Después de unos muy lindos dias por Córdoba, las vacaciones fueron llegando a su fin. Como ya fui contando en entradas anteriores, tuve la oportunidad en ese tiempo de hacer unas excursiones muy interesantes.
Me maravillé con la experiencia nocturna en la montaña, con la hospitalidad de esa familia que vivía en el medio de la sierra (de un modo muy diferente al que un bicho de ciudad como yo está acostumbrada). Disfruté un hermoso atardecer, aprecié lo bello de la vía láctea en todo su esplendor, y las luces de la ciudad brillando en lo negro de la noche.
Conocí el Museo Rocsen, cerquita de la localidad de Nono, un lugar para el asombro de chicos y grandes, con una muy amplia colección de cosas para ver y aprender. Un espacio que recomiendo visitar a todo aquel que esté por la zona y tenga la oportunidad de hacerlo.
Fui a visitar los tuneles, disfrutando del recorrido hasta llegar ahí, el cual combinaba una zona de volcanes y palmeras caranday, la visita a una iglesia tricentenaria, las maravillosas quebradas con la oportunidad de ver algún cóndor sobrevolando.
Visité varios balnearios, distintas partes del rio Mina Clavero, del rio Panaholma. Aproveché a tomar sol, a leer en la playita, a darme unos cuantos chapuzones.
Pude aprovechar la hostería donde estaba parando, meterme incontables veces en la pileta, disfrutar del amplio jardin.
El viaje me permitió conocer también personas interesantes, con las que compartí lindos momentos y risas.
En definitiva, un viaje muy positivo, un buen descanso, un cambio de aires que estaba necesitando. Un recuerdo de unos muy lindos dias vividos. Unos dias que fueron pasando, y llegó finalmente la hora de volver para Buenos Aires.
Partí un viernes a la noche, y después de un buen viaje llegué a la terminal de Retiro el sabado bien temprano. Al parecer le habían puesto buen ritmo durante la noche, ya que llegamos una hora antes de lo previsto. Tuve que hacer un poquito de tiempo entonces hasta que llegó mi novio a recogerme, y luego esperamos un ratito mas a que llegaran mis padres (ya que nos volviamos en el vehiculo de ellos).
Volver tiene lo lindo de reencontrarse con los afectos. Si bien no niego que extraño las sierras y el rio, y el tiempo libre, también fue bueno volver a casa.
Fuimos a desayunar todos juntos, asi que aproveché a contarles del viaje, un resumen de anécdotas y momentos vividos. Mas tarde se nos unió también mi hermano, asi que aproveché a mostrarles las fotos del viaje a todos (unas 600 fotos!). Y como habia sido un dia de emociones, cuando finalmente se fueron todos aproveché a dormir una linda siesta.
Otra vez por Buenos Aires.
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