lunes, 13 de febrero de 2017

Escapada a Chascomus

Contemplando la laguna. Mucha paz.

Hace rato que no nos tomábamos unos días para escapar un poco de la ciudad. Ya estaba necesitando alejarme del ruido, estar en contacto con la naturaleza. Decidimos ir a pasar entonces el fin de semana en Chascomus, localidad que queda solo a 120 km de la capital, y en donde hay una bonita laguna.

Pájaron en el muelle viejo.
Habían pasado años desde la última vez que estuve ahí, y mi marido ni conocía, así que era ideal para pasar esos días.
Mucho verde

Costanera
Alquilamos una habitación en un hotel – estancia a 12 km del pueblo, del otro lado de la laguna. El sitio resultó divino, con una hermosa vista y mucha comodidad. Tenía un predio bastante grande por donde se podía caminar un poco, y hasta algunos animalitos dando vueltas como llamas, caballos y cabritas.

Elementos para la pesca
Costanera
Si bien el pronóstico del tiempo no era muy alentador, finalmente pudimos disfrutar lo más bien. El sábado brilló el sol y estábamos en remera porque hacía calor. El domingo comenzó a llover recién al mediodía así que aprovechamos la mañana y después del almuerzo emprendimos tranquilos la vuelta a casa.

El paseo entonces comenzó el día sábado. Luego de desayunar partimos hacia Chascomus, llegando a media mañana. Paramos a tomar un cafecito con vista a la laguna, y de ahí a caminar un poco por la costanera.

Había gente pero no eran montones. Fuimos hasta un muelle en donde unos cuantos pescadores estaban con sus cañas probando suerte. Paseamos por unos bosquecitos muy lindos y bien cuidados, disfrutamos del sol.
Esculturas con metales

Hay unas cuantas esculturas. Vimos varias realizadas con chapas y metales.  Acá les dejo una imagen con la figura de un gladiador. Había unas cuantas distribuidas por la costanera.

Monumento a Alfonsin
También había algunos monumentos relacionados con la democracia y con Raul Alfonsín, quien fue presidente del país en 1983 y era oriundo de esa ciudad. Hay muchas referencias a su persona por la zona.

Visitamos la plaza principal, en donde está emplazada la Catedral, y también otros edificios de importancia. Las callecitas son muy lindas para caminar, con casas cuidadas y llenas de unos árboles con unas flores preciosas.

Acá les traigo algunas fotos que tomé durante el paseo. En un próximo post les comparto las del atardecer en la laguna, las cuales tienen unos colores mágicos.
Catedral

Monumento en Plaza San Martín
¿Les gustan? ¿Conocen la zona?








miércoles, 8 de febrero de 2017

Reto: Cuando yo era pequeña...

Reto: Cuando yo era pequeña...

 Ya lo vengo viendo a este cuestionario en varios de los blogs. Francamente no sé dónde empezó, pero me parece una linda manera de conocernos entre todos un poco más y además recordar momentos infantiles. Me encantan estos viajes al pasado en donde vamos recordando anécdotas y situaciones.
Aquí van las preguntas y mis respuestas:
 
1. ¿Tienen tus padres algún libro de recuerdos de cuando eras pequeña?
No. Si hay algunos álbumes de fotos, los cuales son un bello recuerdo. Ya están medio amarronadas por el paso del tiempo, pero me gusta verlas cada tanto.
 
2. ¿Sabes si te llamaron así por alguna otra persona?
Si, mi madre tenía una amiga que se llamaba así, y decía que era una buena persona. No supe nunca mucho más de esa mujer.

 

3. ¿Conoces otros nombres que barajaban tus padres?
Como en esa época las ecografías no eran tan nítidas y tal vez tampoco tan comunes, ellos no supieron el sexo hasta el momento en que nací. Se que si hubiera sido varón iba a ser Leonardo.

