Barrileteada en la playa

El fin de semana largo estuvimos en Mar del Plata. Que bueno poder hacer una escapada, aunque sean pocos días el salir de la ciudad siempre viene bien.

Tuvimos mucha suerte, a pesar de que pronosticaban lluvias estas nunca se presentaron. Si hizo frio, pero íbamos preparados con abrigo y no fue un problema. Compré un lindo gorrito de lana a una señora que los tejía a mano y los vendía en la rambla, así que no me despegué de esta fuente de calor para mi agradecida cabeza.

Salimos para allá el sábado temprano y la ruta estuvo despejada. Pensábamos parar a desayunar en el famoso parador Atalaya, pero era tanta la gente que había que terminamos desistiendo. Llegamos a la costa en horario de almuerzo, así que fuimos a un bar cerca del hotel donde pedimos una ensalada ceasar, la cual resultó un poquito decepcionante y cara. Por suerte el resto de nuestras comidas por allí compensaron, siendo ricas y gustosas.

Fuimos a ver el mar y caminar por la arena entre nuestros primeros paseos. Como no había tanta gente las playas estaban divinas para estas caminatas. En un parador encontramos una barrileteada muy especial, con figuras de gran tamaño y colorido ondeando al viento. Les dejo algunas fotos de este evento, y en los próximos días les mostraré algunas de la playa y otros sitios que visitamos. No dejamos de ver a los lobos marinos, y hasta fuimos a zonas cercanas como Sierra de los Padres.

Sobre los barriletes, debo decir que siempre me gustaron. Hace mucho que no remonto uno, pero tengo lindos recuerdos de la infancia en los que si los hacíamos volar alto.

Estos de aquí eran especiales porque eran grandes y con figuras divertidas. Entre mis preferidos estaban los pulpos y la ballena.

¿Cuál les gusta más a ustedes?