Volver a levantarme

Últimamente siento que cada vez que me digo “las cosas van a estar bien, volvé a levantarte” pasa algo que me tira abajo. Siento que yo hago un esfuerzo, que me aferro a todas mis esperanzas para creer que va a ser así. Que trato de concentrarme en las cosas positivas que pasan, que me digo que el año lo voy a terminar bien, que el nuevo año va a ser mejor, que intento creer en eso. Y entonces de nuevo como si una mano gigante me aplastara. O me diera un sopapo. O las dos cosas juntas. Y me cuesta entender este torbellino de emociones, no estoy acostumbrada a estas cosas. Me siento aturdida, a veces sin fuerzas, la realidad me supera por momentos.

Los últimos meses han sido así. Meses que en mi cabeza los sentí algo turbulentos, que me han hecho llorar en más de una ocasión. Yo igual intento reír, intento aferrarme a todo lo bueno (que es mucho, no puedo negarlo). Y no quiero que las otras cosas me aplasten, me dejen con un nudo en la garganta. No quiero que me quiten la sonrisa. Quiero sentirme bien, volver a estar tranquila. Quiero volver a creer, a confiar, a sentirme plena, a sentir que todo es posible. Quiero todo eso. ¿Es mucho pedir?

Perdonen que les venga hoy con un post así. Pero tengo que expresar de alguna manera esto que siento.  Tal vez es una especie de oración hacia el universo, una especie de deseo para el nuevo año. En estas épocas uno tiende a hacer balances, a aferrarse a la idea de que el cambio de año va a borrar lo malo que este tuvo y va a traer otras cosas mejores. Es una idea mágica, ya lo sé, pero quiero tenerla en mi mente hoy. Quiero aferrarme a eso.

Este es mi deseo de fin de año: que estos meses queden atrás, que las cosas mejoren, que pueda volver a mi eje, sentirme feliz de nuevo. No estar al borde de las lágrimas a cada rato, sino llenarme de sonrisas. Quiero estar fuerte, sentirme contenida, poder volver a soñar. Quiero eso para el 2013.

Y una vez más, volver a levantarme..