4. ¿Tu primer recuerdo?
No estoy muy segura, hay cosas que supongo que las “recuerdo” de tanto que me las han contado. Hay una imagen muy patente de una vez en que estaba con mi abuelo en un parque y metí la mano en un caño y no podía sacarla. Me asusté mucho así que por eso creo quedó guardado ese suceso en mi memoria. Luego la anécdota me la han narrado infinidad de veces, pero yo recuerdo unos árboles de ese parque y el caño.

A la mente ahora me viene un campo en el que estábamos con mi hermano cuando éramos chicos. Allí había una oveja macho que se llamaba Pepito, y la recuerdo bastante bien. También el que allí cultivamos frutillas, tengo imágenes nuestras recogiendo esas plantas. Eramos un poquito mas grandes igual aquí.

5. ¿Tus padres te leían o te contaban historias? ¿Recuerdas cuáles?
Ambas cosas. Siempre nos leyeron mucho, supongo que por eso somos tan lectores con mi hermano. Todo tipo de historias.

 6. ¿Cuando eras pequeña te acuerdas de lo que querías ser de mayor?
No.
 

7. ¿Tenías algún profesor favorito?
He tenido algunos a los que quise bastante. A la maestra de tercer grado la recuerdo en especial, éramos el primer curso que ella tuvo así que nos hacía regalitos y nos mimaba mucho. Hacia unas competencias de matemáticas en que premiaba la rapidez en hacer cuentas mentales con figuritas para el cuaderno. Yo era muy buena en eso en la época, luego el uso de la calculadora ha atrofiado esa rapidez.

8. ¿Cómo solías ir vestida al colegio?
Con el uniforme escolar.

9. ¿A qué solías jugar?
A las muñecas, a la casita, juegos de mesa. Mas tarde con los playmobil.

 

10. ¿Tenías alguna casita de juguete?
Si. La armó mi papá en una estantería. Para mi eso fue siempre muy importante. Escribí sobre esta historia en los inicios del blog, pueden leer el post aquí.

11. ¿Algún recuerdo de tu familia en vacaciones?
Cuando éramos chicos viajábamos bastante al campo por la actividad de mis padres (geólogos). Para mi eran vacaciones ya que pasábamos unos cuantos meses recorriendo la Patagonia. Tal vez no eran los sitios más turísticos a los que ibamos, pero igual me permitió conocer bastante la zona. Siempre reservaban algunos días para que fuéramos a ver algo especial, como una pinguinera, o tomar el té en la localidad galesa de Gaiman, etc.

 

12. ¿Y alguno de tus primeros cumpleaños o Navidades?
Siempre me gustó festejar mi cumpleaños. En esa época no se hacían en salones como ahora, sino mayormente en las respectivas casas. Me acuerdo de un mago que dio una función en uno de ellos.
Sobre las navidades, una en especial la recuerdo con mucho cariño. Yo tenía nueve años y la pasamos en una casa rodante cerca del Glaciar Perito Moreno. En ese camping se hizo una reunión para que todos los que estaban brindaran.

13. ¿Heridas memorables?
Si bien tuve una época de ser bastante bruta y chocarme contra todo, no tuve heridas de gravedad.

14. ¿Primera mascota?
En el sentido estricto de la palabra fue una perrita salchicha llamada Marion. La pobre se murió a los cinco días ya que había llegado infectada con parvovirus. Negligencias del criadero, etc, etc. La cuestión es que nos llevó como año y medio convencer a mi mamá de llevar otro animal a casa. Finalmente llegó Sandy, un gatito que tuvimos desde sus 45 dias hasta sus 16 años. Fue el rey de la casa y lo amaba. Fue él realmente entonces la primera mascota que tuvimos.

 

15. ¿Tus abuelos te solían contar historias de juventud?
Mis abuelos maternos no estuvieron muy presentes en nuestra infancia (ni en nuestras vidas). Son pocos los recuerdos de ellos, y menos los de sus historias de juventud. Mi abuela paterna era como las brujas de los cuentos, mejor perderla que encontrarla. Y a mi abuelo paterno no lo conocí porque murió siendo mi papá chico.

