miércoles, 23 de octubre de 2019

Los libros de septiembre

 Durante septiembre leí tres libros, muy diferentes entre sí.
Un par de lecturas ligeras que me gustaron bastante, y otro que tenía mucho de historia y se me hizo algo pesado.

La noche de la Usina, de Eduardo Sacheri.
Novela que me gustó mucho, llevadera y entretenida, y en la que está basada la película argentina “La odisea de los giles”. No la tengo vista, aunque he recibido recomendaciones instándome a que no me la pierda. Seguramente ya le llegará su turno.
Transcurre la historia en un pueblo perdido de la provincia de Buenos Aires. Durante la crisis económica de 2001 que desembocó en el corralito bancario, un grupo de vecinos se propone reunir el dinero necesario para llevar a cabo un proyecto que podría ser una salida de la decadencia y la pobreza. Pero en medio de la incautación general de los ahorros, sufren una estafa particular que los decide a recuperar lo perdido.

Descenso a los infiernos, de Ian Kershaw.
Cuenta la historia de Europa desde la primera guerra mundial, hasta mediados de siglo. Habla de los efectos de las dos guerras mundiales, la crisis económica de los años treinta y las conmociones que condujeron, por una parte, a la revolución bolchevique y, por otra, al ascenso del fascismo y del nazismo. No solo habla de la contienda bélica, sino del contexto social, cultural y económico del continente.
Si bien es interesante, es una temática que se hace pesada por momentos. Permite entender por qué se dieron algunos sucesos, y las consecuencias de los mismos. Por momento hay mucho dato que cuesta retener.

Ella y él, de Marc Levy.
Es una comedia romántica bastante linda y fácil de leer. Una historia que enternece, con la bella ciudad de Paris de fondo.
Unidos de casualidad gracias a una web de contactos, se hacen amigos. Les dejo la sinopsis de internet:
Ella es actriz. Él, escritor.
Ella se llama Mia. Él, Paul.
Ella es inglesa. Él, americano.
Ella se esconde en Montmartre. Él vive en el Marais.
Ella tiene mucho éxito. Él, no tanto.
Ella es una estrella. Pero él no lo sabe.
Ella se siente sola. Él, también.
Ella mete la pata constantemente. Él la hace reír.
Ella no debe enamorarse. Él, tampoco.

¿Alguno de estos libros les llama la atención? ¿Los leerían?

viernes, 18 de octubre de 2019

Cafayate: tierra de vinos y cerros colorados

Después de haber pasado un hermoso día en el pueblo de Cachi nos dirigimos hacia la ruta del vino yendo a conocer Cafayate, dentro de la provincia de Salta.
Cafayate es zona de viñedos
Desandamos el mismo camino que habíamos hecho el día anterior, para luego sumarle el tramo de la ruta 68 que nos llevaba a destino. Fueron varias horas de manejo, se las bancó todas solo mi media naranja. Decidimos que todas las paradas de la Quebrada de las Conchas las íbamos a dejar para el día siguiente, ya que queríamos llegar a la hora de almuerzo.

Bodega donde paramos a almorzar
Nos dirigimos a una de las bodegas de la zona para comer algo y descansar del viaje. Estuvo genial la elección, ya que nos pudimos sentar en una mesa al aire libre, bajo los árboles y con vistas a las viñas y a las montañas. Nos pedimos una picada y una copa de vino cada uno, y nos quedamos un rato disfrutando del paisaje.

Chin chin con esta bella vista
Finalmente pasamos por el hotel, y luego recorrimos un poco el pueblo. No es grande, tiene por supuesto la plaza principal, y una zona con tiendas de artesanías y restaurantes.

La noche estaba animada, con música que salía de los locales.

Al otro día ya si en el camino de vuelta hicimos todas las paradas que nos habían quedado pendientes. Hay varios caminos para caminar entre cerros colorados, y formaciones rocosas interesantes.





Por ejemplo la de “el obelisco”, y “el sapo”.



