jueves, 6 de febrero de 2014

Un poco de trekking y aventura en la montaña

Rio circulando entre las montañas

Les contaba ayer que luego de la excursión cansadora del Cañón del Atuel vino una experiencia con más aventura y en contacto con la naturaleza. La misma consistió en dos días de trekking por la montaña y haber pasado la noche en un refugio en la localidad de Vallecitos.


hermosa vista
Este lugar ya lo habíamos visto por internet, y habíamos estado averiguando el primer día que llegamos a Mendoza sobre cómo llegar a la zona. La verdad es que poco es lo que nos pudieron informar en la ciudad. Nadie conocía el refugio (en un punto ya empezábamos a preocuparnos) y llegar en micro también se nos hacía medio difícil porque la línea que iba a la zona de las montañas no llegaba hasta ahí. Una alternativa era tomar un micro hasta un pueblo que quedaba a unos 25 km y que ahí nos fuera a buscar personal del refugio en una combi. Pero hicimos cuentas y por poco más alquilábamos un auto por dos días, así que eso es lo que terminamos haciendo.


camino de montaña
Salimos entonces ese lunes por la mañana, retiramos el auto por la agencia y emprendimos viaje. Lo gracioso es que confiábamos en el GPS que mi novio tiene instalado en el celular, pero el mismo decidió colgarse justo cuando estábamos saliendo de la ciudad de Mendoza, y no llevábamos mapas. Eso hizo que dobláramos un poco después de donde debíamos y que tuviéramos que retomar, y luego guiarnos por los carteles de la ruta. Finalmente preguntando un poco logramos llegar a eso del mediodía.

Las vacas en el camino nos miraban pasar
Refugio San Bernardo
Para llegar al refugio había que subir con el vehículo por un camino sinuoso y de ripio. El sitio está bien puesto, tiene esa rusticidad de lugar de parada de montañistas, la cual francamente me encanta porque tiene ese sabor a aventura, a historias vividas. Nos llevaron a nuestra habitación, en la que estuvimos solos a pesar de que tenía varias cuchetas, debido a que no había tanta gente ese día hospedándose allí. Comimos unos sándwiches que nos habíamos llevado, y luego emprendimos la primer caminata.


gatita mimosa del refugio
Refugio de montaña en donde paramos
Vista desde el refugio
Fuimos siguiendo una senda que bordeaba un pequeño río. Fuimos recorriéndola hasta que llegamos a un lugar en donde había una especie de horqueta formada por dos cerros, y desde allí se veía el otro lado. Para cuando llegamos ahí estaban cayendo algunas gotitas y estaba todo muy nublado. Hasta cayeron unas pequeñas piedritas de granizo. Igual nos quedamos un ratito mirando el paisaje, mientras en el celular hicimos sonar el “himno a la alegría” de Beethoven a todo lo que daba.


Mapa de la zona. Mucho para hacer
Comedor común del refugio
Bajamos por el mismo camino y como todavía era temprano aprovechamos a dormir una siestita. Más tarde a la noche nos unimos a un asado que prepararon en el hogar que funcionaba en la sala comunitaria. ¡Estaba rico!


Un chocolate caliente y budin mientras planeabamos destino de caminata
A la noche asado en el hogar del refugio
Al día siguiente emprendimos caminata hacia una zona llamada “Campamento Veguitas”. Nuevamente seguimos un sendero que corría cercano a un río, y llegamos a este sitio en donde había lugar para hacer camping. Solo dos carpas estaban asentadas ahí, y charlamos un rato con uno de los ocupantes antes de proseguir camino hacia otro sitio llamado Vega superior. Estábamos casi llegando a ese sitio cuando una nube nos rodeó. Y la verdad es que entre que la temperatura había ido bajando bastante a medida que subíamos y que al entrar a la nube se había puesto más húmedo, decidimos bajar en ese momento.


Saliendo nuevamente a caminar por la montaña
Una casita perdida entre la inmensidad del paisaje
Con la nube sobre nuestras cabezas
Hicimos una parada para almorzar algo, en un sitio donde pastaban varias vacas. Una de ellas se nos acercó bastante y me hacía dudar de sus intenciones (¿querría un pedazo de sándwich?). Se nos acercó hasta unos dos metros de donde estábamos, nos miró un rato y luego se fue.


Otra vaca lugareña
Centro de Ski Vallecitos, ahora sin nieve
Descansamos un poco más en el refugio antes de emprender el viaje en auto que nos llevaría nuevamente a la ciudad. Pasamos dos días hermosos en contacto con las montañas y gente que disfruta de ellas.








6 comentarios:

  1. Yo no soy muy montañera, pero el paisaje es precioso y se ve que los disfrutasteis pero bien.
    Un besito

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    1. Si que lo hemos pasado lindo ahi.. unos bonitos dias en la naturaleza!!! Eso a mi me encanta!!!

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  2. Que envidia yo también soy montañera y me han hecho suspirar tus fotos.... la de la barbacoa te la podías haber ahorrado guapa, que rico.

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    1. El asadito salió muy rico, y la verdad fue una grata sorpresa porque no sabiamos que podriamos compartir una comida asi.. muy bueno!!
      si, a mi me encanta la montaña, definitivamente este tipo de excursiones con caminatas y etc son de las que mas me gustan. beso

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  3. Precioso todo. El paseo, el albergue, las vacas, la gata... Jajaja. Veo que lo disfrutasteis un montón, a pesar de haberos casi perdido a la ida... Un besote.

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    1. Lo de casi perdernos fue gracioso.. justo el gps decidió fallar en ese momento!!
      Fue una muy linda excursión!

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