dio días para remera, short y bronceador (el cual no me puse y por eso quedé roja como un tomate, pero eso es otra historia).

Vista del rio, en Vuelta de Obligado
Esta vez el viajecito lo compartimos con una pareja amiga de mi novio. Tanto ella como él me parecen super simpáticos, así que fueron días divertidos y lindos. Hace como un mes que planeamos la escapada, averiguamos un poco en internet por cabañas en la zona de San Pedro, y después esperamos que llegara el día.

Monumento en Vuelta de Obligado
Salimos el viernes después del trabajo. Ya estaba el bolso preparado del día anterior, así que un poquito pasadas las siete ya estábamos en la ruta los cuatro rumbo a nuestro destino. San Pedro queda en la Provincia de Buenos Aires, a unos 160 km de la capital. Así que en unas dos horas y media estábamos llegando. Nos instalamos en la cabaña, la cual estaba en las afueras y resultó ser muy cómoda y amplia. Con parrilla, y una pileta que se compartía con otras unidades, en un predio con pasto recién cortado. Cerquita había caballos y gallinas, así que nos sentíamos bien en el campo. Esa noche nos fuimos a cenar pizza a un bolichito de la zona, en donde también pudimos ver el show de un cantante local. Fue divertido, con gente que se animaba a bailar, en un show algo bizarro pero que nos hizo reír mucho.

Cadenas del monumento
Cadenas
Al día siguiente fuimos primero a la localidad de Vuelta de Obligado, que es un sitio histórico que fue testigo del enfrentamiento fluvial conocido como Combate de Obligado, ocurrido en 1845. Allí se conservan cañones y parte del juego triple de cadenas que se utilizaron para atravesar el Río Paraná con el objetivo de detener a las flotas enemigas anglo-francesas. Hay un bonito monumento, con un museo (al que no pudimos entrar porque estaba cerrado), y todo tiene hermosas vistas del río.

Una vez en San Pedro estuvimos caminando en la zona de las barrancas, por el centro de la ciudad, y un balneario de acceso público.
 

Desde las barrancas

 También visitamos el buque museo “Ara Irigoyen”. Este es un navío que se pasó a retiro y funciona como museo desde 2010. Uno puede recorrer los camarotes del comandante y segundo comandante, cuartos de mapas y comunicaciones, su puente de mando y cubiertas, y ver como es por dentro un barco de estas características. Fue muy interesante, y nos divertimos como chicos sacándonos fotos junto al timón, con la radio del barco, subidos a los cañones de defensa antiaérea, y hasta recreando la escena de Titanic en la que están con los brazos extendidos en la punta de la cubierta (y si, somos grandes con alma de niños).
Buque museo

Algo que es tradicional de San Pedro y que por eso no podíamos dejar de probar es la ensaimada. Es un manjar de receta milenaria, que cruzó continentes hasta llegar a San Pedro de la mano de los mallorquines. Muchos atribuyen su origen a los árabes por la forma de espiral, como si fuera un turbante blanco. Cuentan que fue llevada a Mallorca en el siglo X por un gobernador musulmán.
La ensaimada está formada por dos capas de masa trabajada y estacionada. Se puede probar con crema pastelera o con la versión argentinizada con dulce de leche (nosotros compramos una mixta que tenía ambos rellenos). Por supuesto que no nos defraudó. La comimos mientras tomábamos unos mates, tirados en una mantita sobre el pasto. ¡Eso es vida!
Siguiendo con el relato culinario, a la noche hicimos un rico asado en la parrilla de la cabaña. Ya les conté que a mi novio le gusta hacer asados y le salen muy buenos, y este no fue la excepción. Eso sí, lo comimos adentro porque había unos cuantos mosquitos afuera haciendo de las suyas.
Ensaimada
El domingo siguió el clima lindo, así que luego de desayunar con café y lo que había sobrado de la ensaimada nos dedicamos a vaguear un poco. Momento de leer en las reposeras junto a la pileta, de charlar, de dormir la siesta. Bien de relax todo, para luego al finalizar el día emprender la vuelta.
Pasamos un hermoso finde con amigos, experiencia para repetir.
 

martes, 18 de febrero de 2014

De postal, un pedacito de Lago Puelo


Esta foto no la saqué yo, sino que es un recuerdo de mi hermano y su novia de las últimas vacaciones. Ella me la mandó ayer para que la viera, y la verdad es que me quedé con la boca abierta ante la maravilla de ese lago y esas montañas. Yo estuve en ese sitio hace justo un año, y es precioso. En esta fotografía está captada de lo más bien la esencia del paisaje. Es de esos lugares que uno quisiera retener siempre en la memoria, del que no quisiera irse.

