jueves, 22 de noviembre de 2018

Los libros de octubre

Habiendo terminado los relatos viajeros de las vacaciones por Perú, el blog vuelve a tratar otros temas. Hoy por ejemplo les traigo las lecturas del mes pasado, que han sido unas cuantas. Un octubre movidito en cuanto a libros se refiere:

Al otro lado del mar, de Maria Cristina Restrepo.
 Una novela que me gustó, y que narra la historia de una pareja de alemanes viviendo en Cartagena de Indias. Ellos deben dejar esa vida tranquila al ser deportados con motivo de la desconfianza hacia el pueblo alemán en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Una época convulsionada, un mundo en guerra, y una familia que debe luchar por sobrevivir.
Muy interesante, es una cara tal vez no tan contada del conflicto.

Sarum, de Edward Rutherfurd.
Ya son varias las novelas que tengo leídas de este autor, y todas me han gustado bastante. En esta se concentra en la zona de Salisbury, escenario en donde transcurren las vidas de diferentes familias, en un espacio de casi 100 siglos. Desde los primeros moradores hasta una época más moderna. Comienza en la prehistoria y llega hasta los años 80, centrándose en los sucesos históricos más trascendentes.

Me encanta aprender sobre diferentes localidades y sobre su evolución. Un poco larga, pero igual recomendable.
Marina, de Carlos Ruiz Zafón.
Hace mucho que tenía este libro cargado en el ebook pero no me decidía a leerlo. Tal vez porque otra novela de su autor me había resultado tediosa. Lo cierto es que le di su oportunidad y la encontré bastante amena.
Nos cuenta una historia vivida por el personaje principal, Oscar Drai, durante su adolescencia. Con los años no puede olvidar y decide contar lo que pasó cuando un día decide adentrarse en un caserón abandonado. Ahí conoce a Marina y a su padre, un pintor viudo apenado por la muerte de su esposa. El personaje se adentra en la vida de ambos y termina involucrado en una aventura cargada de misterio y con otros seres extraños.

Los fresones rojos, de Esteban Navarro.
Un libro cortito y que no terminó de atraparme demasiado.
Un policía es contratado para investigar la desaparición de una niña, sucedida trece años atrás luego del asesinato de sus padres. El policía toma una excedencia en su trabajo para dedicarse a localizarla, y descubre que no es el primer investigador contratado con este propósito. Los otros han muerto en situaciones misteriosas, y enseguida ve peligrar su vida.

"Outlander". Claire y Jamie
Forastera, de Diana Gabaldón.
Es muy probable que hayan visto la serie “Outlander”, o que por lo menos hayan oído hablar de ella. A mi me la recomendó una conocida, quien también me dijo de los libros. Son ocho, y este es el primero de la saga.
Les cuento que de la serie televisiva tengo ya vista la primera temporada (está en Netflix), la cual me gustó bastante. Rodada en Escocia, los paisajes son alucinantes. También está buena la ambientación de época. Esto me dio ganas de adentrarme con la lectura.
Recién acabada la Segunda Guerra Mundial, una joven pareja se reúne para pasar sus vacaciones en Escocia. Una tarde, cuando pasea sola por la pradera, Claire se acerca a un círculo de piedras antiquísimas y cae de pronto en un extraño trance. Al volver en sí se encuentra con un panorama desconcertante: el mundo moderno ha desaparecido, ahora la rodea la Escocia de 1734. Claire tendrá que elegir entre la seguridad del futuro que dejó atrás y la apasionante incertidumbre del pasado que ahora habita.

 Atrapada en el tiempo, de Diana Gabaldón.
Han pasado veinte años desde que Claire ha vuelto de un viaje a través del tiempo, una aventura en la Escocia del siglo XVII.  Regresa a la zona donde todo comenzó con su hija Brianna, y se dedica a una búsqueda de las tumbas de los caídos en la batalla de Culloden, en 1745.
El viaje le da la oportunidad de sincerarse con su hija y contarle la verdad sobre su origen. También es una buena oportunidad de rememorar los tiempos pasados en Francia junto a Jamie Fraser, su gran amor. Así el lector se entera de los sucesos de esos años, en los cuales intentaron cambiar uno de los capítulos más difíciles de las Tierras Altas.
Claire descubre con sorpresa que su amor Jamie ha sobrevivido a la sangrienta batalla, y toma la decisión de volver a intentar el viaje al pasado para reencontrarlo.

