jueves, 22 de diciembre de 2022

Buenos deseos en el arbolito

Hace algunos días armamos en casa el arbolito de navidad. Esta vez contamos con la ayuda de la nena, que puso algún adornito. Le dejamos elegir cuales poner, y en familia pasamos un bonito rato decorando la casa. 

Agregamos unas luces de colores más tarde, y en el living unos banderines celestes y blancos. Si, este diciembre los colores de la bandera nos vienen acompañando al ritmo del mundial. Hay mucho que festejar en este sentido, fueron días muy emotivos en Argentina, de celebración por la copa que se pudo ganar. Momentos que vamos a llevar en el corazón por muchos años.

Este post va con deseos de unas felices fiestas para todos, que puedan pasarlos junto a familia y seres queridos.

¡Que tengan un hermoso comienzo del año! 




 

martes, 6 de diciembre de 2022

Se va yendo el 2022...

Esta es la tercera entrada del blog en el año, triste récord para alguien que supo escribir un post con un promedio de 2 o 3 días entre uno y otro. Pero allá lejos han quedado esos tiempos, y esto es lo que hay. Los ritmos de la maternidad, el trabajo, y vaya a saber qué otras cosas que me tienen más ocupada, o será la falta de inspiración.

Aprovechando un ratito en una tarde muy calurosa (¡un horno la ciudad!) me pongo a escribir unas líneas, para saludar por aquí antes de que se vaya del todo el 2022.

En este año pasaron varias cosas. Mi hijita sigue creciendo, ya con dos añitos cumplidos en octubre. Caminando de acá para allá desde sus 13 meses, ahora por supuesto es un  pequeño torbellino que se sube a los muebles, y que hay que estar persiguiendo por la casa. Ya tiene un vocabulario propio que va aumentando cada día. A veces se le entiende más que otras, pero es lindo verla también progresar con el tema del lenguaje. Está en su fase “amante de Minnie”, así que además de una muñeca que lleva de acá para allá tiene toallón, vestido, remera y zapatillas con la figura de la famosa ratoncita.

Para el año que viene la hemos anotado en sala de 2, así que comenzaremos con la aventura del jardín. Va a ir a uno a diez cuadras de casa, nos gustó lo que vimos en las entrevistas iniciales, esperemos que vaya todo bien.


En marzo nació mi sobrinito, el hijo de mi hermano. Es muy lindo el bebé, muy despierto. En pocos días su mamá retoma con el trabajo así que algunos días a la semana mis padres cuidarán de él a la par que de mi hija. Espero que sea llevadero para ellos, y que no se les haga una carga muy pesada. Nosotros recibimos su ayuda tres veces por semana, y los otros dos días hábiles la cuida mi suegra en casa. Por ahora eso nos ha funcionado muy bien.

En mi oficina se ha vuelto a la presencialidad tres días por semana. Los otros dos los trabajo desde casa, por suerte no se ha perdido del todo el beneficio del home office, algo positivo que trajo la pandemia. Es lindo ver a mis compañeros, pero la verdad el viaje es cansador, se gasta más en traslados y comidas. Para mí lo virtual es mejor y más cómodo, pero hay que adaptarse a cada momento.

En lo laboral también estamos teniendo algunos cambios en el equipo, con un compañero que se traslada a otro sector y ahora estamos viendo cómo será su reemplazo. Por lo pronto hay una reorganización de tareas entre los que quedamos. Y para el año que viene voy a estar participando de los preparativos para la migración a un nuevo ERP, es decir que mis tareas van a cambiar bastante porque saldré de lo operativo del día a día para meterme en ese proyecto, el cual supongo durará un par de años. Esta la empresa en su fase inicial de este proyecto, así que todavía no se muy bien cuáles serán mis tareas, pero ya veremos. Seguramente será salir un poco de la zona de confort, pero también la oportunidad de aprender nuevas cosas y relacionarme con otras personas dentro de la empresa.

Este año hubo algunas escapaditas cortas. Fuimos a la ciudad de San Pedro, a poco más de dos horas desde la capital. Con una barranca y el río, es bonito para pasear y descansar. También pasamos una semana en Mar del Plata. Estuvimos por esta zona costera en julio así que hacía un frío terrible, pero igual lo pudimos aprovechar y fue la primera vez de la nena junto al mar. Otro fin de semana lo pasamos en Uribelarrea, un pueblito también a pocos kilómetros de la capital y donde vimos animalitos de granja, un poco de contacto con el campo.

Ya tenemos planes para las vacaciones, nos vamos a fin de enero a la provincia de Córdoba, a un pueblo de las sierras que tiene arroyito, y la idea es poder descansar y recorrer las localidades cercanas. Alquilamos en un complejo que tiene pileta y quincho, se ve agradable.

El que tuvo un año movido fue mi marido, que a mitad de año fue despedido. Primera vez que pasaba por esa experiencia, pero por suerte fue muy breve el tiempo de estar sin empleo, a poco más de un mes ya estaba en otro nuevo lugar y se lo ve contento. Aprovechó a estudiar y rendir unas certificaciones, así que estuvo entretenido.

Yo bajé el ritmo de lectura con respecto a otros años, pero sin embargo cierro el año con 30 libros leídos (y tal vez alguno más en estos días). Series no estuve viendo tantas, aunque me enganché con algunas de Netflix. Hace poquito terminé de ver “Manifiesto”, una sobre un avión que aparece con sus pasajeros luego de haber estado cinco años perdido. Me enganchó mucho, eran cuatro temporadas y las ví todas en poco tiempo.

