lunes, 28 de septiembre de 2015

Arraial D´Ajuda

Encantadora la playa

Para dar por finalizados los relatos de las vacaciones les voy a contar sobre la excursión que hicimos a Arraial D´Ajuda.

playas amplias y rodeadas de vegetación
Este sitio tan bonito y encantador se encuentra en el distrito de Porto Seguro. Para llegar allí con la camioneta nos subimos a un ferry que transportaba a los vehículos de una orilla a otra. Un método rápido para cruzar las aguas, y que fue novedoso para nosotros.

Recorrimos unos caminos bordeados por hermosas casas y posadas, hasta que llegamos a la playa. Ahí nos dejaron unas cuantas horas libres como para aprovecharla.
Ideal para caminatas

Esta playa es muy especial ya que está rodeada por acantilados coloridos y vegetación selvática. Es amplia y se presta para caminar de una punta a otra. Eso aproveché a hacer bastante, y también a leer tranquilamente al reparo de una palmera.

Nos tocó luego recorrer un poco el pueblo, el cual era colorido y acogedor. Muchos locales de todo tipo, los cuales estaban parte abiertos y parte cerrados porque como nos explicaron también es una zona que cobra vida de noche.

Me gustó este letrero...
Nos llevaron también a ver la antigua iglesia de Nossa Senhora d’Ajuda que data de 1549. Es pequeñita pero linda. Me gustó una parte que se llamaba “sala de los milagros” y donde había miles de fotos, de cartas, etc, todas ellas de gente que ha hecho su pedido a la Virgen. Siempre me emocionan esos actos de fe.

Iglesia
En las afueras de la iglesia había una pared llena de cintitas de colores, que también correspondían a pedidos y agradecimientos de la gente. Desde allí había una vista privilegiada de la playa, la cual se veía desde arriba y a la distancia.

Cintas de colores
la iglesia por dentro
Una serie de puestos de artesanías rodeaban el lugar, formándose un bonito paseo de compras. Adquirí un par de pequeños recuerdos, uno de ellos un imán tallado a mano con la forma de una palomita, y también un atrapasueños.

Es un lugar que da para volver algún día.
Tiendas de artesanias. Puro color.

Paseo de compras
¿Han tenido oportunidad de conocerlo?

viernes, 25 de septiembre de 2015

Coroa Vermelha



La localidad que visitamos en esta oportunidad es Coroa Vermelha, y queda a unos 15 kilometros de Porto Seguro. También fue de muy fácil acceso ya que un ómnibus local nos llevaba directamente hacia allí.

El sitio tiene alto contenido histórico ya que allí se celebró la primera misa del Brasil, en el momento en que los portugueses llegaron por primera vez a estas tierras.

Hay una cruz conmemorativa de ese acontecimiento, pero blogger se ha empecinado en que no pueda subir esa foto en particular, así que quedará para otra ocasión.

Si les muestro entonces las de la playa, que era de gran belleza. De hecho, una de las que más me gustó. Había una franja de arena que penetraba en el océano en donde cuando llegamos de mañana se podía acceder porque la marea estaba baja. Más tarde ya estaba toda cubierta por el mar. Hasta esa punta hice una caminata mientras mi novio se quedaba en la lona leyendo. Lindo dejar que el vientito y el sol me acariciaran en el paseo.

También había pequeños barquitos pesqueros. Ya una de esas fotos se las había mostrado. Las gaviotas los sobrevolaban dando chillidos, seguramente reclamando algún pescado. Una amiga tomó prestada una de estas fotos para copiar en una acuarela, y debo decir que le quedó divina, que realmente le salió muy parecida y trasmitía mucho.

En esta zona hay presencia de los habitantes originarios de estas tierras, la tribu de los Pataxó. Tengo entendido que hace algunos años estaban más cuidados sus derechos, que buscaban que el lugar no estuviera tan contaminado por el turismo y costumbres que les eran ajenas. Los tiempos modernos se ve que los han ido obligando a ceder en sus tierras y por eso es que se encuentran gran cantidad de bares, resturantes y negocios cerca de la costa.

Dentro de las tiendas hay muchas en las que se pueden encontrar artesanías de los Pataxó. Muchas cosas con plumas y con madera. También adornos como collares de semillas, y en general todo hecho con elementos de la naturaleza.

También visitamos un museo indígena. Ahí una niñita nos hizo un breve tour por el salón. Hablaba en portugués y super rápido así que confieso que nos perdimos la mitad de lo que decía. Por lo general nos entendimos bastante bien con el idioma durante el viaje, pero claro que cuando lo hablaban con rapidez nos costaba más comprender.

Fue un lindo día, un sitio que me gustó mucho.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Porto Seguro

En este post van a encontrar imágenes de uno de los primeros días del viaje y del último, pero están todas agrupadas aquí ya que hacen referencia a Porto Seguro, la ciudad en donde estuvimos parando.

Les cuento un poco de estos sitios lindos que conocimos y anécdotas de estos días.

