lunes, 10 de febrero de 2014

Excursión de Alta Montaña - Mendoza

Lago cerca de Potrerillos



Vista del lago
Continuo con el relato de las vacaciones, y esta vez le comparto una excursión que es de las consideradas tradicionales en la zona, y la que realmente no puede faltar: “Alta Montaña”.
La que les escribe


Ruta que va a Uspallata
Yo ya la había hecho hace once años cuando fue mi anterior visita a la provincia. Le encontré un par de diferencias entre ambas ocasiones, las cuales estuvieron dadas por lo que pude hacer y no hacer en cada una. En el 2003 uno de los puntos centrales del recorrido (el Puente del Inca) era accesible y  uno podía cruzarlo caminando y visitar lo que quedó del hotel de aguas termales. Esto ya no puede hacerse desde el 2006 me dijeron, por un tema de conservación de la zona. Es una maravilla por cierto y está bueno que se lo proteja, aunque es una lástima no poder disfrutarlo como antes. Me contenté con mirarlo desde el frente. Lo que si pude hacer este año y que la vez anterior no había podido es conocer el Cristo Redentor. Recuerdo que en esa ocasión el camino estaba intransitable por la nieve (y eso que era verano, pero pensemos que ahí hay 4000 mts de altura así que las condiciones climáticas son especiales), y ahora pude verlo. Es un sitio único.


Montañas y aridez a lo largo del camino
Pero basta de adelantarme en el relato, les cuento ahora de la excursión:


Tomamos primero por el camino que ya a esta altura había hecho un par de veces, saliendo de Mendoza ciudad y yendo hacia el lado de Potrerillos. Ahí hicimos parada con vista al lago, y proseguimos viaje hacia Uspallata. Esta es una localidad bastante cercana al Cerro Aconcagua y el Parque Provincial Aconcagua. Paramos a tomar un refrigerio y seguimos camino. El paisaje que uno ve por la ruta es bien árido. Las montañas nos acompañan de fondo y se pueden apreciar diversos colores que tienen que ver con los materiales de los que están formados: azufre, hierro, cobalto, etc. También se va viendo al costado del camino la erosión que fue quedando con el paso del tiempo (me llamó la atención una especie de paredón muy alto dejado por donde una vez estuvo un glaciar, hoy extinto). Encontramos también restos de las vías del tren Trasandino que alguna vez supo cruzar por la zona, y lo que quedó de sus construcciones relacionadas: estaciones de tren, y pueblos que han quedado abandonados, junto con algunas leyendas de los mismos.


¿Notan este paredón natural? Nos dijeron que tiene mas de 80mts de alto..
Hermosa vista de las montañas
Hicimos una parada en el centro de ski Penitentes. Ahí algunos subieron en las aerosillas para contemplar la vista desde arriba. Nosotros nos quedamos abajo disfrutando del paisaje. En época de verano como estábamos por supuesto no hay nieve, así que las instalaciones en su mayoría estaban cerradas, y nos contaban que se usan más con actividades relacionadas a los aventureros que se animan a escalar el majestuoso Aconcagua.


Centro de ski Penitentes
Penitentes
La siguiente parada la hicimos ya en el Puente del Inca que anteriormente les mencioné. Esta es una curiosidad geomorfológica de 48 metros de longitud, 28 de ancho y 8 de espesor, la cual se encuentra suspendida sobre el rio. La formación se produjo por la erosión hídrica del rio Las Cuevas, el cual creó un pasaje a través de las morrenas (que son los sedimentos dejados por el retroceso de glaciares). Las aguas termales hicieron que predominaran los tonos del naranja, amarillo y ocre.


caballitos de la zona
chucherias en Puente del Inca
Un poco de todo, cerca de Puente del Inca
A la altura del puente, en la margen derecha del río, se alojan cinco fuentes termales del mismo tipo pero con diferentes componentes salinos y temperaturas que van desde los 33 hasta los 38 °C.  Se considera que el agua posee propiedades curativas y anti-estrés.


