martes, 28 de enero de 2020

Popurrí de estos días

Este fin de semana estuvo dedicado por completo a ver amistades, y tuvo unos cuantos momentos muy lindos.

El sábado aprovechamos que el día estaba muy caluroso y pudimos meternos en la pileta. Primera vez en lo que va de la temporada, la verdad es que las veces anteriores en que tuvimos la oportunidad de estar en un lugar con piscina el clima no acompañó. O hacía frío, o llovía. Fueron varias las veces que fui con el traje de baño listo en la mochila y no lo pude usar.
A disfrutar la pileta ♥
Pero esta vez sí disfrutamos del agua, del sol, del pasto, tomar unos mates con algo rico, charlar con amigos. ¡Puro relax!

Una rica cena
Para coronar el día pedimos un sushi muy rico. 

El domingo vimos a otros amigos, en dos tandas. Una pareja vino a almorzar a casa, y terminamos jugando un juego de mesa. Estuve cerca de ganar, aunque a último momento me aventajaron. ¡Otra vez será!
Luego se fueron y pasó a saludarnos otro amigo, con el que fuimos a tomar un helado al parque. Una buena forma de combatir el calor.

El lunes estaba con ganas de salir un poco de la oficina, y para el almuerzo me fui a un barcito y pedí una ensalada muy rica. No es apto para el bolsillo hacerlo todos los días, pero me di el gusto de aprovechar a leer un rato en un lugar agradable.
El libro que terminé en ese momento se los recomiendo por lo original: “El año del desierto”, de Pedro Mairal. Ya les contaré cuando haga la recopilación del mes, pero me gustó mucho, se hizo llevadero y además me pareció novedoso. Y el autor es argentino.

En cuanto a series, estamos viendo con mi marido una en Netflix que se llama “Tabula rasa”. Es de suspenso, la protagonista pierde la memoria para los hechos recientes luego de un accidente, y de a poco se van descubriendo algunas cosas relacionadas a la desaparición de un hombre al que supuestamente ella fue la última en ver. Nos faltan los capítulos finales, pero viene bastante bien.

Paralelamente estoy viendo otra serie llamada “Vientos del agua”, que ya tiene algunos años. 
También me está pareciendo muy buena. Muestra por un lado la historia de un hombre que vino de España en la década del 30’, su vida como inmigrante en Argentina, y la de su hijo que en el 2001 hace el camino inverso. Se podría decir que es hasta muy actual, no son pocos los casos de gente que está tomando esa decisión en este último tiempo.


¿Ustedes en que andan? ¿Cómo han pasado el fin de semana?


miércoles, 22 de enero de 2020

La web y sus sorpresas


Me es gracioso y causa un poco de sorpresa cuando de casualidad encuentro que me han citado en internet, han usado alguna foto mía, o tomado prestado algún texto.

Ya hace poco en este post les conté que había visto unas fotos de mi gato en una presentación sobre comportamiento felino. Mi pequeño modelito tenía su momento de fama.

Ayer hablando con una compañera sobre excursiones en Mendoza le estaba contando de una que había hecho hace algunos años y que me parecía recomendable. En casa quise buscar el dato de la agencia con la que la había contratado, y de repente en una página vi una foto que enseguida reconocí, ya que éramos mi media naranja y yo de atrás mirando un camino de montaña.

Era una nota de un portal de turismo, en la que copiaban mi post (citaban la fuente, eso si). Me causó gracia porque lo encontré de casualidad, no era algo que me hubieran comunicado nunca.


¿Les pasó de descubrirse citados por otros y enterarse de casualidad?

martes, 21 de enero de 2020

Los libros de diciembre

 Tenía pendiente el post con las lecturas de diciembre. Fue otro mes bien aprovechado, y que ayudó a que el año que terminó haya sido el de mayor cantidad de libros leídos desde que llevo nota de ello. Comencé a hacerlo en 2015, completando una lista de “titulo”, “autor”, “mes”.