Las que más me gustaron sin embargo fueron “El Anfiteatro” y la “garganta del diablo”.
En el primero la acústica es realmente asombrosa, y algunos músicos locales lo aprovechaban. Un hombre con su guitarra en mano nos deleitó con algunas interpretaciones de canciones conocidas. Fue muy lindo.

Ya de ahí nos fuimos a la ciudad de Salta, donde hicimos noche.

¿Qué les pareció este recorrido?


jueves, 17 de octubre de 2019

Los libros de agosto (con retraso)


Tengo pendiente contarles sobre mis lecturas de los últimos meses. A pesar de que estuve ocupada con varias cosas tuve mis ratos para leer, como saben aprovecho los transportes, etc.

Acá les traigo las obras que leí en agosto:

Los últimos días de nuestros padres, de Joël Dicker.
Esta es una novela que me gustó bastante. Trata sobre un joven francés que deja a su padre y  se alista en el SOE, una sección de servicios secretos creada durante la segunda guerra mundial para llevar a cabo acciones de sabotaje. El protagonista supera un duro entrenamiento y es escogido para formar parte de la sección. Junto a otros compañeros es enviado en misión a la Francia ocupada. Un tiempo en el que conocerá el amor, el miedo y la amistad.

Jaque al psicoanalista, de John Katzenbach.
“El psicoanalista” fue el primer libro que leí de este autor, a principios de 2015. Esta vendría a ser su continuación, y no terminó de gustarme demasiado.
Aquí nos trae nuevamente al doctor Starks, quien había logrado reconstruir su carrera profesional luego de la experiencia traumática que casi le cuesta la vida en la primera parte. Sin embargo, un día encuentra en su consultorio al ser que había dado por muerto. Ha vuelto para acabar con él, pero también con un pedido de ayuda al que no puede negarse.

El retrato de Rose Madder, de Stephen King.
Esta novela me gustó bastante. Rosie ha abandonado a su marido luego de haber sufrido por años brutales maltratos. Este es policía y está decidido a rastrearla y hacerle pagar esta afrenta. Enseguida se pone a la caza de su mujer, quien aunque ha comenzado su vida en otra ciudad no ha podido evitar dejar algunas pistas que lo llevaran hacia ella. Pareciera que a Rosie solo puede ayudarla la mujer del cuadro de su habitación, quien la invita a pasar a su lado de la realidad.

Mujeres tenían que ser, de Felipe Pigna.
Este es un libro que por momentos me ha parecido muy interesante y llevadero, y en otros sumamente aburrido. O sea, tengo un poco de sentimientos encontrados con esta obra.  
Recorre el protagonismo de las mujeres en la historia argentina, desde las pobladoras originarias hasta quienes obtuvieron las primeras victorias en su lucha por la igualdad. Aborda la vida cotidiana, las condiciones legales, sociales y culturales, la participación femenina en los procesos históricos, políticos y económicos. Nos habla de mujeres que rompían los moldes que se les pretendían imponer.
De su lectura rescato el entender que las condiciones que hoy tenemos hoy en día han sido ganadas con esfuerzo y lucha. Que aunque falta mucho todavía, hay cosas que se tienden a dar por sentado pero que no siempre estuvieron. Que el camino no ha sido fácil, pero a su vez muestra que con determinación mucho puede lograrse.

Cuando pueda me pongo al día con el post sobre los libros de septiembre.
¿y ustedes que anduvieron leyendo?

miércoles, 16 de octubre de 2019

Camino a Cachi, un lindo pueblo del noroeste argentino.

La semanita que pasamos en la zona del noroeste era la segunda vez para mí por esos lugares. Ya había estado en el  2008, aunque en unas vacaciones diferentes porque era otra la época del año y otra mi compañía.

Me habían quedado igual pendientes varios sitios por recorrer, y uno al que le tenía especiales ganas era Cachi.
En el camino
Sabía que era un pueblito pequeño pero pintoresco, y que llegar allí era algo que valía la pena porque el camino era interesante.