Acá estamos también metidos en el espíritu mundialista. Argentina ya en octavos de final, preparándonos para ver el partido del viernes. Dos de los anteriores los vimos junto a amigos y lo hemos pasado muy bien. Se ve celeste y blanco por todos lados últimamente.

Para las fiestas todavía no hay planes. Si no aparezco por acá antes les deseo que terminen muy bien el 2022, y un excelente comienzo del que viene. Chin chin!


 

lunes, 14 de marzo de 2022

Tantas travesuras


 

Los chicos van creciendo y empiezan a tener una serie de ocurrencias en las que uno no sabe si agarrarse la cabeza, si reírse o llorar.

Emi está en esa etapa en que es una travesura tras otra. Por lo general me lo tomo a risa, algunas veces tengo menos paciencia, pero suelen divertirme.

 

El otro día era una continuación de cosas como:

  • Tirar todos los cucharones y espátulas del cajón (con esto ya convivimos hace rato, hay utensilios por toda la casa de forma constante).
  • Revolver con un cucharón las piedritas sanitarias del gato (aquí si pegué el grito, me dio un asquito que ni les cuento.)
  • Agarrar la comida del gato y llevársela a la boca (esto también lo hace seguido, mira con picardía y se ríe cuando o hace)
  • Abrir puertas de alacenas y sacar lo que encuentre (no hay traba que se le resista)
  • Agarrar el trapo de piso y morderlo (¡horrible!. El grito acá no puedo evitarlo)
  • Tirar agua al piso con su vasito (y después señala lo mojado con carita graciosa)
  • Agarrar puñados de comida y lanzarlos (por lo general come muy bien, pero a veces los alimentos tienen otro destino)
  • Meter cosas en el lavarropas (antes de poner un lavado hay que mirar que no haya nada)
  • Treparse a los muebles (implica controlar siempre por dónde anda para que no se caiga)

 

Es un mundo por descubrir sin duda, la curiosidad de los chicos es sorprendente.

Un desafío para los grandes ir siguiéndoles los pasos.

 

El otro día hablaba con unas amigas de que me sentía cansada y no sabía de qué. Me recordaron que tengo una niña de casi año y medio, y me cayeron todas las fichas. Es una etapa agotadora y a la vez maravillosa.

lunes, 21 de febrero de 2022

Ya comenzado el año

Ya ha comenzado el año hace rato. Casi terminando febrero y recién mi primer post del 2022.

Lo empezamos muy bien. Reunidos en familia, también con algunos amigos. Con bastante trabajo, con algunas salidas, y con nuestras primeras vacaciones con la nena.

Nos tomamos una semanita a fin de enero y fuimos a Tandil, una localidad que nos pareció buena idea porque no es tan lejos de Buenos Aires (en auto fueron seis horas para la ida, un poquito menos para la vuelta), y además cuenta con bonitos paseos que se podían hacer con una niña pequeña. Fue una gran elección, lo pasamos muy bien.

Es un sitio al que cada tantos años vuelvo, y cada vez tiene algún atractivo nuevo que le han sumado, ciudad que encuentro siempre muy cuidada y que invita a recorrer. Esta vez tenía esa novedad del viajar con un ser pequeñito, de adaptarnos a sus horarios, de poder pasear pero sabiendo que el ritmo iba a ser diferente a lo que solían ser nuestras vacaciones.

La primera gran decisión fue alquilar una casita, lo cual nos permitió cocinarnos. Esto fue clave dada la edad de nuestra hija. Estaba ubicada en las afueras, lo que le sumaba el plus de la tranquilidad. Tenía un amplio jardín, y todos los días venía un grupo de ovejas a pastar junto a la puerta. También vimos gallinas y caballos. Muy cerca igual teníamos el centro, tomando el auto en quince minutos estábamos en cualquier lado.

Desde el jardín de la casita

El día arrancaba por lo general temprano. Desayunábamos tranquilos y salíamos a eso de las 9hs o 9:30hs. Hacíamos algún paseo que dependía del día, y luego al mediodía por lo general volvíamos a la casa, almorzábamos y dejábamos que la nena durmiera una siesta. Y luego a recorrer nuevamente.

La ciudad tiene mucho para ofrecer. Tiene sierras, paisajes rurales, amplios parques, zonas de juegos, esculturas, miradores, un lago, y una rica gastronomía.

La pequeña se lo pasó bárbaro. Trepaba de lo más contenta, lo cual me maravillaba dado que no hacían ni tres meses de sus primeros pasos. Pero así chiquita hizo a pie casi todo el via crucis (que cuenta con un camino de piedra en el medio de un bosquecito).

La casa que alquilamos tenía una galería amplia y allí contábamos con una mesita y sillas, por lo que mis desayunamos por lo general los tomaba ahí. Mientras el resto dormía yo disfrutaba del solcito matinal, unos mates y algo de lectura. También hicimos un asado que nos duró algunos días, y compartimos alguna que otra cervecita a la caída de la tarde.

En los parques fuimos recorriendo espacios de juegos. Toboganes y hamacas diversas, con un paisaje natural de fondo.

Mirando el lago de la mano de papá

La novedad que encontré esta vez fue el Parque del Origen, con esculturas de dinosaurios en tamaño real emplazadas en el verde. Este no lo conocía. Y otros paseos fueron un reencuentro con el lugar, como el Cerro Centinela, la Piedra Movediza, el Cristo de las Sierras, las esculturas del Quijote y Sancho Panza con esas vistas maravillosas del lago.

Unos días disfrutados y que quedaran en nuestro recuerdo.

¿Cómo los está tratando a ustedes el 2022?