Resulta que todos los
días para llegar a la oficina debo caminar casi diez cuadras desde donde me
deja el colectivo hasta la empresa. Cuando ya estoy cerca, a eso de cuadra y
media, paso por delante de una ferretería. Y ahí invariablemente me ocurre un
hecho que por lo menos es singular: siento la presencia de Dios.
No es que yo sea
fanática religiosa, ni que en cada lado que pase sienta eso. Pero puedo yo
estar con la cabeza en cualquier parte y cuando paso por ahí es como que algo
me dijera “aquí esta Dios”. Raro, ¿no? Uno pensaría que eso es más factible de
ocurrir frente a una iglesia, no en un local donde venden tornillos.
No recuerdo cuando fue
la primera vez que tuve esa sensación ahí. Hace varios meses, incluso años.
Algo que pasa cuando camino por ahí es que siento un olor muy fuerte, como
jazmines. Pero no logré identificar cual es la planta que lo origina. Hay un
par de árboles por ahí, pero no son especiales ni diferentes a los que hay por
el resto de la cuadra. Tal vez es una planta que está detrás de alguna pared y
yo no llego a verla. Pero me sorprende siempre lo potente de ese aroma.
Tampoco es que haya
entrado demasiado a ese local. Recuerdo una sola vez, cuando compré el candado
que llevé a Paris para poner en el puente (anécdota por otro lado muy graciosa
que he contado en este post). Y fue una compra como cualquier otra, nada que la distinga a un breve intercambio de palabras y un objeto por dinero.
Además, cuando paso
por ahí veo si me cruzo a alguna persona, y mi pensamiento siempre es “hoy Dios
se presenta con la forma de ella”. Puede ser un ciclista que pasaba, una señora
con su chango de las compras, un pibe con pinta de oficinista, un viejito que avanza
por ahí caminando, un obrero que sale del negocio, y hasta el gato gris que a
veces se sienta en la puerta. Tiene múltiples caras, siempre diferentes. Y me
gusta desearle (en mi interior, porque nunca se los digo) a esa persona que
tenga un gran día.
¿Les pasó alguna vez
algo así? Suena algo místico pero como es ya algo casi cotidiano a mí se me
hace hasta normal. Es en cierta manera algo reconfortante.
No pasa de estos
pensamientos y sensaciones, tampoco es que sea una revelación ni nada por el
estilo. Pero me recuerda la presencia de alguien que nos cuida. Para mi que
Dios tiene una ferretería.
Los dejo con esta
anécdota, que tengan un lindo día.
por lo que leo te sucede por el olor que hay en ese lugar y eso si es algo mas común...
ResponderEliminarun tipo de nafta, no se cual es, me hace recordar a mi padrino... eso es fija.... saludos!!
Puede ser.. igual es como olor a flores, no tanto a nafta.. de hecho es fuerte pero agradable el aroma..
EliminarÉl está en todas partes, tu lo encuentras en una ferretería, otros en un gesto, en una palabra, no dejes de pasar por la ferretería que Dios te añorará. Un abrazote
ResponderEliminar¿Quién te dice? Quizá sea así, creo que nadie puede decir que sí o que no, pero lo más importante es sentirlo.
ResponderEliminarUna vez, en relación a estos temas existenciales, le pregunté a mi mamá por la fe. Era chiquita, estaba en esa etapa, y le pregunté cómo se hacía para tener fé en Dios, cómo es que ella tenía siempre fe, en definitiva, qué era la fe en Dios para ella... ¿Y sabés lo que me contestó? Para mí, la fe en Dios, sos vos. Es verte a vos todos los días. Y ahí entendí, sin vueltas, que la fe y la cuestión de Dios es super personal, pero no por eso menos verdadera.
A mí, particularmente, siempre me gustó irme al jardin de mi casa y mirar el cielo, pese a que sea un lugar común. Para mí, Dios está ahí, en esa magia de que por más cruel que sea el mundo, uno siempre pueda levantar la cabeza y encontrarse con las estrellas, o con las nubes o con el sol... Es decir, esos fenómenos que el hombre no puede modificar ni para bien ni para mal.
Besos... (y seguí pasando por allá seguido)
Qué bonita y curiosa historia!
ResponderEliminarNo me ha ocurrido nada parecido, no al menos en una ferretería, ;)
Un besote!
Que hermoso lo que te pasa, me parece hermosa esa sensación y ese olor. Definitivamente es DIOS.
ResponderEliminarTe leía y recordé que relativamente cerca de donde vivo hay una ferretería en la que supongo el dueño pone en la ventana del negocio siempre una cita bíblica, y siempre está relacionada con algún evento de ese mes, por ejemplo semana santa, navidad, etc. Así que SÍ, Dios también vive en una ferretería :)
Te contaré que yo soy creyente, hace 14 años dejé mi país y solo vivo con mi esposo, quien tiene una trabajo en el que a veces debe viajar, no tiene horarios, la mayor parte del tiempo estoy sola y he pasado situaciones difíciles, y para colmo yo nunca he sido de hacer amistades, así que en estos 14 años no he hecho ni una amistad. Pero te diré que no ha pasado un día en estos años en los que DIOS no ponga a una persona en mi camino cuando más lo he necesitado, a veces incluso cuando necesité que alguien me saludara, o me ayudara en un trámite, o me abrazara (mira eso que es tan personal), y no te cuento en qué más ocasiones.
Siento que es DIOS que me dice que nunca estoy sola, que Él siempre pone en mi camino a alguien o algo. Todas las noches en mis oraciones doy gracias por su Misericordia, y bendigo a cada una de esas personas.
Te doy gracias a tí por bendecir el día de cada persona o ser que se cruza contigo cuando pasas frente a la ferretería de DIOS, porque es el Señor quien los pone allí para tí.
Un abrazoooooo
Que foto más bonita.
ResponderEliminarJajajajap Se me quedará la frase, verás tu
ResponderEliminaraquí se oye mucho la expresión "¡por los clavos de Cristo!" así que lo de la ferretería no me suena descabellado ;)
ResponderEliminarQué hermosa anécdota!
ResponderEliminarNo dudes que esa es la ferretería de Dios y El está esperando cada dia que pases por ahi para hacerte sentir su presencia.
Abrazos y un muy Feliz y Próspero 2019 lleno de bendiciones