La tecnología y yo, no nos llevamos muy bien

 

Parece mentira que ya han pasado casi tres años de este post en el cual les contaba que había adquirido un celular Smartphone y todas las peripecias que esto me había traído. Casi tragicómico el suceso en ese momento, ya que las nuevas tecnologías siempre supieron darme un poco de dolor de cabeza. Evidentemente no soy de la generación actual que con poquitísimos años de vida manejan las cosas electrónicas como si hubieran nacido sabiendo usarlas. A mi me cuesta un poco más, me entra como una negación a algunos cambios.

En ese momento el tema del touch era una novedad (por lo menos para mí que siempre llego un poco tarde). El dedo se me iba, la presión que hacía sobre la pantalla no parecía ser la adecuada, las teclas me parecían chiquitas, etc. Luego de unos días claro que me acostumbré, pero al principio reconozco que me costó.

Y el celular andaba bárbaro así que pasó todo este tiempo y ni se me planteó cambiarlo. Pero como todo avanza, las aplicaciones cada vez son más pesadas. Necesitan una capacidad de memoria interna que este celular mio no tiene porque ya es viejito. Solo tengo bajados ahí el Facebook y el Watsapp, pero ya ni lugar para ambos. Este último programa me indica que debo actualizarlo porque la versión caducará, y no me es posible hacerlo por la falta de espacio. Es lo que más yo uso hoy en día, así que me obliga a tomar una decisión.

Aquí estoy entonces, sufriendo un poco mientras pienso que ha llegado la hora de comprar otro modelo de teléfono. No solo que es un gasto extra que no tenía previsto, sino que me empiezan a entrar todas las dudas sobre qué modelo elegir. Y aunque parezca tonto eso me estresa.

Ahora parecen ser todos equipos muy grandes, ya casi que se asemejan a una Tablet. Eso no me gusta, me parece incómodo. Tampoco me hace gracia perder las teclitas que tan cómodas me eran, pero se ve que ya no se fabrican más celulares así, no vi ni uno en las vidrieras.

Los precios varían tanto que me cuesta entender el porqué. ¿Es tan bueno un celular que cuesta tres veces más que otro? De afuera parecen iguales, pero evidentemente no lo son. ¿Se justifica realmente el mayor precio? ¿Qué priorizar a la hora de comprar el nuevo teléfono?

Acá me tienen medio pérdida mirando foros y etc.

¿Soy la única que le pasa? ¿También les cuesta adaptarse a las nuevas tecnologías?

¿Hay algún modelo que me recomienden? ¿Motivos de esto?

Gracias por la ayuda, les contaré en que queda el tema.