¿Qué les parece? Yo quisiera ya zambullirme en esas aguas por un ratito. Sueño un poco en ello mientras tomo un café y veo de arrancar el día laboral.

lunes, 17 de febrero de 2014

Descubriendo la guitarra: dibujo en pastel tiza


Hace unos días me sentí inspirada en casa, y aprovechando que estaba sola y tranquila me puse a dibujar en el atril que me regaló mi hermano. Hace rato que no lo usaba, estaba medio vaga y me limitaba a dibujar solo en la clase.

Lo que surgió es esta obra que les comparto, de una niñita descubriendo el mágico mundo de la música con una guitarra. Nuevamente inspirado en una querida blogger y su pequeña, y realizado en pastel tiza de colores.

¿les gusta? Ahora con mi profesora decidimos probar una nueva técnica, y estoy a mitad del proceso de crear una imagen en que se ve a una mujer tocando el violín en la calle. Cuando lo termine les muestro.

¡Buen comienzo de semana!

sábado, 15 de febrero de 2014

Zoo de Mendoza y el regreso a casa

 


Y el último día de las vacaciones llegó bastante rápido, pero igual salimos desde temprano a pasear y despedirnos de la ciudad de Mendoza. Teníamos el avión a las 20:30hs, así que casi todo el día para recorrer. Como es una linda ciudad y hay varios lugares lindos a los que llegar caminando, empezamos nuestra marcha yendo a dar vueltas por el Parque Independencia. Ya habíamos pasado por ahí cuando hicimos el city tour por la ciudad. ¿se acuerdan? Pueden leerlo aquí.

Comiendo una naranja
La hora de la siesta parece...
Después de pasar por la parte de los lagos paramos a comer algo rápido en un barcito. Pedimos una hamburguesa y nos trajeron algo que parecía un sándwich de milanesa. Le dijimos del error al mozo pero insistía en que eso era una hamburguesa. Y no hubo forma de convencerlo de otra cosa. Que raro, ¿no? Y eso que estamos en el mismo país, hablamos el mismo idioma. Tan difícil no podía ser entendernos, pero ahí estábamos con una diferente interpretación de lo que es esa comida (¿desde cuando estas se empanan con pan rallado?). La comimos igual porque ganas de discutir no teníamos, pero fue algo curioso.

Después de este temita culinario fuimos a visitar el zoológico. Confieso que yo tenía un recuerdo muy lindo de este sitio, del viaje anterior que había hecho hace 11 años atrás. Recordaba que había visto comer a los elefantes (en ese entonces uno era bebé) y me había encantado, y me parecía un sitio bonito, ya que es un paseo en el monte, con subidas y bajadas.

otros que se lo pasaron durmiendo
Lamentablemente la impresión que me llevé esta vez fue muy diferente. Los animales se veían yo diría que bastante tristes. Y eso en las jaulas donde había animales, porque muchas estaban vacias. Los caminos estaban cortados (supuestamente por mantenimiento) así que debemos haber podido hacer un cuarto del recorrido total. Todo cortado, como descuidado. Me quedé con un sabor amargo. Realmente no es un sitio que recomendaría visitar, ni al que quisiera volver. Una penita. Les dejo igual unas fotitos de los animalitos que vimos.

Dejamos a los bichitos atrás durmiendo su siesta, y seguimos caminando un poco más por la ciudad. Nos tiramos un rato en el pasto de una plaza a descansar, y luego si ya volvimos al hotel para esperar el auto que nos llevaba al aeropuerto.

