Durante febrero leí bastante, especialmente aprovechando los viajes en
avión con destino a las vacaciones y algún rato de playa en que la lectura
sobre la manta con el mar de fondo resultó ser un plan fantástico.
Fue también bastante variado en cuanto a géneros. Hubo tal vez un poco
más de novelas de misterio y suspenso, lo cual también va acorde a ese estado
de relajación y ocio.
Estas fueron las lecturas del mes:
El cielo es azul, la tierra
blanca. De Hiromi Kawakami.
Este libro lo había visto recomendado en otros blogs. Por eso decidí
leerlo, aunque confieso que no me gustó mucho. De hecho me pareció muy lento y
bastante aburrido.
Cuenta como una mujer adulta bastante solitaria encuentra a un antiguo
maestro y empiezan a compartir algunos momentos juntos. Durante la mayor parte
del tiempo son apenas charlas sobre temas variados, comidas compartidas en una
taberna, y alguna que otra salida. Luego comienzan a profundizar un poco más en
la relación, pero el ritmo es muy lento. Supongo que tiene que ver con la
cultura japonesa, en muchos aspectos bien diferente a la occidental. Una manera
distinta de narrar las cosas y de vivirlas.
El salón de Ambar, de Matilde
Asensi.
Esta novela si me gustó, es bastante entretenida. Cuenta sobre un grupo
de expertos en antigüedades dedicados al tráfico de arte, que se encuentran
ante su más desafiante operación al buscar el famoso “salón de ámbar”, una
cámara del siglo XVIII construida enteramente con ámbar semitransparente
del báltico, cuya recuperación obsesiona hoy día al pueblo ruso.
Este grupo de ladrones se hace llamar “el grupo de ajedrez” ya que sus
miembros llevan nombres de piezas de dicho juego como sobrenombres. Juntos
llevan a cabo las averiguaciones para encontrar la codiciada obra y ejecutan el
peligroso plan. No exento de misterios y traiciones.
Cell. De Stephen King.
Esta novela me gustó mucho.
El día 1 de octubre, a las 15:03, todos los que están hablando por su
teléfono móvil en la ciudad de Boston de repente se convierten en monstruos
desfigurados. Aparentemente los teléfonos móviles son responsables de trasmitir
un pulso que convierte a sus oyentes en zombis asesinos. Se trata de una locura criminal y destructiva
de la que pocos escaparán, y los que lo logren tendrán que sobrevivir en un
mundo totalmente transformado.
Muy interesante. Fue llevada al cine aunque no he visto la película. Al
leer sus páginas me la imaginaba perfectamente en la pantalla grande.
Patria, de Fernando Aramburu.
Este libro también lo había visto recomendado en varios blogs, y tenía
muchas ganas de leerlo. Me costó conseguirlo en formato digital gratuito, pero
finalmente me hice del archivo para el ebook. Una novela que me encantó, me
pareció muy buena.
Nos habla de la
imposibilidad de olvidar y de la necesidad de perdón en una comunidad rota por
el fanatismo político. El pueblo vasco y los sufrimientos que la lucha armada
trajo aparejados. Dos familias anteriormente muy unidas rompen su vínculo
cuando el Taxto, marido y padre, es asesinato a mano de terroristas de ETA. Su
esposa Bittori no puede sacarse de la cabeza la idea de que el autor del
asesinato es Joxe Mari, hijo de su antes íntima amiga Miren, y ahora
encarcelado como sospechoso.
Los años no han
sido buenos para ambas familias, que tienen que luchar contra sus resentimientos,
sus miedos, y sus fuertes convicciones.
Todos esos
sentimientos se ven revolucionados cuando luego del anuncio del abandono de las
armas por parte de ETA Bittori decide regresar a la casa del pueblo donde vivía.
Altera la tranquilidad de los que allí habían quedado y los pone frente a
frente con sus heridas y valentías.
El ocho, de Katherine Neville.
Este libro lo tenía pendiente hace ya unos cuantos años. Por una cosa u
otra nunca lo empezaba, pero la playa fue un buen sitio para dedicarme a su
lectura. Tiene algunas cosas interesantes aunque en términos generales me
aburrió un poco. Supongo que por la cantidad de personajes históricos que
aparecen como conocedores del secreto del ajedrez de Montglane (demasiados para
mi gusto).
Este ajedrez legendario que perteneció a Carlomagno tiene un misterio
que hace que quien consiga reunir sus piezas adquiera un poder ilimitado. La
abadesa de Montglane tenía a su cargo ese secreto y el deber de cuidar aquel
tesoro escondido bajo el suelo de la abadía. Cuando en 1790 Francia arde en las
llamas de la revolución debe correr el riesgo de desenterrarlo y esparcirlo por
el mundo. Dos novicias son las encargadas de la difícil tarea.
El libro nos lleva paralelamente a tiempos más actuales, cuando en 1972
la joven Cat, aficionada a las matemáticas y experta en informática, es
destinada a Argelia y se ve envuelta en la misión de encontrar las piezas del
misterioso juego. Una tarea en que arriesga la vida misma, viéndose obligada a
descubrir cuál es su papel dentro de este juego peligroso en que tantos están
metidos.
¿Qué tal los encontró febrero con sus lecturas? ¿Algo interesante para
recomendar?
De estos sólo leí Cell. Soy muy fan de Stephen King, así que me encantó (aunque algún libro de Stephen King no me ha gustado, para qué mentir, pero es que tiene tantos...). El Ocho a lo mejor lo leo, aunque si dices que aburre, no sé. El que seguro que no leeré es el japonés. Me aburre sobremanera la literatura oriental, con todo el dolor de mi corazón. Besotes!!!
ResponderEliminarEl salón de Ambar, de Matilde Asensi, me gustó mucho, Patria, de Fernando Aramburu, también lo he leído y te garantizo que no es invención tal como lo cuenta es la pura verdad y El ocho, de Katherine Neville lo leí hace muchos años. Tienes una lectura variada, a mi tambien me gusta no quedarme estancada en un estilo o autor
ResponderEliminarMaria Dueñas me gusta bastante, pero te recomiendo a Dolores Redondo, tiene una trilogía estupenda sobre crímenes, se llama la trilogía del Baztán y sucede en el norte de España y de la misma autora pero con un tema muy diferente "Todo esto te daré". Abrazos
Tengo por leer "Patria", tengo ganas, pero tiene que guardar turno.
ResponderEliminarSiempre admiro lo mucho que leés y me propongo seguir tus pasos, pero... no lo logro. Me encanta leer, en febrero leí Cien años de soledad que era un libro que tenía pendiente y me fascinó. También empecé Sensatez y Sentimientos, pero lo tuve que abandonar al ponerme a estudiar, quizás lo retome el finde largo :) Besos!!!
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