lunes, 21 de febrero de 2022

Ya comenzado el año

Ya ha comenzado el año hace rato. Casi terminando febrero y recién mi primer post del 2022.

Lo empezamos muy bien. Reunidos en familia, también con algunos amigos. Con bastante trabajo, con algunas salidas, y con nuestras primeras vacaciones con la nena.

Nos tomamos una semanita a fin de enero y fuimos a Tandil, una localidad que nos pareció buena idea porque no es tan lejos de Buenos Aires (en auto fueron seis horas para la ida, un poquito menos para la vuelta), y además cuenta con bonitos paseos que se podían hacer con una niña pequeña. Fue una gran elección, lo pasamos muy bien.

Es un sitio al que cada tantos años vuelvo, y cada vez tiene algún atractivo nuevo que le han sumado, ciudad que encuentro siempre muy cuidada y que invita a recorrer. Esta vez tenía esa novedad del viajar con un ser pequeñito, de adaptarnos a sus horarios, de poder pasear pero sabiendo que el ritmo iba a ser diferente a lo que solían ser nuestras vacaciones.

La primera gran decisión fue alquilar una casita, lo cual nos permitió cocinarnos. Esto fue clave dada la edad de nuestra hija. Estaba ubicada en las afueras, lo que le sumaba el plus de la tranquilidad. Tenía un amplio jardín, y todos los días venía un grupo de ovejas a pastar junto a la puerta. También vimos gallinas y caballos. Muy cerca igual teníamos el centro, tomando el auto en quince minutos estábamos en cualquier lado.

Desde el jardín de la casita

El día arrancaba por lo general temprano. Desayunábamos tranquilos y salíamos a eso de las 9hs o 9:30hs. Hacíamos algún paseo que dependía del día, y luego al mediodía por lo general volvíamos a la casa, almorzábamos y dejábamos que la nena durmiera una siesta. Y luego a recorrer nuevamente.

La ciudad tiene mucho para ofrecer. Tiene sierras, paisajes rurales, amplios parques, zonas de juegos, esculturas, miradores, un lago, y una rica gastronomía.

La pequeña se lo pasó bárbaro. Trepaba de lo más contenta, lo cual me maravillaba dado que no hacían ni tres meses de sus primeros pasos. Pero así chiquita hizo a pie casi todo el via crucis (que cuenta con un camino de piedra en el medio de un bosquecito).

La casa que alquilamos tenía una galería amplia y allí contábamos con una mesita y sillas, por lo que mis desayunamos por lo general los tomaba ahí. Mientras el resto dormía yo disfrutaba del solcito matinal, unos mates y algo de lectura. También hicimos un asado que nos duró algunos días, y compartimos alguna que otra cervecita a la caída de la tarde.

En los parques fuimos recorriendo espacios de juegos. Toboganes y hamacas diversas, con un paisaje natural de fondo.

Mirando el lago de la mano de papá

La novedad que encontré esta vez fue el Parque del Origen, con esculturas de dinosaurios en tamaño real emplazadas en el verde. Este no lo conocía. Y otros paseos fueron un reencuentro con el lugar, como el Cerro Centinela, la Piedra Movediza, el Cristo de las Sierras, las esculturas del Quijote y Sancho Panza con esas vistas maravillosas del lago.

Unos días disfrutados y que quedaran en nuestro recuerdo.

¿Cómo los está tratando a ustedes el 2022?

 

2 comentarios:

  1. Hola, que bien saber de ti y de la pequeña, parece que se lleva bien con el gatito y que habéis disfrutado de unas vacaciones geniales, con pequeños hay que buscar lugares donde puedan jugar y estar vigilados. Un abrazo

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    1. Hola! Y si, hay que adaptar el ritmo.. respetarle las siestas fue bueno, igual pudimos hacer muchas cosas, y notamos que se lo pasó bien. Pudimos relajar y descansar..beso

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