Así fue el gran día..

Aquí estoy recién llegada de la luna de miel. Antes de meterme de lleno en la rutina laboral y afines (a la cual uno no puede escaparle) les paso a contar un poco del día del casamiento, el cual fue perfecto. Pues si, así lo defino. Ha salido todo genial (y aunque llovió fue una vez que habíamos entrado al salón, así que no molestó). Lo disfrutamos mucho, nos emocionamos, lo vivimos con mucha alegría. En fin, para mí ha sido mágico. El viaje también ha sido fantástico, pero eso será tema de futuros post.

Si leyeron mi última entrada, en ella les contaba los acontecimientos y horarios de cada cosa, y como me imaginaba el día. La verdad es que todo ha salido muy bien, tal cual los planes o incluso mejor. Porque además de todo lo que nosotros habíamos pensado nos encontramos con gratas sorpresas de parte de amigos.

Lo primero en llegar ese día fue el ramo. Me lo trajeron en remis bien temprano, así que ya enseguida saqué ese tema de mi cabeza. Al ratito nomás llegó la peinadora (una chica que también se encargó de mi maquillaje) y la fotógrafa. Ambas son conocidas (de hecho una llegó por recomendación de la otra) y tienen buena onda entre ellas, así que enseguida hubo charla distendida mientras cada una se dedicaba a lo suyo. Mi novio (ahora marido!) mientras tanto no tenía mucho de que ocuparse (los hombres la tienen fácil, solo vestirse y listo) así que se puso a tocar la guitarra. Como verán, no estábamos muy nerviosos (por suerte!).

El peinado lo hicimos en un cuarto, pero el maquillaje lo hicimos en el patio, que es la parte de la casa con más luz. Hasta ese momento había nubes algo amenazadoras pero nada de que preocuparse.

De ahí fuimos al registro civil. La ceremonia comenzó unos cuarenta y cinco minutos tarde. Igual mejor que así haya sido ya que algunos invitados llegaron atrasados y pudieron estar. Si hubiera comenzado puntual alguno de ellos bien podría habérselo perdido.

El juez de paz fue fantástico. Muy ameno, chistoso, emotivo en sus palabras. Realmente lo que dijo nos gustó mucho. De hecho habló de su creencia de que somos almas destinadas a encontrarnos en nuestro paso por la tierra, etc. Un concepto que también comparto. Invitó a alguno de los presentes a decirnos unas palabras. Fue mi suegra la que tomo coraje y nos dijo cosas muy lindas, deseándonos felicidad. A la salida una lluvia de arroz para seguir la costumbre.

De ahí nos fuimos a sacar unas fotos a Barrancas de Belgrano, que es una plaza bastante grande y no tan lejos del registro civil. Mientras tanto nuestros invitados ya iban yendo al salón. Hasta ahí seguían las nubes amenazantes, pero sin llover.

Al momento en que estábamos llegando al salón comenzaron a caer las primeras gotas. Realmente estábamos a veinte metros, por lo cual ni nos mojamos. Una vez adentro pues que se lloviera todo (que de hecho así fue, y dicen que trae suerte la lluvia en los casamientos, así que hasta estoy contenta de ese hecho).

Para nuestra entrada escogimos una música que los entendidos reconocieron enseguida y otros no: la apertura de la serie Game of Thrones, de la que somos seguidores. Enseguida pasamos a “Viva la vida”, de Coldplay.

El salón estaba lindísimo con toda la decoración. Se la habíamos dejado el día anterior, y fue bonito verla puesta. Las guirnaldas con las fotos estilo polaroid estaban preciosas. En una mesa estaban los souvenirs, también un frasco en donde nos depositaron papelitos escritos con buenos deseos y saludos. La torta estaba muy bonita sobre otra mesa.

Hubo baile, también pasamos el video que habíamos preparado nosotros. Tuvimos un par de sorpresas muy gratas también. Unos amigos nos habían filmado un video estilo cine mudo, que resultó muy gracioso y emotivo. Habían hecho unas caretas con fotos de nuestras caras, y habían actuado y compilado todo. Un trabajo importante! Además fue idea de un grupo de amigos pero también participaron gente de otros grupos, o sea que hubo coordinación entre ellos para hacernos este regalo. Y todo ese amor y cariño fue genial.

Otra sorpresa fue que una amiga que vive hace varios años en España (la que vino de visita el año pasado) mandó un video que fue proyectado casi al final de la fiesta. Ahí me emocioné en serio, casi pianta el lagrimón. Fue lindo que ella haya podido de alguna manera “estar ahí”, aunque no sea físicamente.

Tuvimos una ceremonia de entrega de anillos, en donde un amigo ofició de “maestro de ceremonias” y dijo unas palabras hermosas hacia nosotros. La hija de una amiga fue la encargada de darnos los anillos. Adoro a esta pequeña de cinco años, que estaba feliz y ansiosa de su tarea.

Al final la fiesta duró una hora más de lo previsto. El encargado del salón nos ofreció extender el horario y también estuvo genial. En ese rato hasta bailamos el vals, que era algo que habíamos dicho que no íbamos a hacer. Pero así espontaneo como salió estuvo muy lindo también, y hemos cumplido con otra tradición.

Al final ya los pies me dolían bastante, porque los zapatos eran divinos pero algo torturadores. No me impidió eso bailar a mas no poder durante todo el tiempo. Pero confieso que cuando finalmente me los saqué fue un alivio, y que me siguieron doliendo los pies por lo menos un día.

Nos llevamos a casa algunas cajas de vino y champagne que habían sobrado. También algunas cosas de comida que nos embalaron (en el freezer tengo dos tupper llenos de torta!). Ah! Les cuento que el catering fue un éxito total. Todos lo elogiaron, realmente gustó mucho.

Ahí si nos fuimos para el hotel a pasar la noche de bodas. Este fue un regalo, y lo hemos aprovechado. El sábado pudimos usar la pileta, el hidromasaje, etc. Ya estábamos listos para emprender el viaje a Panamá.

 

Continuara….