 16. ¿Tu entretenimiento favorito de pequeña?
Jugar con mi hermano, ver la tele.

 17. ¿Recuerdas la llegada de algún nuevo invento a tu casa?
El grabador de doble casettera fue un boom, pero yo ya estaba entrando en el secundario para ese entonces.

 

18. ¿Tenías TV? ¿Blanco y negro o color? ¿Cuántos canales?
Teniamos TV, yo la recuerdo siempre de color.

 19. ¿Te mudaste alguna vez de pequeña?
Nos mudamos antes de cumplir yo el primer año de vida, y luego recién a mis doce años. Escribí sobre ambos lugares en este post. Anécdotas y fotos por allí.
 
20. ¿Recuerdas algún desastre natural en el que se viera involucrada la familia?
¡Por suerte no!

21. ¿Algún recuerdo musical? ¿Qué canciones se oían en casa?
Mis padres tenían un tocadiscos en ese entonces. Escuchábamos canciones infantiles como las de Maria Elena Walsh.

22. ¿Algo que te enseñase algún miembro mayor de tu familia?
A caminar, a hablar.. que se yo, una lista infinita!

 

23. ¿Marcas de tu infancia?
Los Lego para construir, los Playmovil para jugar, las Barbies como muñecas, el postrecito Sandy para comer (si, de ahí sacamos el nombre para nuestro primer gatito)

 24. ¿Coleccionabas algo?
Figuritas infantiles. Tuvimos varios albums aunque completamos uno o dos nomás.

 

25. ¿Tu recuerdo de infancia favorito?
Muchos  compartidos con mi amiga Mariana, a la que conozco desde los dos años. ¡Si habremos jugado y hecho travesuras!

 
¿Se animan ustedes a completar la encuesta?

martes, 7 de febrero de 2017

El gato de la esquina


En la casa de la esquina viven dos gatitos de lo más paseanderos. Sus dueños les dejan las ventanas que dan a la calle abiertas, por lo que con frecuencia se los ve dando vueltas por ahí.

Uno es negrito y es el más tímido. Enseguida se aparta del camino y sale corriendo. El otro es gris y tiene unos ojos casi naranjas. Son rarísimos, y sumamente bellos. Además su carácter es de lo más sociable y despreocupado. No tiene él problema en acercarse a uno, dejarse acariciar, restregarse entre las piernas.

Ni se inmutaba, relajado en la medianera.
Bastante seguido es que los encontramos en la entrada de casa. Tenemos un espacio abierto como para guardar un auto. Por ahí es que muchas veces están, descansando lo más campantes entre las plantas.  A Ciro estas visitas no le gustan mucho. Como a él no lo dejamos salir, ve usurpado sus dominios y se desespera. Algunas veces se pone a rascar el ventanal del lado de adentro, como con impotencia. Los otros lejos de alejarse de ahí se quedan, no sé si por desafío o simple curiosidad, y  a veces se mantienen así mirándose a través del vidrio.

Al gato gris es al que más se lo ve, y como les decía es visitante de todas las casas de la cuadra. El otro día cuando llegábamos a casa lo vi recostado en la medianera que da con el vecino. Ni se inmutó por vernos venir, y como yo tenía la cámara en mi mochila le saqué un par de fotos.

Aunque aquí no se aprecie por los filtros de la foto, tiene unos ojos medio naranjas que son maravillosos..
Me encanta su naturalidad, la relajación gatuna. Verlo disfrutar de su siesta da placer.



lunes, 6 de febrero de 2017

Año nuevo chino en Buenos Aires. Festejos en el año del Gallo de Fuego.


Ya hace rato que los festejos del año nuevo chino cobran bastante envergadura en la ciudad de Buenos Aires. La comunidad viene organizando bonitas celebraciones, y cada vez hay más gente que se acerca para disfrutarlas. Hace años ya que trato de ir cuando me entero que se están llevando a cabo, ya que son pintorescas.

