El jardín de las Tullerías (despidiéndonos de París)

Nuestro recorrido por Paris estaba llegando a su fin. Aprovechamos esos últimos ratos yendo a visitar uno de los parques públicos más hermosos que tiene la ciudad: el Jardín de las Tullerías.

En 1564 comenzaron las obras de construcción del Palacio de las Tullerías, el cual, bajo las órdenes de Catalina de Medicis, iría acompañado por unos preciosos y extensos jardines de estilo florentino. El palacio y sus jardines deben su nombre a las fábricas de "tuilles" o tejas, que antes se encontraban situadas en ese lugar.

Los jardines se convirtieron en el lugar de celebración de lujosas fiestas en las que los invitados disfrutaban entre los verdes parajes, fuentes y esculturas. En aquella época los jardines se encontraban rodeados por altos muros que protegían la privacidad de la alta sociedad.

Tras el traslado de la Corte a Versalles, el palacio y los jardines quedaron en el abandono y no volvieron a recuperar su esplendor hasta su vuelta, cuando los jardines fueron transformados al estilo inglés.

En 1870 el Palacio de las Tullerías fue destruido a manos de la Comuna de París, pero los jardines lograron salvarse y sobrevivir hasta nuestros días como jardines públicos.

A mí me encantaron las flores, tan arregladas y variadas. También lo prolijo y cuidado que se encontraba todo. Un encanto de lugar para pasear y descansar.

También aquí presentes las prácticas sillas de metal, a disposición de quien quisiera usarlas.

Y hasta acá han llegado los relatos de la mágica París. Espero que los hayan disfrutado, que si la conocen hayan podido revivir momentos ahí vividos, tener otra visión de esos sitios, o sino lograr un primer vistazo de las numerosas atracciones que allí se encuentran. A mí me fascinó, y sin duda volvería para pasear por sus calles, sus iglesias y museos.

El próximo destino en estas crónicas de viaje es Brujas, una ciudad que es realmente de cuento.

¡Buen comienzo de semana!