Puente del Inca, una maravilla natural
Puente del Inca
Pequeña iglesia del lugar
Pasamos por la localidad de Las Cuevas, que es la última población argentina antes de encontrarnos con el paso a Chile. Nosotros sin embargo tomamos el camino que lleva al Cristo Redentor, emplazado a 4000 mts sobre el nivel del mar. Ya llegando allí se nota la diferencia de temperatura. El viento y el frío se hacen sentir, por lo que fue necesario bajar con una camperita. Es impactante la figura del Cristo, rodeada de un paisaje encantador y montañoso. Se destacan las banderas de Argentina y Chile en el lugar, ya que por ahí cruza la frontera entre ambos países.


Montañas en el camino
Nos vamos alejando de Las Cuevas, para ir al Cristo Redentor
Camino al Cristo Redentor
Cristo Redentor. Frontera entre Chile y Argentina, a 4000 mts de altura
Cristo Redentor
Leyenda al pie del Cristo
Luego de todo ese recorrido hicimos una pausa para almorzar (ya era bastante tarde, así que tenía hambre y me vino más que bien) y luego ya si regresamos a la ciudad.
banderita de mi pais
4000 mts sobre el nivel del mar

Muy lindo recorrido. ¿Conocen? ¿Qué les pareció?

viernes, 7 de febrero de 2014

Visitando dos bodegas, una aceitera y una capilla


Mendoza es una zona de vino por excelencia. El clima es propicio para el desarrollo de viñedos, y eso se explota a lo grande. El turismo relacionado a esta actividad es algo que también tienen bien desarrollado en esta provincia. Para no ser menos contratamos una excursión en la que nos llevaron a visitar dos bodegas y una aceitera.

La primer bodega era más moderna e industrial. Aquí los tanques ya no eran los toneles de antaño, y todo el proceso estaba adaptado a nueva maquinaria y equipos. Nos explicaron los pasos de la elaboración de este producto, y luego nos hicieron una pequeña degustación. Yo no soy muy amante del vino (dicen que es un gusto que suele irse adquiriendo con la edad. ¿Qué opinan de eso?) así que con lo que probé estaba más que bien. De hecho debo decir que me parecían vinos bastante fuertes. Lo que si tenía muy lindo este lugar es una vista a la cordillera.

A continuación visitamos una aceitera. Ahí tenían olivos y nos explicaron como se extraía el aceite de oliva. Fue interesante porque conservaban las maquinas con las que antiguamente se producía, y nos contrastaron este proceso con el actual. Ahora sacan mucha mas cantidad, en menos tiempo y con muchos empleados menos.

Nos hicieron también una degustación. Lo mas rico aquí eran las aceitunas y una pasta de ellas que probamos con pan. Nos compramos un par de frascos para nosotros y para regalar.

Finalmente visitamos otra bodega, esta si ya mas de estilo artesanal y familiar. Mas pequeña, pero a mi gusto mas linda. Aquí el proceso era mas manual, y también tuvimos una degustación. De los cuatro vinos que probé me gustó un Syrah del que llevamos también un par de botellas para regalo.

Para coronar la excursión fuimos a visitar la iglesia de la Virgen de la Carrodilla, en la zona de Lujan de Cuyo. La misma es la patrona de los viñedos, y es muy conocida por los mendocinos porque allí el obispo diocesano realiza la ceremonia de la Bendición de los frutos con la que se abren los actos de la tradicional Fiesta de la Vendimia.

Este lugar fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1978. Entrando en la iglesia, advertimos que los muros son anchos, de adobón pero muy bien construidos, lo que le ha permitido resistir los terremotos frecuentes en Mendoza. Fue una de las únicas que resistió al terremoto de 1861.

 



jueves, 6 de febrero de 2014

Uno de mis mejores dibujos hasta ahora


Un alto en el relato de las vacaciones para mostrarles mi pequeña obra de arte (bien modesto lo mío, ¿no?). Es que este me parece es uno de los dibujos más lindos que hice hasta ahora. Lo gracioso es que me llevó solo una clase hacerlo, así que en dos horas tenía listo el boceto y alcancé también a pintarlo con pastel tiza. Y quedé encantada con el resultado. Pensar que tenía bastante fiaca de asistir al taller porque estaba lloviendo y demás excusas, pero me compenetré y me fui contenta con lo que salió.

¿Qué les parece?