Dulces sueños...
El viaje en avión transcurrió sin complicaciones. Por la ventanilla se veían relámpagos y rayos, ya que atravesamos una tormenta. Por suerte no produjo ninguna turbulencia, y pudimos apreciar esa expresión de la naturaleza, que vista desde el aire es bastante singular.

Dejamos atrás la soleada Mendoza y nos recibió una Buenos Aires muy lluviosa. La ciudad nos obligó a usar paraguas varios días seguidos, nos hizo el temita de lavar la ropa bastante complicado porque secarla fue bastante complicado. Pero finalmente parece que quiere salir un poco el sol. ¡Esperemos que dure!

¡Buen fin de semana! ¿Ya hay planes?










viernes, 14 de febrero de 2014

Día de los enamorados

 
"El amor es paciente, es benigno; el amor no es celoso ni envidioso; el amor no es presumido ni orgulloso; no es arrogante ni egoísta ni grosero; no trata de salirse siempre con la suya; no es irritable ni quisquilloso; no guarda rencor; no le gustan las injusticias y se regocija sólo cuando triunfa la verdad. El que ama es fiel a ese amor cuéstele lo que le cueste; siempre confía en la persona amada, espera de ella lo mejor y la defiende con firmeza. Un día se dejará de profetizar, de hablar en lenguas, y la ciencia ya no será necesaria. Pero siempre existirá el amor. Lo mayor de todo es el amor".

 

1 Corintios capítulo 13.
 

Siempre me gustó esa definición del amor, proveniente ni más ni menos que de la Biblia. Podríamos explicarlo de tantas maneras a este sentimiento tan especial e importante, pero lo más lindo sin duda es sentirlo. Que todos ustedes puedan experimentar hoy y siempre amor, en sus más variadas formas.

 

¡Feliz día de los enamorados!



jueves, 13 de febrero de 2014

Petroglifos, ciudad fantasma y mountain bike por los caminos de Villavicencio

La excursión sobre la que les voy a contar hoy fue sin duda una de las que más me gustó del viaje. Encontramos un folleto en el hotel que hablaba de mountain bike por los caminos de Villavicencio, y estaba publicitado como travesía sin esfuerzo. Mi novio me contó que de más chico él había hecho algo así con sus padres y que le había encantado. Confieso que primero no me convencía mucho el hecho de que había que hacer unos 50 km en bicicleta (que yo me preguntaba cómo iba a poder hacerlo, si casi que diez cuadras de pedaleo me parece mucho.) pero nos aseguraron que al ser todo en bajada uno no se cansaba (y menos mal que le creímos, porque realmente fue así).

Los que nos llevaron a hacer todo este paseo fueron un matrimonio super amable de la zona. Salimos en una camioneta los cuatro, con las bicicletas bien amarradas en la parte de atrás. Nos dirigimos nuevamente por el camino que lleva a la cordillera, así que volvimos a pasar por la zona de Potrerillos y su hermoso lago, y luego por Uspallata. Aquí si ya tomamos un rumbo diferente y nos dirigimos 7 kms hacia una primera parada en un sitio llamado Cerro Tunduqueral. Una corta caminata nos dejó a la vista el vestigio de una civilización antigua y su arte rupestre. Podemos encontrar sobre las rocas petroglifos de muchos años de antigüedad, con variadas figuras antropomorfas. Entre ellas algunas con apariencia de avestruz, de hombrecillos simples, de líneas ondulantes, serpientes, y un ave de rapiña con sus alas desplegadas. Es bastante singular encontrarse con todo esto, tan claramente a la vista. Nos contaban que a este lugar se considera un punto energético, que era tomado como un sitio sagrado por culturas aborígenes huarpes,  por lo que es común ver en la actualidad gente haciendo meditaciones o prácticas de yoga.

Seguimos un poco más nuestro recorrido, siempre acompañados por numerosos grupos de guanacos que nos observaban pasar, y llegamos a la ciudad fantasma dejada por lo que era la extracción de las minas de Paramillo. Estas ruinas son un patrimonio industrial único, cuyos inicios se datan en la época precolombina y se intensifican con las órdenes jesuitas. Son consideras la primera explotación minera de la República Argentina y una de las más antiguas e importantes de lo que fue el Virreinato del Río de la Plata. Se estima que los primeros que las explotaron fueron los huarpes, y posteriormente los incas.

