Los libros de julio

El mes de julio me encontró leyendo tres libros. Podrían haber sido más, pero confieso que estuve bastante entretenida con un jueguito del celular que me quitó gran parte de esos ratos libres que yo aprovecho en mis viajes al trabajo y en el tiempito antes de dormirme.

Hubo uno que me gustó mucho, otro que me interesó pero un poco menos, y uno que me pareció bastante malo. Y justamente ese fue el orden en que los leí, y en que se los cuento.

 

Dime quien soy, de Julia Navarro.

Este libro me encantó y lo super disfruté. Un periodista recibe una propuesta de investigar sobre la vida de su bisabuela. De la misma solo se sabe que huyó de España abandonando a su marido y a su hijo poco antes de la Guerra Civil. Empieza a reconstruir su historia como si fuera un extraordinario puzzle, encajando todas las piezas. Nos encontramos con una vida realmente movida y llena de acción. Una mujer burguesa, revolucionaria, esposa y amante, espía y asesina. Es un retrato de un siglo turbulento y mientras se descubre su historia se recorren sucesos que marcaron al mundo, como la Segunda Guerra Mundial y la caída del Muro de Berlín. Una historia apasionante, que les recomiendo.

 

Al calor del verano, de John Katzenbach.

Nuevamente una novela de este escritor sobre el que me he vuelto recurrente este año.

Un asesino que tiene aterrorizado Miami elige como interlocutor a un reportero de uno de los periódicos más importantes de la ciudad. Se establece entonces una relación casi enfermiza en la que el reportero intenta ganarse la confianza del asesino sin que éste se aperciba, a la vez que pretende desenmascararlo.

Tiene sus toques de misterio e intriga, mientras van de un crimen a otro. Un poco cruenta, pero está bien para pasar el rato y seguir el hilo de la investigación.

 

Fuego Irlandés, de Nora Roberts.

Tenía en el e-book bajada esta novela y le dí su oportunidad. Por suerte es cortita, porque no dejó de ser otra historia romanticona en que hombre rico y poderoso se enamora de mujer joven llena de vida y tozuda. Sus genes irlandeses a flor de piel, dándole una personalidad emprendedora y algo rebelde. Idas y vueltas varias, y por supuesto termina triunfando el amor. Un cliché atrás de otro.

 

¿Qué anduvieron leyendo ustedes?