La llamada del crepúsculo, de Sarah Lark.
Esta es una novela juvenil, y eso se nota bastante. Por eso es que si bien los libros de esta autora suelen gustarme bastante, este no terminó de atraparme.
La adolescente Viola va a visitar a su padre en Irlanda. Va a pasar el verano con él y su nueva esposa, quien está próxima a dar a luz. Allí hace nuevos amigos, y conoce a un enigmático chico de ojos azules. Se siente enseguida atraída por él, pero pronto va notando las señales de que no es un ser humano normal.
Es una tierna historia, con un poco de mitología y seres sobrenaturales.

El legado de la villa de las telas, de Anne Jacobs.
Es la tercera parte de la saga. Terminada la primera guerra mundial, el futuro parece ser más optimista para la familia Melzer. Paul ha regresado del frente y retoma la dirección de la empresa familiar. Su esposa Marie cumple el sueño de abrir su propia tienda de modas. Pero pronto las discusiones y malentendidos empiezan a enturbiar la relación de la joven pareja. Marie debe tomar una dura decisión y abandonar la mansión junto a sus hijos.

La sospecha de Sofía, de Paloma Sanchez Garnica.
Una novela que me gustó mucho, con el trasfondo histórico del París del 68, el muro de Berlín, la Stasi y la KGB, y los servicios de contraespionaje en la España tardofranquista.
La vida de Sofía y Daniel cambia radicalmente cuando él recibe una carta anónima en la que se le dice que la mujer que lo crió no es su verdadera madre y que si quiere conocer la verdad de su origen debe ir a París esa misma noche. Intrigado, pregunta a su padre por esta cuestión y él le recomienda que lo deje pasar, que no remueva el pasado. Sin embargo, hay preguntas que necesitan una respuesta y esta búsqueda desencadenará una sucesión de terribles acontecimientos y encuentros inesperados de infortunado desenlace que trastocará su vida y la de su mujer, Sofía, para siempre.
Muy recomendable, me atrapó de principio a fin.

La uruguaya, de Pedro Mairal.
Es una novela muy cortita que se lee enseguida. No terminó de conquistarme, aunque está bien para pasar el rato.
En un tiempo de restricciones cambiarias (¡cuando no en Argentina!) Lucas cruza a Montevideo en el día para buscar dólares. Tiene arreglado un encuentro secreto, va a volver a ver a una mujer que lo encandiló el verano anterior. Agobiado por un matrimonio en crisis, sueña con escaparse y no volver. Pero sus planes pueden fallar.

Escrito con la sangre de mi corazón, de Diana Gabaldon.
Reconozco que el seguir leyendo esta saga, que es particularmente larga, es algo que me ha costado por momentos. Los tres primeros libros me encantaron, y ya después empezaron a decaer. Pero quería darle el broche final, así que con este que es el octavo tomo cierro la historia.
Parte de la acción transcurre en Filadelfia, cuando el ejército inglés se retira, dando la impresión finalmente de que los rebeldes pueden ganar. Mientras tanto reaparece Jamie, a quien se daba por muerto. Le exige a Claire explicación de porqué se casó en su ausencia con su amigo lord John Grey. Mientras Claire vive con el miedo de que uno de sus maridos mate al otro en cualquier momento, sus descendientes en el siglo xx tienen que enfrentarse a unos acontecimientos más apremiantes, pues a su hija Brianna la acosa un criminal después de que su marido, Roger, haya desaparecido en el tiempo.

¿Qué tal sus lecturas del 2019? Yo estoy satisfecha en general con todo lo leído. He tratado de incorporar autores nuevos, y también de volver a algunos conocidos. Siempre se agradecen sugerencias.

lunes, 13 de enero de 2020

Recuerdos que son tesoros

 Este fin de semana seguí escaneando fotos de mi infancia.
Año 1982, en una bolsa de dormir.
Estuve un buen rato con esta tarea, y la verdad es que la disfruté un montón. Ir rescatando esos momentos me dio alegría y ternura. Lleva su tiempo pero vale la pena.
1982. En una pinguinera.
A cada rato le iba mandando una tanda a mi hermano y a mis padres. Todos contentos con que le esté poniendo pilas a esto.
1983. Día de reyes. En esa bañadera rosa lavaba mis piecitos.
¡Que diferente la relación con las fotografías hace 30 / 40 años!. Por lo menos para los estándares actuales en que con la cámara digital prácticamente no hay día en que uno no tome una foto.
1983. ¡Que retro el volante!
Me pasó que de algunos años apenas tenía un puñado de fotografías. Y que pasaban varios meses entre una y otra. ¡Cuánto que ha quedado sin retratar! Supongo que con el costo del revelado se hacía algo caro, tal vez en mi familia mucha costumbre de agarrar la cámara no había.
1986. Sacando la sortija
Lo que hay entonces lo valoro mucho. Como me decía una fotógrafa de un curso que tomé hace tiempo, al hacer fotos de familia uno deja herencia para el futuro, por eso la importancia. Son recuerdos que con el tiempo se convierten en tesoros.
1986. La pistolera.
Acá les comparto algunos de los míos. ¡Que retro!

