Afinidades

Hace un tiempo les contaba que no soy de creer demasiado en el tema de los horóscopos y los signos,  pero que sin embargo hay veces en que me identifico con las características que le atribuyen al mío (Leo). O sea, no creo pero tampoco niego que puede ser que algunos rasgos de la personalidad de cada uno estén regidos por el momento del año en que nació.

No soy muy conocedora del tema, sin embargo alguna vez leí sobre las afinidades entre signos. Recuerdo que decían que Leo se lleva muy bien con Aries, con Géminis y con Libra. Y no se si por casualidades de la vida o porque realmente existen estas afinidades, la mayoría de mis amigas son de estos signos. Claro que me llevo bien con gente de otros, y que con algunos de los “supuestos afines” no lo hago. Pero noto una tendencia.  

¿a ustedes les pasa? ¿notan mas afinidad hacia gente de un signo u otro? ¿creen en este tipo de cosas?

De esta manera, ya sea por casualidad o por afinidades astrales, en esta época cumplen años varias de mis amistades. Entre fines de marzo y abril me lo paso viendo como me distribuyo para poder ir a saludar a cada una en su día o asistir al festejo.

Hoy precisamente es el cumpleaños de Sol, una de mis mejores amigas. No digo de la mejor, porque ese lugar en el podio de la amistad está compartido entre ella y Mari (de aries ella también, con quien comparto mi amistad mas longeva, ya que desde que tenía yo dos años somos amigas. La que desde hace un tiempo vive en Barcelona, y que seguramente será tema de otro post).

Sol es de esas personas que siempre están. La conozco del secundario, hemos compartido muchas, muchas cosas en los 17 años en que nos conocemos. La considero como una hermana, tanto así la quiero.

Hemos estado la una para la otra en infinidad de ocasiones. En las cotidianas, y en las trascendentes. Nos hemos ido de vacaciones juntas en dos oportunidades (unas vacaciones que recuerdo con especial cariño, donde aprendí a amar la montaña. Seguramente ya les contaré en algún momento sobre estas, que están cargadas de anécdotas y recorridos por bellos paisajes del sur de Argentina).

Hemos acompañado cambios importantes para la otra. Desde mudanzas, noviazgos que terminaban o empezaban, momentos de crisis varias, y ocasiones de suma alegría. Entre estos últimos, el verla a ella convertirse en madre (su pequeña hija tiene casi año y medio de vida, y es una nena preciosa y dulce). Compartiendo la sorpresa, miedos y alegrías de esta vivencia. Apoyándola cuando con el padre de la nena empezaron los problemas (actualmente con juicios de por medio, una historia bastante difícil y larga), y disfrutando por otro lado de ver a la pequeñita crecer.

Compartimos toneladas de risas, también algunas lágrimas. Horas de charlas. También tardes de estudio, cada una con lo suyo pero sentadas en la misma mesa compartiendo un mate.

En fin, ella es de las personas que considero una verdadera amiga. De esas que se cuentan con los dedos de la mano, pero que constituyen un tesoro muy preciado. De esas personas cuya existencia hacen mejor la de uno.

Es por eso que en el día de su cumpleaños quería hablarles de Sol.