Salvador de Bahía: segundo día de paseos por la ciudad

Vista desde el mirador de la ciudad vieja

Les conté que nuestra primera excursión por Salvador incluyó una visita al centro histórico (llamado Pelourinho) pero que por ser feriado nos quedamos con ganas de conocer más ya que había muchos sitios cerrados. Nuestros planes para el segundo día de la ciudad consistían en una visita por nuestra cuenta a esta zona y algunas otras cercanas con iglesias tradicionales. Nos levantamos temprano, y luego de desayunar nos tomamos el ómnibus que salía desde la esquina del hotel hacia allá. En unos quince minutos nos encontrábamos en el centro histórico. No había mucha gente, pero no eran ni las nueve asi que supusimos era normal. No habíamos hecho ni veinte metros cuando un hombre nos dijo que la mochila la lleváramos para adelante, que no era muy seguro ir con nada encima, que nos sacáramos el reloj para que no se viera, etc. Caminamos unos metros más hasta donde se veía el elevador Lacerda, y sacamos unas fotos desde ahí. Nos dirigimos a la plaza ubicada frente a la catedral, y ahí una persona nos ofreció tour guiado y nos dijo que era más seguro ir en grupo. Nos quedamos un poco, pero como ya habíamos estado por la zona el día anterior y no nos había parecido tan terrible seguimos unos metros más. Ahí dos personas más nos volvieron a advertir sobre las mochilas. Nos dijeron que era muy peligroso llevar cosas encima, que había que salir sin nada. Ahí nos explicaron el motivo: estaban de nuevo con el tema de la huelga de policías, y Salvador era una ciudad liberada. A todo esto mientras tanto vimos llegar un camión cargado de gendarmes, que con sus armas y cara de pocos amigos se ubicaron en la plaza. Pueden ver en la foto como portaban unas armas grandotas que daban miedo. Ante esta situación decidimos volver al hotel, y replantearnos el día. Tomamos el ómnibus de vuelta, y ahí una nueva advertencia de parte de un hombre que nos indicó que nos acercáramos a la parte delantera del vehículo, ya que la idea era viajar todos juntos en grupo, que no se debían dejar espacios vacíos porque lo hacían en extremo peligroso. A esta altura la sensación de inseguridad que teníamos era enorme. ¿En dónde nos habíamos metido? Juro que nunca sentí lo que en esta ciudad. Aunque muchos dicen que Buenos Aires es peligroso yo nunca tuve miedo de caminar por aquí. Pero en Salvador la verdad es que un poquito tuvimos. Puede ser que no sea lo cotidiano, que se debiera a esta situación especial de la huelga. Pero esta fue nuestra percepción ese día.

Pelourinho sábado bien temprano



La gendarmería en la plaza.. ups!

Lo que si notamos en la ciudad es que es de muchos contrastes. Vimos que por un lado tiene edificios de lo más modernos y lujosos, y justo enfrente se veían casitas muy humildes y precarias. No sé si todo lo que veíamos de ese estilo eran las llamadas favelas, pero se le parecían. Y en las recorridas que hicimos por la ciudad (mientras íbamos de una punta a otra, por ejemplo por traslados al aeropuerto, por una excursión que tomamos después, etc) esto lo veíamos todo el tiempo. Me llamó la atención. Mucho, mucho contraste, y demasiado notorio.

Vista desde el centro

Un poco de playa

La cuestión es que con semejante panorama decidimos ir a la playa que estaba frente al hotel. Por las dudas y ante los consejos recibidos salimos con apenas lo imprescindible: una lona para tirarnos, una toalla, un libro cada uno y algunos reales para comprar alguna pequeñez de comida y bebida. Al final ahí no vimos nada peligroso, simplemente la gente disfrutando del mar y la arena. El agua estaba lindísima, algo calentita, y yo entraba y salía a cada rato. Aproveché a tomar algo de sol, a leer tranquila, y así pasamos la tarde. Al final salió todo muy bien y pudimos disfrutar el día. De todos modos y por las dudas de que se repitiera lo de la huelga, decidimos tomar una excursión a Praia do Forte para el domingo. Pero este es tema del próximo post.



Cables que se ven por toda la ciudad