Hay demostraciones de bailes tradicionales, de música, de artes marciales varias, puestos de comidas varios, y lo que más me gusta: la danza del dragón.

Esta vez se ha dado inicio al año del Gallo de Fuego, y en la cuenta lleva el número 4715.

Nos acercamos por la tarde, desafiando los pronósticos de lluvia.  A pesar de las nubes amenazantes, estuvo lo suficientemente agradable como para que hayamos podido disfrutar del paseo. Dimos primero una vuelta por los stands de comida que bordeaban el predio. Allí había diferentes opciones, dulces y saladas. Como ya habíamos almorzado no probamos nada, pero había una gran concurrencia en la mayoría de los puestos. También algunos en los que vendían chucherías.

En el escenario unas chicas tocaban instrumentos tradicionales. Atrás del escenario estaban con toda la puesta a punto del dragón. Enseguida fuimos para allí, a mirar como iban terminando de acomodar todo. No nos quedamos para el momento de la danza, aunque tuvimos otros años oportunidad de verla y es un bonito espectáculo de sincronización y movimientos precisos para darle vida al ser mitológico.

Tomé unas cuantas fotos del evento, las que acá les comparto.

Y justamente relacionado con fotos del año nuevo chino les comento que hace algunos días recibí un comentario en un postque escribí en 2015 con motivos de estas celebraciones.  Unos chicos de una banda de música local me pedían permiso para ilustrar con ella el video de una de sus canciones.  Un gesto que agradezco porque podrían haberla usado sin pedirla y tal vez nunca me hubiera enterado. Pero su solicitud habla muy bien de ellos, no? Gracias por respetar la autoría de la foto.

Me compartieron el video en el que la usaron, y me ha gustado lo que hacen (no solo esa canción, sino las otras de la banda, las que se pueden escuchar en ese perfil de youtube). Así que acá les comparto también a ustedes para que los conozcan. Yo estoy musicalizando mi mañana de lunes con ellos.




viernes, 3 de febrero de 2017

Lindas personitas


Que el mundo blogger trae cosas buenas ya lo he dicho unas cuantas veces.

No solo es una manera de expresarse y compartir con otros, de aprender sobre otras culturas, de derribar fronteras, de encontrar motivación. Lo más importante creo yo son los vínculos que se generan. El conocer por este medio a otras personas con las que en su mayor parte no hay contacto cara a cara pero que igual se las siente cerca. Las cuales no importa si viven a un par de cuadras o con un océano en el medio, pero allí están siempre con sus comentarios, dejando su huella. A muchas también con sus propios espacios virtuales en las que visitarlas y seguir generando ese intercambio.

Gente que entra y sale de nuestras vidas, y algunas que van pasando los años y ahí están acompañándonos. Aquellas con las que las alegrías se comparten y las penas se aligeran. Las que con su sola presencia, a veces a través de un simple comentario, nos despiertan sonrisas, nos levantan el ánimo. Las que con eso nos acarician el alma. Las que nos impulsan a seguir desarrollándonos, a seguir aprendiendo, a querer conocer otros lugares, a despertar nuestros lados creativos, o a admirar la belleza de lo que hacen, a reírnos con sus relatos y anécdotas.

En este mundo bloguero hay mucho talento. Personas que hacen cosas maravillosas. Que son recicladoras de muebles, que sacan fotos preciosas, que viajan y nos trasladan a otros sitios con sus apasionantes relatos. Las que abren una ventana a su día a día. Las que se animan a compartir sus miedos, y allí se encuentran que no están solas. Hay espíritu de contener, de apoyar. Yo he recibido mucho cariño en estos cinco años de bloguera.