Seguimos andando y nos metimos ya en la reserva de Villavicencio. Esta es un área natural protegida, para la preservación de la biodiversidad nativa, los recursos hídricos y el patrimonio arqueológico e histórico. En la Reserva, los visitantes pueden encontrar guanacos, ñandúes, maras pumas, zorros, chinchillones, choiques, águilas mora y cóndores, y una gran variedad de especies vegetales como el algarrobo blanco, arrayán, y la flor de San Juan.

En lo que respecta al camino interno de la Reserva Villavicencio, una tradición dice que los "Caracoles" están conformados por "365 curvas, una por cada día del año" (pero en realidad son 270). El vehículo detuvo su marcha al inicio de este camino, y ahí nos subimos a las bicis. Acompañados por nuestro guía (mientras su mujer iba en la camioneta hasta un punto donde nos esperaría con el almuerzo) comenzamos a descender. Es cierto que no había que pedalear, ya que la que nos llevaba era la misma gravedad. Lo que si había que hacer era cuidar el equilibrio y dirigir la bici, que por la pendiente natural tomaba velocidades bastante rápidas. La experiencia fue lindísima. Íbamos pasando por cada curva del paisaje dejando que el viento nos acariciara la cara, maravillándonos por el paisaje. Yo me sentía realmente libre, veloz, agradecida de la vida.

Bajo unos árboles en un recodo del camino nos estaba esperando una mesita en la sombra y disfrutamos un picnic. Esta parte me encantó, estaba todo hecho con mucho gusto, con todos los detalles: el mantelito, los platitos de colores, las servilletitas. Bandejitas con sándwiches de queso y jamón crudo, platitos con aceitunas y maníes, con papitas y otro tentempié. Y la Coca Cola que no podía faltar.

Después de parar un ratito volvimos a subirnos a la bicicleta y continuamos pedaleando hasta el Gran Hotel Villavicencio. No tengo fotos de esta parte porque la cámara había quedado en la camioneta, pero fue también una parada muy interesante.

Junto a un grupo una guía que nos mostró la fachada y los jardines del hotel. El mismo se terminó de construir en 1940. Tenía treinta pequeñas habitaciones con baño privado y agua termal en cada una de ellas. Poseía muebles rústicos, las arañas de los grandes salones se hicieron con ruedas de carretas y las camas tenían respaldos de hierro. Los pisos eran de tablones de roble americano y las puertas de las habitaciones también fueron construidas con maderas de calidad. Las paredes lucían acuarelas, óleos y grabados de artistas plásticos argentinos y extranjeros. También contaba con un piano y una orquesta. Tenía una gran profusión de ambientes comunes. Esto se debe a que, además de albergar a los turistas, recibía a los mendocinos que iban al hotel a almorzar y a tomar el té. Ofrecía un gran salón comedor, salones de baile, un salón de té y en la parte baja tenía una galería cubierta donde se podía hacer deportes como ping pong y minigolf. También había una sala de juegos infantiles. Además, tenía una cancha de tenis y de bochas, a las que en los ´60 se sumó una piscina de natación. El uso de la madera, de la teja, de las arquerías, de los balcones era de inspiración alpina.

El hotel estuvo en funcionamiento desde 1940 hasta 1978. En el cierre influyó mucho el trazo de la nueva Ruta 7 y la apertura del Túnel Internacional. Hasta los años ´50 la ruta que pasaba por el hotel era al que se usaba para ir a Chile por Uspallata.

Luego de caminar por los jardines de este histórico lugar volvimos a subirnos a las bicis, y nos tocó otro tramo de camino, esta vez ya asfaltado. Llegamos hasta una parte en donde comenzaba la ruta a tener sentido ascendente, por lo que siguiendo con la consigna de la travesía sin esfuerzo se colocaron en la parte trasera de la camioneta las bicicletas y seguimos cómodamente el viaje en este medio hasta retornar a la ciudad.

Si están por la zona les recomiendo la experiencia, es realmente inolvidable.

¿Hicieron alguna vez algo parecido?