Tandil

Este año se agregó un nuevo feriado en diciembre. Al ya tradicional 8 de diciembre (día de la Virgen) se le sumó un feriado puente. Toda una novedad por esta zona, aunque tengo entendido en otros países del mundo esto es bastante frecuente.

La cuestión es que con eso se formó un fin de semana largo de cuatro días, ideal para hacerse una escapada a algún lado. Ya lo teniamos planeado hace rato con mi novio, con los pasajes comprados para irnos a Tandil como un mes antes. Por suerte la operación de apendicitis fue con el tiempo suficiente como para que me sintiera ya recuperada como para hacer este viaje.

Llegado el momento, armamos el bolsito y nos fuimos para disfrutar de nuestra escapadita. El viaje en micro nos llevó cinco horas, las cuales no las padecí mucho. Llegado al lugar, dejamos las cosas en el hotel, almorzamos unos sandwichitos que habíamos llevado, y de ahí nos fuimos al Parque Independencia.  La vista desde la cima es hermosa, se aprecia toda la ciudad. Luego fuimos a ver el lago que queda muy cerca de ahí, el cual estaba lleno de gente andando en kayak. Es una zona muy bonita, ideal para caminar.

Al dia siguiente fuimos al Calvario, que es un via crucis al que se va accediendo mientras se sube al cerro. Por equivocación tomamos un camino que nos llevaba a la última etapa, la del Cristo crucificado, y que luego nos iba conduciendo al resto de las paradas.  A los pies del via crucis compramos artesanía en cerámica en un local especializado en eso, que tenia muy lindas cosas.

Un poco mas tarde fuimos a conocer el cerro “El Centinela”.  Ahí se encuentra la piedra que da nombre al lugar, con la que todos se sacaban fotos. Yo no fui la excepción, así que tomé mi recuerdo fotográfico en el lugar. También hay una vista hermosa de la zona. Acá se pueden apreciar muy bien los alrededores de la ciudad, por lo que se  ven campos de diferentes tonos de verde.

Otra cosa típica de Tandil son sus embutidos y sus quesos. Hay muy buenos fiambres, y en la mayoría de los bares se pueden conseguir picadas realmente muy completas y sabrosas. Tuvimos la oportunidad de degustar un par de ellas, una mejor que otra. Todo acompañado de alguna rica cerveza. 

Antes de irnos pudimos ir a ver la piedra movediza. Esto es característico de la ciudad. Hoy en día es una réplica, la piedra original cayó hace ya unos cuantos años. No deja de ser interesante de ver.

Fueron días de caminar bastante, de mucho sol, de subir a un par de cerros, ver lindas vistas, descansar un poco, y por sobre todo cambiar de aires.

Hermosa ciudad, recomendable para todo aquel que quiera ir a conocerla.