Creo que estos vínculos no los entienden todos. Los que no participan en esta experiencia que aunque virtual es muy real pueden no comprender el que uno sienta tanto afecto con gente que nunca vio en su vida. Pero es así, se encuentra muchos seres  maravillosos dando vueltas por ahí, e internet nos acerca a ellos como un espacio más.  A veces me doy cuenta de que estoy más al tanto de la vida de gente que leo por aquí que de algunas amigas que veo poco.

En ocasiones se da que algunas de esas personas con las que hemos compartido amistad virtual pasan a formar parte de nuestro mundo “real”. En mi caso me alcanzan  los dedos de las manos para contarlas, pero he tenido oportunidad de traspasar la pantalla y sentarme frente a frente café de por medio.

Ayer justamente tuve una “desvirtualización” con una bloguera amiga.  Quedamos en un barcito del barrio y nos juntamos en persona. La charla fue preciosa, de esas sinceras y divertidas, de las que se dan con gente con las que uno tiene confianza. La sensación fue de conocernos de toda la vida. Y como el mundo es un pañuelo hasta encontramos una serie de coincidencias de lo más graciosas. Creo que nos hubiéramos quedado más tiempo charlando si los mozos del bar no hubieran empezado a barrer alrededor nuestro y a subir las sillas arriba de las mesas en clara señal de que nos invitaban a retirarnos.

Gracias por ese lindo rato, y gracias al Universo que nos acerca a tan bonitas personas.

Nada es casualidad.



miércoles, 1 de febrero de 2017

Los libros de enero

Este es el tercer año en que dedico un post al mes para contarles de mis lecturas en el mismo. Me gusta hacerlo porque es una manera de compartir libros y autores. De esta forma yo he llegado a algunos de ellos, por recomendaciones o críticas vistas en otros blogs.

 

Estos han sido los libros con lo que he inaugurado el 2017:

 
La casa de enfrente, de Esteban Navarro.
Este es un policial que ha pasado por mis manos sin muchas penas ni gloria. Ha estado bien para pasar el rato, pero no me ha sorprendido demasiado.
En un tranquilo pueblo costero desaparece una joven. Al aparecer su cadáver mutilado las sospechas recaen contra Álvaro Alsina, un empresario local. Diversas fuerzas se encargan de incriminarlo. La verdad se encuentra muy cerca, en la casa de enfrente.

 
El rabino, de Noah Gordon.
Ya son varios los libros de este autor a los que me he abocado. Algunos me encantaron, otros me aburrieron bastante. Este sin duda lo meto en esta última clasificación. Algunas partes interesantes, como algunas costumbres o ritos propios de la religión judía, los cuales desconocía. Pero la mayor parte del tiempo aburridísimo y tedioso.
Es la vida de un hombre que encuentra su camino en la religión y se hace rabino. Va pasando por diferentes experiencias, rodeado por distintas congregaciones. Se enamora de una mujer que es hija de un pastor protestante, y juntos desafían unos cuantos prejuicios y obstáculos para vivir su amor y construir una familia.

 
Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza
A este llegué justamente por recomendación en un blog amigo. Y lo agradezco porque me encantó. Me pareció ameno, gracioso, divertido. Cortito y algo raro por como está escrito, pero super recomendable.
Relata las peripecias de un extraterreste en Barcelona. Sale a la búsqueda de su compañero “Gurb”, y vive un montón de experiencias de lo más bizarras. Tiene la facilidad de tomar el aspecto físico que se le plazca, por lo cual pasa por verse como una serie de personajes conocidos. Va llevando cuenta de esto en una especie de diario.
Me hizo reir. Lo recomiendo.

 
Las lágrimas de la diosa maorí, de Sarah Lark.
Este es el tercero de la saga que empecé durante 2016.
Ambientada en Nueva Zelanda, relata las experiencias de la tercera generación de las familias que ya fuimos conociendo en los libros anteriores. En este último se concentra en la lucha y victoria de varias mujeres. Por un lado en los derechos al sufragio,  al acceso a la universidad, y hasta en las primeras experiencias en la aviación.
Me encantó, como las otras novelas de Sarah Lark que he leído.

