¿Querés un matecito?

Para empezar el domingo, aprovechando que me estaba levantando un poco mas tarde que de costumbre y que el sol acariciaba las baldosas de mi patio, me preparé unos mates con tostadas y me senté a desayunar afuera.

Con la compañía de un libro y de mi mate (ya que mi novio todavía dormía) estuve un buen rato, disfrutando la mañana.

Y ahí estuve pensando un poco en esta particular bebida, que tanto nos gusta a los argentinos. Una verdadera costumbre para muchos, algo esencial que no puede faltar en la mayoría de las casas. Una bebida que da para compartir, que incita a la charla, y que también es ideal para tomarla estando solo, que se convierte en un compañero cuando uno estudia.

En mi caso les cuento que si bien me gusta, no soy de ponerme en casa a tomar mate si estoy sola (como hice hoy). Lo hacía bastante cuando estudiaba, pero ahora rara vez. Si estoy con amigos si es algo que me gusta compartir, que no debe faltar. Y si es acompañado de algo rico mejor.

Están los expertos cebadores, esos que tienen su receta para el mate ideal. Tengo una amiga que cada vez que ceba me la explica, pero de todos modos termino haciéndolo sin tanta ciencia. Esa misma amiga es la que cada tanto me dice: - ¿no te parece que es hora de que cambiemos la yerba? – Y está bueno que me lo diga porque si es por mi lo seguimos tomando así. Los mates medio lavados no me disgustan.

En mi trabajo anterior vaya a saber por que razón no nos dejaban tomarlo. A la esposa del dueño no le gustaba (medio “fifí” ella). De todos modos en algún escritorio medio escondido siempre había, y ahí discretamente se iba acercando la gente a pedir un matecito, desde el cadete hasta el gerente.

Donde estoy ahora el mate no solo no está prohibido, sino que es casi obligatorio. No hay escritorio que no tenga un termo y un mate, y que haya unos cuantos paquetes de yerba dando vueltas. Me parece una linda costumbre. Mucho mejor que la anterior por cierto.

Los mejores mates debo admitir los prepara el esposo de una amiga que es uruguayo. Le salen buenísimos, y no creo que sea casualidad, ya que este es un país tanto o mas matero que nosotros. El mate le corre por las venas.

Les dejo unas fotos de mi desayuno de hoy. La cajita para poner la yerba la compré hace unos días ¿no les parece es simpática? A mi me encantó.

¿les gusta el mate?

¿Cómo lo toman? ¿dulce o amargo? ¿solos o acompañados?

¿tienen alguna técnica especial para cebarlos?

Si estan en el extranjero, ¿lo extrañan? ¿consiguen yerba para hacerlo?

El mate:

Buena excusa del amigo que comparte,
en momentos de espera, un compañero.
Cuando estás solo es tu acompañante,
y cuando no sabes qué hacer, tu consejero.