El vestido para el civil

 

El sábado me acompañó una amiga a escoger el vestido para el día del civil.

Fuimos para una zona comercial en donde suele haber unas cuantas tiendas, así que las probabilidades de encontrar algo lindo eran buenas. La idea era tomar un café a modo de desayuno y luego comenzar la búsqueda.

Ni bien nos bajamos del colectivo vimos un local que estaba frente a esa parada y como ya estábamos ahí entramos, postergando el desayunar. Vimos un vestido que nos llamó la atención. De color cremita, corto a la altura de la rodilla, y con unos detalles sutiles en dorado. Decidí probarlo, y me gustó la caída que tenía y lo delicado que era. El precio también estaba dentro del presupuesto, lo cual lo convirtió enseguida en una buena primer opción.

Como igual es bueno evaluar alternativas fuimos a tomar un rico cafecito y luego a seguir viendo.

Entramos a un par de tiendas en donde nada nos gustó mucho. En una incluso salimos despavoridas luego de que la vendedora nos atosigara mostrándonos cosas y comentándonos todos los cambios que se le podían hacer a unos vestidos que francamente me quedaban muy mal. Ella no paraba de decir que ahí hacían a medida y que después de varias pruebas me iba con un vestido bárbaro. Solo imaginarme tener que ir varias veces a escucharla mientras me tomaba medidas y me ofrecía opciones (que para colmo eran bastante caras) me daba dolor de cabeza. Salimos finalmente de ahí y suspiramos aliviadas de no tener que escuchar más a la pesada vendedora.

Luego de dar algunas vueltas más llegamos a la conclusión de que no tenía sentido seguir haciéndolo, ya que el primer vestido que habíamos visto era bonito y encajaba en lo que yo buscaba. Algo así como me pasó con el salón, en donde el primero terminó siendo el elegido.

Volví a probármelo, y contenta decidí comprarlo.

Seguimos con la idea de buscar los zapatos para ese día, sabiendo ahora que podían ser en color natural, o con detalles dorados. Con esto no tuvimos mucha suerte. Caminamos por toda la zona sin encontrar nada que me gustara. Finalmente decidimos dejar esto para otro momento.

Fue un día aprovechado igual, de avances. ¡Algo más ya resuelto!