¡Ha llegado una carta!

El sábado cuando regresaba de la clase de Pilates me encontré con una sorpresa de lo más agradable. Una de esas cosas que te hacen surgir una sonrisa. Ahí en el piso había un sobre con mi nombre. Una carta como las de antes, esas que ya no se reciben tan seguido (¡años que no recibía una!).

Por suerte era un día de sol, ya que el cartero haciendo caso omiso de mi buzón la había dejado tirada en el suelo. Por esta costumbre suya es que se han empapado en otras ocasiones la revista del cable, las facturas de servicios, etc. Por suerte no fue el caso esta vez y mi carta estaba intacta.

¿Quien me la había mandado? La genial Alone in the moon. La que organizó un sorteo y quiso que nadie se quedara sin su premio. La que dijo “hay premios para todas las que participaron”. Y cumplió, mandando una serie de cositas hechas por ella. Una cartita, una receta de algo rico, anecdotarios, y hasta un cuadernillo de sopa de letras y crucigramas personalizado (que incluye el nombre de las participantes del sorteo, entre otras cosas).

Cosas como estas alegran el día. ¡Muchas gracias por tan lindo gesto!

 

Y ustedes ¿han recibido “cartas como las de antes” últimamente?

 ¿Las han enviado?

¿El cartero se las deja en el piso o respeta el buzón? (querido cartero, si lees esto please date cuenta que el buzón no es algo decorativo, que está en la entrada por algo)