Sueños locos

 

Yo soy de tener sueños raros, de esos en los que se mezclan personas y lugares, en los cuales gente de ámbitos muy diferentes de mi vida se encuentran como si tal cosa. Otros en los que aparecen personajes que no conozco pero que parecen reales. Algunos que asemejan películas de lo compleja de la trama. Otros que se repiten con los años.

Ayer que aproveché a dormir hasta más tarde por el feriado me levanté con la impresión de haber soñado algo extraño, pero con una linda sensación. No busco interpretaciones, pero me dieron ganas de contarlo:

Estaba en un lugar que parecía un pueblo de esos medio campestres, rodeada de tierra y árboles. Había ahí una casa amarilla, y algunas personas que no recuerdo quienes eran. De golpe nos damos cuenta que se viene una cantidad de agua grande, como cuando en las películas se ve que se rompe una represa. Me agarro al techo de la casa y ahí el agua la levanta como si nada. Después la casa sigue siendo arrastrada pero esta vez es por el viento, hasta que luego de un rato la deposita junto a un camino.

Para ese entonces la casa parece ser de esas de madera con la que juegan los niños. Sigue siendo amarilla, pero bastante chica. Entro a ella agachándome, y me parecen raras sus dimensiones. Está vacía, y no tiene ventanas (o sea, me meto dentro de un cubo con techo básicamente). Como por arte de magia la casa crece. El cubo se agranda y hasta aparecen un par de muebles. Distingo una cama y una mesa de luz, y también hay allí un gato que parece sentirse el dueño del lugar. Me siento sobre la cama ante la mirada atenta del minino y sigo pensando que es raro que no tenga ventanas. Y de solo imaginármelas las mismas aparecen, hasta con cortinas incluidas. Una sensación de que todo lo que imagino puedo crearlo me embarga, y me despierto contenta.

¿Verdad que es raro? Extraño es el mundo onírico.