Como alquilamos un auto, pudimos movernos por nuestra cuenta y ser dueños de los tiempos. La verdad es que es algo que recomiendo de tener la posibilidad.

Partimos después de desayunar de la ciudad de Salta. Ahí tomamos la ruta 68 hasta un pueblo llamado El Carril, punto desde el que hay que tomar la ruta 33. Esta ruta provincial es a pura curva y contra curva y llega a una altura de 3348 metros de altura sobre el nivel del mar.


Al comenzar el recorrido podemos ver una vegetación prácticamente selvática donde habitan helechos a lo largo del Rio que da origen a la quebrada de Escoipe.

Cardones tipicos
La “cuesta del obispo” nos va subiendo en altura. 


Viendo el camino recorrido



Artesanias locales

Se llega luego de un rato a un bonito mirador llamado “la piedra del molino”.
Le sigue un camino llamado Recta de Tin Tin, cuya curiosidad es que existe desde el período incaico. Divide dos paisajes muy distintos: a la derecha se encuentra el Cerro Negro y hacia la izquierda el cerro Tin Tin de donde proviene su nombre.


La región cuenta con innumerables cardones, especie muy respetada en la zona que sirvieron durante muchos años como fuente de alimento para hombres y animales, y su madera es usada en la construcción de muchas artesanías.

Hay algunos miradores donde uno puede estar junto a varios de estos ejemplares. Algunos son realmente grandes.


Finalmente al mediodía llegamos a Cachi. Declarado como lugar histórico Nacional, este pueblo está a una altitud de 2531 msnm.


Después de almorzar unas empanadas típicas de la zona fuimos a buscar nuestro alojamiento, ya que aquí pasamos la noche. Ya teníamos de antemano reservada una cabaña, la cual quedaba un poco retirada pero era un lugar muy agradable y tranquilo.
Una rápida siesta para recargar energías y a seguir paseando por el pueblo. Recorrimos la plaza principal, la iglesia, y un museo.

Fuimos también a algunos miradores, y caminamos por las callecitas.
La cena fue en un restaurante junto a la plaza principal. Hermosa noche pasamos, rodeados por cerros.


¿Conocen Cachi? ¿Qué les pareció el pueblo? ¿verdad que tiene encanto?

martes, 8 de octubre de 2019

Volviendo

De a poquito voy volviendo, luego de varios días de ausencia en el mundo blogger (¿me extrañaron?).
En el camino a Cachi. Salta.
Si bien al principio fue por motivos laborales, luego fue por la semana de vacaciones que tomamos para ir al noroeste del país.
Los días previos a esta fueron bastante agitados. De hecho, tuve que viajar por trabajo un par de días al sur. Eso me tenía un poco nerviosa porque tomaba un avión de regreso a la ciudad un viernes y el sábado tenía que tomarme otro para poder dirigirme al extremo opuesto del país. Ya me estaba preocupando de antemano por posibles huelgas aeronáuticas, por tormentas que demoraran al avión, etc. En fin, tenía miedo de por algún motivo quedar varada en la ciudad austral y perderme el otro vuelo. Por suerte nada de eso pasó, y pude viajar como estaba previsto y disfrutar de unas lindas vacaciones.
En las Salinas Grandes. 
Ya les voy a ir contando de estos días, que si bien fueron poquitos fueron bien intensos y super aprovechados.
Recorrimos caminos de montaña, hicimos un poco de trekking, visitamos bodegas, fuimos a las salinas, estuvimos en una peña, vimos ruinas. Nos empapamos un poco de la cultura local, de los sabores del norte, del clima seco y soleado.
Un paisaje muy único, en la inmensidad de la salina.
Un merecido descanso mental. Ese empujoncito para encarar lo que resta del año.
Volví con muchas fotos para editar, y llena de lindos recuerdos.

¿Cómo lo han pasado ustedes?