Carnaval toda la vida

Feriados de carnaval, y lleno de murgas por la ciudad, así que estos días aprovechamos a ver algunas.

El domingo a la noche llegamos medio de casualidad a un corso que habían ubicado justo enfrente al nuevo viaducto de Crisologo Larralde. En medio de la calle un escenario, sobre el cual un hábil conductor animaba una guerra de espuma. Repleto de chicos corriendo, apretando el “rey momo”, llenando de espuma a quien se les cruzara en su camino. Una verdadera fiesta. La música a todo lo que daba, sonando canciones de cumbia, cuarteto, reggeton, todo bien alegre y que invitaba a bailar. Además, infinidad de regalos iba entregando a los pequeñitos: porras de colores, cornetas, trompetitas, cintas de colores, guirnaldas para el cuello, algun que otro sombrero de payaso. Los chicos enloquecidos, y los grandes mirando o bailando.

Luego de un rato vino una murga. Eran un grupo de Palermo, que le puso mucha energía a su paso. A los saltos, moviendo estandartes, con los trajes brillando por su colorido. Los miraba y pensaba en lo divertido de lo que hacían, lo liberador que debe ser estar dando esos saltos y patadas al aire, volteretas sin inhibiciones, pura alegría.

Fue un espectáculo muy lindo. Al dia siguiente aprovechamos y fuimos a ver otro corso, esta vez frente a la placita de la calle Ramallo. Acá había mas gente que el dia anterior, y para cuando llegamos un grupo estaba cantando desde el escenario. Con sus caras pintadas, sus voces alegres, un muy lindo show para grandes y chicos. Mas tarde otra murga, esta vez venían desde el oeste, también con un bonito espectáculo a su paso. Mas colores, mas saltos, mas banderas. Y como siempre, muchisima energia. Nos fuimos nada mas que porque nos corrió un poco la lluvia que empezó a caer.

El año pasado también habíamos visto un corso en esa misma plaza. En esa ocasión fue bastante bizarro, y de lo mas divertido. Esa vez no había murgas, sino gente disfrazada. Los disfraces sin demasiado presupuesto, pero con mucha garra. Y todos bailando, cantando, divirtiendose.

Recuerdo unos que estaban disfrazados de piezas de tetris. Eran unas cajas unidas, formando las piezas, forradas de colores. Adentro una persona, y de tanto baile se iban desarmando un poco, haciendo todo mas gracioso.

También había unos disfrazados de robots (el rojo y el azul que pelean, esos salidos de un juego). Tambien de cartón o algo asi.

No faltaron algunos payasos, hombres vestidos de mujer, la colegiala, Darth Vader, un nene vestido como el sapo Pepe, etc.

Sobre el escenario cantaba uno que se había disfrazado de Jesús sacrificado. Para darle mas realismo sus manos estaban atadas a la cruz, por lo que le tenian que ayudar sosteniendole el micrófono. Luego otro que estaba adentro de un cañon (creo que también de cartón) cantó otros temas. Sus voces no eran impresionantes, pero la situación en si era tan bizarra que no dejaba de ser pintoresco escucharlos.

Lo lindo del carnaval es que la gente deja salir sus energías, trata de pasarla bien, de compartir, de tener un momento agradable, de jugar de alguna manera.

Carnaval toda la vida, como dicen Los Fabulosos Cadillacs.