¿Alguno les parece interesante?


martes, 20 de noviembre de 2018

Fin de viaje a Perú, con una auténtica maravilla del mundo

En el último post les mostré un poco de Machu Picchu, con lo que se dejaba ver tras la nube que prácticamente lo cubría todo.
Como les contaba, por suerte llegó un momento a media mañana en que se despejó bastante el cielo y nos permitió ver con claridad el sitio.

Con la montaña de fondo. Maravilloso!
¡Que impactante! Es una auténtica belleza.


Ahí si tuvimos la típica foto que se ve en postales, con la montaña de fondo y la panorámica de la ciudad de piedra debajo.
Pasamos entonces a meternos en la ciudadela, recorriendo las construcciones, tan bien mantenidas.

Ahí por momentos se juntaba bastante gente en ciertos pasos y había que armarse de paciencia para esperar que se despeje y poder avanzar.

Hay bonitas vistas, y fue una experiencia hermosa. Estar rodeados por tanta historia y semejante paisaje es maravilloso.
Les dejo unas cuantas fotos que ahí tomamos.

Se armaban filas de gente por momentos..
La ciudadela desde adentro
Salimos del santuario cerca del mediodía. A la salida existe la posibilidad de sellar el pasaporte con una imagen que representa la típica postal, lo cual hicimos para que nos quedara de recuerdo.


La fila para tomar el bus y descender fue bastante larga, de alrededor de cuarenta minutos. Una vez abajo almorzamos en Aguas Calientes, y ahí ya tomamos el tren que nos regresaría a Cusco. La última noche antes de emprender la vuelta a casa, felices con lo vivido.
Nos llevamos un recuerdo precioso de este viaje, el cual les recomiendo hacer si tienen la oportunidad.

¿Qué les pareció el sitio? 


viernes, 16 de noviembre de 2018

Machu Picchu (bajo la nube)

El día comenzó bien temprano ya que a las 6 am nos juntábamos con un grupo para subir a conocer Machu Picchu. Nos habían indicado puntualidad extrema para no tener que esperar mucho en la fila para subir al bus.

Los pasajes ya estaban comprados de antemano, al igual que la entrada al santuario. Todo esto nos lo gestionó la agencia, lo cual fue bueno porque hay cupos diarios y no puede dejarse para último momento.

Recien llegados a la ciudadela, nos sentimos observados
Como les conté en el último post, había estado lloviendo mucho el día anterior. La expectativa sobre como arrancaría el día era importante. 
Ya se dan cuenta de como arrancó el día, no? Miren la nube
Todo el camino de subida lo hicimos rodeado por una nube que tapaba todo. Lo mismo pasaba una vez arriba de la montaña, ¡se veía poco y nada!.

Ahí atrás está la ciudadela (aunque no lo crean)
Imaginandonos Machu Picchu atras de la nube
El guía sin embargo nos tranquilizó, nos dijo que por experiencia lo más probable es que se despejara para media mañana, y que ahí contaríamos con mayor visión. Ya les adelanto que tuvo razón, pero en ese momento era una posibilidad y no sabíamos cómo resultaría.



Despejes temporales permitian que vieramos algo
Nos llevó primero a un lugar desde donde se tiene la vista panorámica de la ciudadela. Es decir, la típica imagen que uno ve en las fotografías.

Bajo la nube nos la imaginábamos más que otra cosa, aprovechábamos a sacar fotos cuando se corría un poco. Era gracioso porque ahí la gente comenzaba a dar gritos de felicidad y admiración, aplaudía. Es que estar ahí es increíble realmente.


Se despejó otro poquito!!
Nos estuvo explicando varias cosas de la ciudad inca. Por ejemplo, que su excelente estado de conservación se debió a que por muchos años permaneció olvidada, y entonces zafó de ser destruida por los españoles cuando conquistaron la zona.

Fue redescubierta a principios del siglo pasado, y los únicos destrozos habían sido los de la propia naturaleza, en su accionar durante más de 300 años. Pero por todo lo demás estaba impecable. Su descubrimiento se debe gracias al investigador Hiram Bingham III quien estaba buscando la última capital de los incas Vilcabamba.