Para comenzar ya en el día de nuestra llegada nos topamos con una situación que resultó ser graciosa pero que podría haber sido un problema si el auto que nos llevó del aeropuerto al hotel hubiera sido un taxi cualquiera y no el transfer que estaba contratado, como fue el caso. Resulta que al llegar al hotel yo bajé mi mochila y le dije a mi novio que no olvidara la suya. Me dijo que si, por supuesto, pero al ratito se agarraba la cabeza porque ¡se la había dejado en el auto! Por suerte llamamos desde el hotel y volvieron para devolverla. Sino hubiera ya perdido en el primer instante la cámara, la tablet, y vaya a saber que otra cosa que llevaba allí.

camino costero
La habitación era cómoda y tenía un balcón que daba a la piscina. Lindo para tomar alguna merienda allí, tuvimos oportunidad de utilizarlo de esa forma durante la semana. La primera noche (sábado) nos encontramos con que cerca había un balneario donde se armaba baile y la música sonaba muy fuerte. Por suerte fue en esa sola ocasión, ya que hasta las cuatro de la mañana las paredes vibraban con la música, y bien podríamos haber estado dentro del boliche por cómo se sentía. El resto de la estadía fue tranquila en ese aspecto, lo que se agradece.

caminando cerca de la playa
Con todo el ajetreo de la mochila olvidada no tomamos nota que teníamos previsto un city tour para el día siguiente. Así fue como nos fuimos de lo más tranquilos a disfrutar de la playa (la cual estaba ubicada a una cuadra del hotel, cruzando la ruta nomás) y perdiéndonos esa visita. Lo bueno que es pudimos recuperar esta excursión el ultimo día.
Replica de carabela
la carabela por dentro. Memorial del descubrimiento

Zona antigua de Porto Seguro
Casas de colores
Fuimos igual por nuestra cuenta a conocer el centro de Porto Seguro. El mismo quedaba a 6 km del hotel, y había mucho transporte disponible para ir. Nosotros escogimos igual hacer una caminata hasta allá, bordeando la costa. Fue agradable porque fuimos viendo las diferentes playas, y a mitad de camino nos encontramos con un memorial del descubrimiento. Este era un museo en donde nos relataron parte de la historia, como fue la llegada de los portugueses a esta lejana costa, unos 500 años atrás. En el lugar había una réplica de uno de los barcos en que llegaron, y se podía conocer por dentro. Como se imaginaran era algo de lo más precario, y quienes hicieron esa travesía sin duda eran aventureros o desesperados, gente que no tenía mucho que perder. Las condiciones del viaje eran bastante insalubres, todos estaban hacinados y muchos morían de enfermedades varias por la mala alimentación y la mala higiene. Descubrir un nuevo mundo era solo para valientes.

Seguimos nuestro camino y llegamos a la ciudad, la cual estaba bastante vacía ya que realmente cobraba vida más de noche. Pudimos igual recorrer un poco las calles del centro, las que con posterioridad conocimos en salidas más nocturnas. En esas ocasiones se disfruta de una gran feria callejera, de bonitos restaurantes, de música en el ambiente.

Fuimos también a la parte antigua de la ciudad, la cual queda en la parte alta. Desde allí se podía divisar el mar, y tenía su sentido estratégico en la época de la colonización, ya que desde allí se podía ver claramente cualquier amenaza que llegara por el océano.
Celebración de la patrona

Ese día se festejaba a la patrona del lugar, y por eso había una celebración especial. Habían sacado los bancos de la iglesia y los habían colocado afuera, junto con algunas carpas o gazebos para proteger a la gente del sol. Había muchas personas congregadas, algunas llevaban paraguas cual sombrilla. Pudimos ver parte de la celebración, y escuchar los cantos religiosos, los cuales sonaban muy bonitos en portugués.

Esta parte antigua es pequeña, son algunas casas nomás las que se conservan, pero muy pintorescas porque tienen gran colorido. Está todo cuidado y limpito. Pudimos volver el último día y recorrer la zona sin tanta gente. Por eso en las últimas fotos pueden ver la iglesia sin nadie alrededor, lo cual contrasta con las del día de la celebración.

la ciudad de día
El tipo de cambio estaba esta vez de nuestra parte, y todo nos pareció bastante barato. Tiene sentido ya que en este momento están con un proceso de devaluación importante en el país vecino. Es increíble como los vaivenes económicos hacen que convenga o no ir hacía alguna parte. El año anterior cuando estuvimos en Salvador y Morro de Sao Paulo nos había sido caro. Idas y vueltas de los ciclos económicos.

En cuanto a la comida, nos encontramos con platos típicamente brasileros, los cuales confieso que después de unos días cansan un poco. Todo se sirve con arroz, papas fritas y porotos. Al no estar acostumbrados al poco tiempo ya no quería ni ver estos ingredientes. Había mucho frito también, lo cual tampoco es lo más sano.

Pudimos igual probar algunas cosas típicas como una rica moqueca de camarones, acompañada por una caipiriña. La cervecita en la playa era otro clásico que disfrutamos.
La iglesia un día cualquiera

En breve les relato sobre excursiones que hemos hecho que también tuvieron su encanto.