Un poco de trekking y aventura en la montaña

Rio circulando entre las montañas

Les contaba ayer que luego de la excursión cansadora del Cañón del Atuel vino una experiencia con más aventura y en contacto con la naturaleza. La misma consistió en dos días de trekking por la montaña y haber pasado la noche en un refugio en la localidad de Vallecitos.


hermosa vista
Este lugar ya lo habíamos visto por internet, y habíamos estado averiguando el primer día que llegamos a Mendoza sobre cómo llegar a la zona. La verdad es que poco es lo que nos pudieron informar en la ciudad. Nadie conocía el refugio (en un punto ya empezábamos a preocuparnos) y llegar en micro también se nos hacía medio difícil porque la línea que iba a la zona de las montañas no llegaba hasta ahí. Una alternativa era tomar un micro hasta un pueblo que quedaba a unos 25 km y que ahí nos fuera a buscar personal del refugio en una combi. Pero hicimos cuentas y por poco más alquilábamos un auto por dos días, así que eso es lo que terminamos haciendo.


camino de montaña
Salimos entonces ese lunes por la mañana, retiramos el auto por la agencia y emprendimos viaje. Lo gracioso es que confiábamos en el GPS que mi novio tiene instalado en el celular, pero el mismo decidió colgarse justo cuando estábamos saliendo de la ciudad de Mendoza, y no llevábamos mapas. Eso hizo que dobláramos un poco después de donde debíamos y que tuviéramos que retomar, y luego guiarnos por los carteles de la ruta. Finalmente preguntando un poco logramos llegar a eso del mediodía.

Las vacas en el camino nos miraban pasar
Refugio San Bernardo
Para llegar al refugio había que subir con el vehículo por un camino sinuoso y de ripio. El sitio está bien puesto, tiene esa rusticidad de lugar de parada de montañistas, la cual francamente me encanta porque tiene ese sabor a aventura, a historias vividas. Nos llevaron a nuestra habitación, en la que estuvimos solos a pesar de que tenía varias cuchetas, debido a que no había tanta gente ese día hospedándose allí. Comimos unos sándwiches que nos habíamos llevado, y luego emprendimos la primer caminata.


gatita mimosa del refugio
Refugio de montaña en donde paramos
Vista desde el refugio
Fuimos siguiendo una senda que bordeaba un pequeño río. Fuimos recorriéndola hasta que llegamos a un lugar en donde había una especie de horqueta formada por dos cerros, y desde allí se veía el otro lado. Para cuando llegamos ahí estaban cayendo algunas gotitas y estaba todo muy nublado. Hasta cayeron unas pequeñas piedritas de granizo. Igual nos quedamos un ratito mirando el paisaje, mientras en el celular hicimos sonar el “himno a la alegría” de Beethoven a todo lo que daba.


Mapa de la zona. Mucho para hacer
Comedor común del refugio
Bajamos por el mismo camino y como todavía era temprano aprovechamos a dormir una siestita. Más tarde a la noche nos unimos a un asado que prepararon en el hogar que funcionaba en la sala comunitaria. ¡Estaba rico!


Un chocolate caliente y budin mientras planeabamos destino de caminata
A la noche asado en el hogar del refugio
Al día siguiente emprendimos caminata hacia una zona llamada “Campamento Veguitas”. Nuevamente seguimos un sendero que corría cercano a un río, y llegamos a este sitio en donde había lugar para hacer camping. Solo dos carpas estaban asentadas ahí, y charlamos un rato con uno de los ocupantes antes de proseguir camino hacia otro sitio llamado Vega superior. Estábamos casi llegando a ese sitio cuando una nube nos rodeó. Y la verdad es que entre que la temperatura había ido bajando bastante a medida que subíamos y que al entrar a la nube se había puesto más húmedo, decidimos bajar en ese momento.


Saliendo nuevamente a caminar por la montaña
Una casita perdida entre la inmensidad del paisaje
Con la nube sobre nuestras cabezas
Hicimos una parada para almorzar algo, en un sitio donde pastaban varias vacas. Una de ellas se nos acercó bastante y me hacía dudar de sus intenciones (¿querría un pedazo de sándwich?). Se nos acercó hasta unos dos metros de donde estábamos, nos miró un rato y luego se fue.


Otra vaca lugareña
Centro de Ski Vallecitos, ahora sin nieve
Descansamos un poco más en el refugio antes de emprender el viaje en auto que nos llevaría nuevamente a la ciudad. Pasamos dos días hermosos en contacto con las montañas y gente que disfruta de ellas.