Acá también hay zonas de terrazas
Actualmente es considerada patrimonio cultural de la humanidad al ser reconocida como importante centro político, religioso y administrativo de la época incaica. Machu Picchu que en castellano significa “montaña vieja”, es la ciudadela inca más famosa del mundo. ¿Quién no escuchó hablar de ella y sueña con poder conocerla?

La montaña quería comenzar a verse
Machu Picchu estuvo interconectado con todo el Imperio  a través de la conocida ruta de los caminos del inca.

Es un lugar mágico..
El guía nos explicó que teníamos disponible para ver la llamada “Puerta del sol”, desde donde se tienen unas vistas hermosas de la ciudad. Había que caminar un poco para llegar hasta ahí, pero nos lo recomendaba porque de paso hacíamos tiempo para esperar a que la nube se despeje. Por supuesto allí fuimos.
Hacia la puerta del sol
Cuando llegamos ahí nos encontramos el mismo panorama: mucha nube, con despejes temporales y gritos de alegría de la gente cuando eso sucedía.
Ven la ciudadela? Y el camino por donde se llega a ella con el bus

En la "Puerta del sol"

Vista de la ciudadela


Disfrutando el lugar
Para cuando regresamos de ahí, ya el clima había comenzado a cambiar. ¡Hasta se veía la montaña del otro lado! ¡Que alegría! La vista es asombrosa.

En el camino
Al lado de uno caminan las llamas y vicuñas, las cuales están acostumbradísimas a los turistas, ni se inmutan por cruzarse con la gente. ¡Son tan lindas de ver!.




Les dejo algunas fotos de esta primera parte. Prometo que para la próxima vienen las imágenes “post nube”, y con ellas el cierre de los relatos de este viaje fantástico.

Simplemente maravilloso
¿Qué les parecen? ¿Les gusta el sitio? 

lunes, 12 de noviembre de 2018

Aguas Calientes: cada vez más cerca de Machu Picchu!

Con el post de hoy quedamos a pasitos de la estrella del viaje: Machu Picchu.

Toca contarles de la llegada al pueblo de Aguas Calientes, que es el que está más cerca al santuario inca.
El pueblo es atravesado por un río.
Pequeñito pero de belleza, ubicado a orillas del río Urubamba y rodeado de montañas.


Para llegar allí nos tocó madrugar y tomar el tren, que nos llevaría desde Ollantaytambo hasta el pueblo. El viaje transcurre por la selva, y es muy placentero. Nos tocó compartir asiento con una pareja de canadienses que eran de lo más simpáticos. Realmente nos hicieron reir mucho, se hizo muy ameno el trayecto.
En la plaza principal (y única)
Una vez arribados a la estación nos pasaron a buscar para llevarnos al hotel, que quedaba a un par de cuadritas. Todo está muy cerca realmente.


Era temprano y como teníamos todo el día por delante pensamos en hacer una caminata siguiendo la vía férrea para ver las cataratas de Mandor. En teoría eran unos 3km del pueblo. Estábamos recién comenzando la caminata cuando se largó a llover. Era apenas una garúa, así que compramos unos pilotines de colores, y con esos nos aventuramos.

Para llegar a la catarata había que seguir la via del tren
La lluvia comenzó a ser más fuerte, y llegó un punto que estábamos empapados. Supuestamente nos quedaba una media hora para llegar a la catarata, pero decidimos volvernos al pueblo. No tenía sentido seguirnos mojando.

Vista del pueblito.
Una vez llegados al hotel nos pudimos quitar la ropa mojada, pero la pena es que no teníamos por ejemplo zapatillas de repuesto. Como íbamos con una mochila pequeña y nuestro equipaje había quedado en Cusco, llevábamos solo lo indispensable. La perspectiva de tener el calzado mojado no era nada agradable.

Pasamos la mayor parte del día encerrados en el hotel, leyendo y viendo la tele. Salimos a dar una vueltita en un momento en que había amainado algo. 
Paseando por el mercado de artesanías

Hay una feria que es bastante extensa y cubierta, así que aprovechamos a recorrer los puestos. El pueblo tiene unos cuantos restaurantes y lugares donde tomar algo, ya que está dedicado en casi su totalidad al turismo.
Al otro día 6 am nos tocaba reunirnos con un grupo para subir a la ciudadela. ¡Que emoción! ¡Se imaginaran estábamos rezando porque el clima mejorara! ¿Piensan que así fue? ¡Hagan sus apuestas!


Continuará…