Para fin de año estamos llenos de festejos, colmados de reuniones. Es una linda época para salir a festejar, para reencontrarse, para compartir, y en definitiva para brindar por el año que se va, por el que comienza, por los proyectos cumplidos, por los que son metas para el nuevo año.
El jueves pasado fue la fiesta de fin de año de la empresa donde trabajo. Se hizo en un salón, que no quedaba lejos de casa. Me pasó a buscar una compañera con su auto, y de ahí nos fuimos al lugar a reunirnos con los demás. Salió todo super lindo. Un momento de lo mas agradable.
Al llegar había una recepción, con algunos canapés y algunos vinos para degustar. La idea era hacer una especie de cata de vinos, por lo que había varios stands con gente especializada que explicaba sobre las diversas variedades. Yo probé uno blanco espumante, pero al no ser muy fanática de esta bebida no seguí degustando otros.
Con posterioridad invitaban a la gente a pasar a un salón contiguo en donde estaban preparadas las mesas para la cena. Todo lo que sirvieron muy rico, muy bien preparado. Para el momento del postre se presentó un grupo vocalista muy bueno. Eran seis muchachos, que cantaban a capella, es decir sin instrumentos. A todos les gustó el espectáculo, tenían unas voces privilegiadas, y le dieron un tono de humor a la presentación. Se merecían todos los aplausos que recibieron.
Luego se pasó a la mesa dulce, y ahí es que comenzó la música bolichera y el baile. A pesar de que no somos tantos, se armó un muy lindo clima, y se convirtió en una fiesta muy divertida. Con el correr del tiempo no faltó el que tomó un poco de más, y que en un estado cuasi de ebriedad hacia reír a todos con sus ocurrencias. Uno de mis compañeros, de lo mas carismático, tomó un micrófono y a lo mejor estilo animador empezó a condimentar la fiesta con sus chistes, con sus ocurrencias. No faltó el trencito, la rotura de alguna copa, alguno que se resbaló.
A la salida, ya en mi caso cerca de las cuatro de la mañana, le entregaban a uno el regalito de fin de año. Una linda sorpresa, ya que cada empleado se llevó una cafetera, y un par de copas de vino. Un lindo detalle.
Restaban pocas horas de sueño, al otro dia habia que levantarse temprano para ir a trabajar. Pero como bien dice el dicho, quien quita lo bailado! Realmente nos divertimos!
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