 
Divergente, de Veronica Roth.
Nuevamente otra serie medio futurista y tal vez orientada a un público más adolescente, pero que igual me ha gustado. Acá las reglas de la sociedad distópica que se plantean no me terminan de convencer. Hay varias cosas a las que no les encuentro mucho sentido la verdad, pero lo leí dejándome igual atrapar por la historia y acallando algunas voces en mi cabeza que me decían “esto es absurdo”.  Al fin y al cabo, es ciencia ficción.
Es una sociedad en la que para evitar guerras y los males del mundo se han dividido a la gente en facciones, las cuales pasan a dirigir la vida de cada uno y a ser más importantes que la sangre. Cada una tiene un rasgo que la define.  Se puede ser entonces de Osadía, Abnegación, Cordialidad, Erudición o de Verdad.
A los dieciséis años hay una ceremonia en la que se elige si continuar en la facción de nacimiento o cambiar a otra. El tema es que esta elección es irreversible, y además hay una prueba de iniciación que le sobreviene. Hay que pasarla, o ser expulsado y quedar sin facción, que equivale a ser un paria de la sociedad. Además cambiar de facción implica separarse de la familia y cambiar el modo de vivir.
La protagonista es Beatrice Prior, quien de nacimiento procede de Abnegación, pero por elección se pasa a Osadía. Previo a eso se entera que es divergente, lo cual es un rasgo peligroso para los planes de quienes manejan los hilos de la trama (se imaginaran que en la trama hay luchas de poder, negociados, y muchas cosas turbias) ya que esta cualidad hace que su cerebro no sea preso de las simulaciones, como le sucede al resto.
Luego de la elección comienza un duro entrenamiento y pruebas de iniciación. Allí va conociendo un estilo de vida completamente diferente, haciendo aliados y enemigos. Conoce también a Cuatro, un chico dos años mayor por el cual va desarrollando intensos sentimientos.
En fin, es otra novela juvenil. Es llevadera, a pesar de que como les decía hay muchas cosas que para mí no tienen mucho sentido.

 
Insurgente, de Veronica Roth.
El segundo libro de la saga. Es que a pesar de lo dicho antes, una vez comenzada me entraba la curiosidad de ver cómo seguía.
Aquí ya hay una serie de disturbios que se extienden con las facciones, haciendo tambalear todo el sistema. Sale a la luz que no todo es lo que parece, que hay hilos de poder muy fuertes que buscan el control de todo, que manejan a la gente y ocultan información. Se desata una verdadera guerra, en la que surgen aliados, traidores, amigos y enemigos y en la que se lucha por sobrevivir.
Aquí la protagonista se enfrenta a una serie de peligros, desafiando a los altos líderes y logrando dar a conocer un secreto bien guardado por estos.
Mi opinión es la misma que en el anterior. Una novela juvenil que es llevadera pero que sigue pareciéndome muy sin sentido en mucho de lo que cuenta.

 
Riña de gatos. Madrid 1936, de Eduardo Mendoza.
Dado que me había gustado tanto “Sin  noticias de Gurb”, quise leer algo más de este autor. Aquí debo decir igual que me desilusionó bastante, que este libro me aburrió mucho y no veía la hora de terminarlo.
Un inglés experto en arte llega a la convulsionada Madrid para evaluar y tasar y autenticar un cuadro desconocido. Sobre esta operación hay secretismos e intrigas, ya que la venta del mismo está planeada para sostener ciertos ideales políticos.  Una serie de hechos hace que se vea envuelto en el medio de conspiraciones varias, persecuciones y hasta enredos amorosos.
 

Este es el resumen del mes. Como verán me encontré con algunas lecturas que mejor olvidar, pero también con otras interesantes.

¿Leyeron alguno de estos? ¿Cuál otro tienen para recomendar? Yo estoy atenta a sus sugerencias, ya tengo varios títulos en mi lista de pendientes.