viernes, 10 de enero de 2020

Propósitos


El otro día les contaba que habíamos hecho una caminata de más de dos horas alrededor de la laguna de Monte. Decidí aprovechar ese impulso para empezar a moverme más, aprovechando la altura del año en la que los propósitos tienen todavía mucha firmeza.
Ya van tres días seguidos en que prescindo del transporte público y vuelvo del trabajo caminando. Son unos 6 km, así que es un ejercicio considerable. Por lo menos para mí, que soy bastante vaga.

Quiero acompañarlo alimentándome mejor. Siendo más consiente de la calidad y cantidad de los alimentos que elijo. Así que llevo unos días también tratando de cuidar este aspecto.

La verdad es que me gustaría bajar algunos kilitos que subí durante los últimos años. No son muchos, pero si son difíciles.

Espero poder mantener este impulso, hacerlo un hábito. Que el 2020 venga con mayor movimiento y una mejor alimentación.

¿Son de proponerse cosas así? ¿Las han podido mantener? ¿Consejos?

lunes, 6 de enero de 2020

Escapada en el primer fin de semana del año

El primer fin de semana del año trajo de su mano una escapada a la localidad de San Miguel del Monte. Fue algo improvisado, el día anterior hablar de las ganas de salir un poco de la ciudad, y el sábado poner rumbo a esta zona. Así sin saber si íbamos a conseguir lugar donde pasar la noche o si nos volvíamos ese mismo día, llevábamos eso sí muchas intenciones de disfrutar de un rato de desconexión.
Queda a solo 107 km de la Ciudad de Buenos Aires, así que luego de hora y media de viaje en auto llegamos a destino. Yo había estado por la zona una sola vez y de paso, así que no conocía realmente.

Dejamos el vehículo estacionado a orillas de la laguna, la cual tiene 15 km de perímetro. Allí mucha gente va a pescar, y además muchos disfrutan de meterse un rato en el agua.

En la oficina de turismo nos dieron información sobre hospedajes, y enseguida reservamos la noche en un apart hotel. Algo sencillo pero que servía para nuestros planes. Una vez tenido eso resuelto nos fuimos a almorzar a un restaurante frente a la costanera.

Es muy lindo para caminar por ahí, rodeando la laguna hay varios espacios donde recostarse un rato bajo la sombra de un árbol, lugares con juegos para niños, bancos donde sentarse. Pasamos una tarde muy apacible.
A la noche nos encontramos con un evento que organizaba la municipalidad, llamado “la noche de los cien fuegos”. Se prendieron justamente cien antorchas que estaban ubicadas en calles céntricas. Acompañaba una banda de música, y unos presentadores que iban conduciendo a la gente por esas calles, visitando negocios locales que se habían prendido en la celebración y aportaban cupones de descuento, hubo sorteos, alguna degustación gratuita, etc. Fue muy interesante, y la verdad es que había muchísima gente.

Esa noche la terminamos cenando algo en un patio de comidas que tenía mesas al aire libre, y también un par de músicos haciendo un show. Un cierre muy bonito para el día.

El domingo después de desayunar algo nos decidimos a dar una vuelta a la laguna caminando. El paseo nos llevó en total más de dos horas. Lo disfrutamos mucho, un poco de naturaleza viene bien. Cuando uno se aleja un poco de la parte urbana se encuentra con varios recreos donde la gente pasa el día, hace un asado, y disfruta de algún deporte acuático.

Ya luego emprendimos el regreso a casa, felices con esta escapada. No se me ocurre mejor manera para haber aprovechado el primer fin de semana del 2020.